Trato de no bostezar en plena prédica, por lo que llego a juntar mis labios con fuerza, una lágrima se escapa y de inmediato me la seco. Ni siquiera sé por qué tengo tanto sueño de repente, sabía que venir no era buena idea, sin mencionar que el aire acondicionado está colando hasta mis huesos.
A los lejos atrapo la mirada verde de Michael verme con cierta expresión divertida, por lo que le sonrío discretamente. Él me hace un gesto con sus manos dando entender que luego tenemos que hablar y le doy un pequeño asentimiento.
A mi lado, mamá está completamente atenta a lo que dice el Pastor Hemmings, de vez en cuando apunta algunas cosas importantes o citas de biblia.
Procuro volver a prestar atención al frente, pero mis ojos van directo al rubio que está sentado en la primera fila, junto a su madre. Le observo con discreción cómo tienza sus hombros para luego relajarlos o cuando asiente ante palabras relevantes de su padre y quizás estoy sobreanalizando todo, pero es que en mi cabeza no entra el hecho de que Luke no sea lo que muestra acá, que sea otra persona completamente diferente, una versión malvada y casi cruel del joven noble y carismático. No tiene sentido.
Y cuando quiero apartar la mirada, se me es demasiado tarde porque Luke ha volteado a ver hacia mi dirección, ahora me observa sobre su hombro, sus ojos parecen dagas ante mí. Mis mejillas arden cuando él alza ambas cejas en diversión al darse cuenta que yo no aparto la mirada, así que es él quien gira su cabeza.
Respiro ondo. La habitación se llena de aplausos y ovaciones y eso solamente es un pase para que suelte un largo suspiro ruidoso.
Oh, Dios, ¿En qué me he metido?
La cuestión es que Luke y yo jamás hemos sido cercanos sin importar que nuestra madres son buenas amigas y ambas se encargan de cosas importantes de la iglesia desde hace años. Sí, Luke mostraba ser amable conmigo antes ante la presencia de sus padres y demás, pero estando solos él me ignoraba, no de manera ruda o algo; el Luke que yo creía conocer no era rudo o grosero nunca.
Pero ahora se mostraba su verdadero ser, parecía que usaba todo esto como fachada.
—Me ha encantado la prédica de hoy, muy inspiradora, ¿No es así, Juliette? —escucho decir a mi madre a mi lado, inmediato la veo y sonrió a la vez que asiento.
El culto ha terminado, las personas comienzan a levantarse de sus asientos, la mayoría buscando la salida hacia el parqueo, el resto se queda hablando con los demás. Papá está riendo junto a un grupo de señores a un lado y cuando quiero decirle a mi mamá que deberíamos irnos, le encuentro lejos, hablando con otras madres de familia. Entonces sé que aún no es hora de irse.
Busco por todo el lugar con mi mirada a Michael, pero no lo hallo, así que suelto un suspiro. Me resigno, pienso en sentarme de nuevo en mi silla, ya que no me he movido del lugar, pero una voz a mis espaldas hace que me petrifique.
— ¿Estuvo entretenido el culto viendo mi espalda todo el rato? —le oigo decir con tono jocoso. No hace falta que me dé la vuelta porque Luke se encarga de caminar justo enfrente de mí, provocando que mis nervios estén a flor de piel.
— ¿Disculpa? —suelto incrédula, frunzo mi ceño.
—Sí, lo que escuchas... —comienza diciendo cada vez más bajo, su mirada va de mis ojos hacia detrás de mí—. Ten un buen día, cuídate, Juliette.
Frunzo todo mi rostro ante sus palabras tan repentinas. Y lo logro entender cuando siento la presencia de mi papá a mi lado. Luke le sonríe amablemente a la que vez toma la mano que le da mi padre a modo de saludo. Les observo sonreírse mutuamente, y antes de que el rubio se aleje, él me lanza una mirada para después girar e irse.
—Es un orgullo para su padre —es lo que dice mi papá con una sonrisa de aprobación y yo alzo mis cejas cuando él no me ve—. Así como tú lo eres para mí —me dice y yo volteo a verlo, feliz.
Cuando mamá termina de hablar con sus amigas, todos nos vamos. Bajamos las escaleras de la entrada y quiero gemir de dolor al ver a Luke al final de éstas, apoyado en la baranda, de brazos cruzados. Sus ojos azules atrapan los míos y siento mis cachetes enrojecidos cuando me percato que él me repasa toda, de pies a cabeza. Trago duro.
Al pasar a su lado retengo la respiración, su mirada no se despega de mí, la puedo sentir quemarme. Es ahí cuando siento sus dedos rozar la piel de mi mano vagamente, como si estuviese tentándome.
Sin pensarlo, apresuro el paso, yendo directo al carro y cuando papá quita el seguro, me meto en carrera. Mi respiración es pesada y la zona de mi mano que fue acariciada por Luke quema a la intensidad de mil soles.
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Voten y comenten, me alegra que les vaya gustando♡
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dear god | lrh
FanfictionJuliet Sheldon ya no le temía a las prédicas sobre el Apocalipsis o cómo era el infierno y satanás porque con Luke Hemmings llegó a temer mucho más. // ashtonxiety 2019 // Gráficos por @sheisbea Portada por @d-dumb