Ragnak
Ataraxia se gira para irse.
—Hoy es un día de luto, así que les perdonaré la vida.
Agarro su brazo para detenerla y cuando me observa con sus ojos azules, la suelto rápido.
—Por favor, Ataraxia ¿Podría darme un libro de alquimia?
—¡Ra! —grita Lennard —¡¿Qué le estás pidiendo al enemigo?!
La Reina Madre se gira hacia mí, se agacha, hace un círculo de magia y fórmula un hechizo.
—"Aparece" —Un libro es teletranspotado hasta su mano y se levanta, entonces me lo entrega —. No quiero verte más por aquí, Ragnak. Este es el último favor que te hago. No tengo nada en contra tuyo, pero ahora te relacionas con el enemigo —Mira a Borja —. Nos veremos en la batalla —Lo saluda y se gira para irse.
—¡Ataraxia! —Aparece Karely viniendo por un sendero y me sobresalto —¿Hablando con el enemigo? —Entrecierra los ojos al mirarme y sonríe cuando la Reina Madre se le acerca.
—Eres una metiche —opina la mujer calmada —. Ya vámonos —dice severa y su sierva la sigue, con cara de molestia.
Giro mi vista hacia Borja que habla.
—Vámonos antes de que cambien de opinión —Guarda algo en el bolsillo de su pantalón, pero no logro descubrir qué es —. Rajon, guíanos —ordena y nos retiramos.
Lennard
Parece que el viaje al cementerio de las brujas le ha sentado bien a Ra. Desde que hemos regresado de allí, ha pasado los días trabajando en la cocina del campamento y leyendo ese enorme libro que le dió la líder de las brujas. Se podría decir que está bastante distraída, me pone contento que no piense en cosas feas.
Entro a su carpa y me siento a su lado, cuando veo que se encuentra inclinada en el suelo, con la espalda apoyada al borde de la cama, mientras está leyendo.
—¿Qué haces en el piso? —Me río —¿No qué eras muy refinada para sentarte ahí?
—Tengo una alfombra —La señala —, y la limpie yo mismo.
—¿Me tengo que asustar? —me burlo y me mira de mala manera.
—No te soporto.
—Yo sé que me quieres —digo feliz.
—Ni en un millón de años —Rueda los ojos y vuelve la vista a su libro —. Ahora déjame que tengo que releer esto.
—Pero ya lo leíste, entonces préstame atención ahora —Me inclino hacia ella, así que choco mi hombro con el suyo a propósito.
—¡Me estás aplastando! —se queja empezando a sonrojarse —¡Aléjate!
—Solo si me dices que me quieres —Hago puchero.
—No ¿Para qué haría eso? —Rueda los ojos.
—¿Para hacerme feliz?
—Esas son estupideces.
—Tu corazón no dice lo mismo —Apoyo mi mano donde está el mío.
—Es broma, no puedes saberlo —afirma con confianza.
—Nuestra conexión me dice que sí —Sonrío ampliamente —, no puede equivocarse con respecto a ti, es la naturaleza de esta.
—No lo creo.
—Si que lo es, más tiempo paso contigo, más crece, así que nunca serás capaz de engañarme con tus emociones, porque tarde o temprano las veré todas.
—No sé por qué, pero de alguna forma eso sonó pervertido —Se vuelve a sonrojar y me río.
—Perdón, no fue mi intención incomodarte.
—¿Entonces dices que no puedo mentirte? —Alza una ceja mirándome fijamente.
—No —digo determinado.
—Vale, tienes razón, tengo un aprecio por ti, aunque creo una vez ya habértelo dicho, no creo que sea necesario repetirlo.
Me sonrojo y alzo mi dedo índice.
—Si me disculpas, voy a desmayarme —confieso y ella es la que se ríe ahora.
Que linda, me muero, me ha hechizado una bruja, o mejor dicho, me ha enamorado.
Borja
Camino por mi carpa, me acerco hasta mi mesa y abro el pequeño cajón oculto de esta. Agarro la diminuta foto que me lleve del cementerio y me quedo mirándola.
—¿Quién eres? —digo buscando un significado profundo.
«No es ella, pero creo que casi tengo la respuesta». Aclara mi lobo interno y miro hacia la luna.
—Ah, ¿sí? ¿Cuál? —Siento el vacío y la indiferencia que me hace mi deidad en el cielo —Porque yo no.
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Almas Perdidas #8
ParanormalAgatha murió y Ragnak se encuentra desaparecido. Solo hay una culpable, la bruja que tiene las manos manchadas en sangre. Aquella chica desconocida que tuvó que huir obligatoriamente porque la culparon enseguida. Ella que en realidad es él. Descubre...