nueve☆

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Mamá está más emocionada que yo respecto a mi cita con Luke, es como si ella fuese la que iría y yo no. Suelto una risa frente al espejo ante la idea de ella yendo en mi lugar, sería divertido. Dejo escapar un largo suspiro cansado a la vez que me observo detenidamente, aun no me he decidido si atar mi cabello en una cola alta o dejarlo suelto y el hecho de que en serio esté teniendo debates conmigo misma sobre mi apariencia y aspecto para lucir bien en la cita, me hace frustrar.

Me decido por dejarlo suelto, con el partido en medio y cayendo por mis hombros. Luke envió unos mensajes a mi celular sobre ir casual, que no era nada refinado y para ser honesta, eso me hizo sentir aliviada porque no hubiese resistido estar en un lugar quieto y silencioso con él, no sabiendo a la perfección las cosas que soltaría y que me afectarían.

Me hace perder la cabeza sin ni siquiera intentar fuerte.

— ¿Así irás? —escucho la voz de mamá en el marco de mi puerta, me giro para encararle y me encojo de hombros, ella niega rápido y se lleva una de sus manos para tapar su boca como si retuviese algo—. La otra camisa lila queda mejor con esos pantalones jeans, Juliette.

—Me gusta esta —señalo con delicadeza la blusa verde pastel y de botones. Mamá parece querer decir algo, pero se lo guarda para luego darme una gran sonrisa.

—Luke no tarda en venir, deberíamos bajar —me toma del brazo para guiarme a la salida, frunzo el ceño y agarro mis cosas con apuro. Mientras bajamos las escaleras, se me acerca con aire confidente, empujando su hombro con el mío—. Sigo atónita desde la mañana que Luke pidió permiso para llevarte a una cita. Juliette, me alegra saber que un joven como él haya puesto los ojos en ti, me hace sentir segura.

Alzo mis cejas y asiento lento, sin saber qué decirle exactamente. Trago duro, sabiendo que ella no sabe la verdad y que tampoco sabe que está contribuyendo a lanzarme a la boca del lobo.

A eso de las siete, el timbre resuena por toda la sala, en mi estómago se hace un nudo de solo pensar que estaré con Luke a solas, en una cita. Mamá me lanza una sonrisa y se encamina a abrir la puerta.

Y ahí está él, luciendo condenadamente atractivo. Quiero poner los ojos en blanco de lo ridícula que es la situación, pero me retengo al percibir la presencia de mi padre.

—Sr. y Sra. Sheldon, buenas noches, un gusto verles.

Y como siempre, mis padres caen rendidos a sus encantos.

Sus ojos se posan en los míos, soy la única que puede ver la escondida intención detrás de esa mirada azulada y serena. ¿En qué me metí? Tengo la necesidad de enroscarme en la pierna de mi madre a como lo haría una niña que no quiere ir al dentista, es tonto, lo sé.

—A las 9, ni un minuto más —sentencia papá.

—A las 9 estará acá, Sr. Sheldon.

Luke me hace un gesto con su cabeza para que me acerque a él, sin los ánimos de nada, le hago caso y voy a su lado. Volteo a ver a mis padres y les sonrío antes de que cierren la puerta.

—Escucha —llamo su atención una vez que los dos estamos en la acera de mi casa. Luke alza sus cejas a la espera, tiene una leve sonrisa pícara en su rostro y trato de que eso no me afecte al hablar—. ¿Realmente tendremos una cita? Digo, no tienes que hacer esto...

—Juliette, realmente tendremos una cita.

Oh.

— ¿Por qué? —no puedo evitar preguntar con confusión.

—Porque sí, deja de hacer preguntas y súbete al carro.

Es ahí cuando me percato del vehículo negro brillante estacionado al frente de mi casa. Luke camina hacia él, se escucha el pito de desbloqueo en las puertas y eso hace que vaya hacia allá también.

No me animo a hablar mientras él conduce, de vez en cuando volteo a verle de reojo solo para encontrarmelo con una mirada concentrada y semblante serio. Su cabello va peinado hacia un lado, haciendo ver sus rulos un tanto desordenados, las luces de los demás autos que nos traspasan y los foros de las calles alumbran su rostro, sus ojos quedan expuestos por segundos y me desagrada tener que admitir que jamás había visto un color tan parecido al cielo y a las profundidades del océano al mismo tiempo.

—Si hubiese sabido que lo único que querías era verme sin pestañear, entonces no hubiese planeado nada —su voz cargada con jocosidad rompe el silencio. Parpeadeo, enseguida dirijo la mirada hacia el frente y me cruzo de brazos, mis mejillas arden y me aclaro la garganta.

— ¿Planeaste algo?

Mis voz sale baja, temo que no me haya escuchado, pero Luke voltea a verme por unos segundos para después sonreír de lado, enseñándome su hoyuelo.

—Luces como una chica que le va ir a los cines y ver películas ridículas sobre romance, ¿me equivoco?

Suelto una risa, sin poder creer sus tontas palabras, niego y chisto mis dientes, con desaprobación. Luke pone los ojos en blanco.

— No luces como un chico que disfrutaría eso —espeto con una ceja alzada—. Pienso más en algún sacrificio o algo encontra la iglesia... quizás quemarla, ¿te va eso?

Es increíble cómo le he dicho eso, me aplaudo a mí misma cuando noto un ceño fruncido en su rostro.

—Juliette, a mí me van muchas cosas, pero quemar iglesias no creo que sea una de ellas.

— ¿Qué cosas te van?

Luke alza una de sus cejas con diversión y esconde su sonrisa presionando sus labios en una delgada línea.

— ¿Estás coqueteando conmigo?

— ¿Qué? No, ugh.

—Pues eso parecía.

Luke entra en un parqueo iluminado, estamos en el centro comercial más cercano del pueblo, las luces de colores y neones alumbran los cárteles, la bulla de los demás vehículos a nuestro alrededor y las personas saliendo para entrar al gran local.

— ¿En serio veremos una película?

Ambos empezamos a caminar hacia la entrada, trato de no chocar con él en lo absoluto, pero Luke pasa uno de sus brazos alrededor de mis hombros, provocando que me encoja por culpa de los escalofríos por tenerle tan cerca, oliendo su fragancia y su respiración chocando con la mía. Decido alzar la miraba para verle directo a los ojos y Luke ya tiene su atención en mí, tiene una ceja alzada, cargada de arrogancia y diversión. Disfruta verme sufrir entre sus brazos.

Quiero decirle que se aparte, pero me veo interrumpida al notar que no solo seremos los dos porque a unos cuantos metros de distancia están sus amigos. Y no los de iglesia, no, ya quisiera eso.

Son los mismos chicos que estaban en el callejón ese día que me topé con Luke por accidente.

Un castaño, un moreno y una rubia platinada: los tres mirándonos como si hubiésemos salido del circo.





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Realmente me tardé un mes en escribir esto, lmao. Voten y comenten, tkm ♡♡♡

dear god | lrhDonde viven las historias. Descúbrelo ahora