Narra Nicholas
Me quedé mirando desde la puerta Luis permanecía tumbado en medio de la cama mirando fijamente el techo, cruce la habitación hasta llegar junto a las puertas corredizas del vestidor, entre dentro y cerré detrás. Adentro había dos grandes armarios exactamente iguales, uno a izquierda y otro a la derecha, de cuerpos simétricos en los laterales y el central abierto, con la cajonera y la barra para trajes. Los frentes eran de laca negro y los cristales de color blanco. La ropa de otra temporada se organizaban en cajas, con su etiqueta identificativa, en la parte superior de los armarios. Al ser iguales, el armario se ve más en orden. Las corbatas se encontraba puesto en columnas extraíbles, de unos 15 cm de ancho, en cada extremo del armario. Para verlas bien, la había organizado en zig-zag, y por colores. Al final había un gran espejo. Todo organizado y perfecto, el de la izquierda pertenecía a Luis, tenía colgado algunos trajes y batas, el mío estaba repleto de trajes echó a medida y una colección de corbatas, mire el reloj que estaba sobre el espejo, faltaban quince minutos para las cinco am, tome el conjunto de traje negro, camisa blanca y corbata negra, no hacía falta ser tan elegante el día de hoy, era sábado y estaba cansado y apenas empezaba el día. La corrediza se abrió de golpe.
—Tu teléfono está sonando desesperadamente, y está haciendo peor mi dolor de cabeza—Dijo Luis entregando me el móvil.
Quién estaría llamando a estas horas, el único que lo haría sería mi abuelo, volvió a sonar otra vez.
Mire mi móvil y luego a Luis que aún me estaba mirando.
—Podrías darme un minuto tengo que hablar de negocios.
—Está bien—salió cerrando la puertas detrás suyo.
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Narra Luis
Negocios tan temprano, si seguro, pues no me la creo, busque el frasco de Aspirinas el dolor de cabeza me estaba matando, podría decir que estaba resfriado y si no fuera porqué se bien que bebí mucho, lo que no sé aún es que pasó anoche. Había una botella de agua que estaba por la mitad, sobre la mesita de luz, tome la botella junto dos aspirinas. Nicholas salió del vestidor y se dirigió al baño, tenía el entrecejo fruncido, al parecer la llamada no le dio mucha gracia. Unos minutos más tarde entro Magda con una gran bandeja, ponía con delicadeza las cosas sobre la mesa redonda que teníamos en el centro de la habitación.
—¿Servicio especial por qué estoy enfermo?— Dije, tardando de agarrar el pan tostado.
—Algo así—Me dio un manotazo al ver que quería agarrar el pan tostado—Pero esto no es para usted—Dijo señalado el pan tostado junto a la mermelada y el café—Sino está deliciosa sopa que Nicholas ha preparado.
En ese momento Nicholas salió del baño, con una toalla liada a la cintura y otra que le rodeaba por el cuello, Magda se puso roja como tomate y salió inmediatamente, casi chocando con la puerta, me quedé boquiabierto, podía ver perfectamente lo que había sentido hoy cuando estaba recostado junto a él, un cuerpo perfecto, ni el David de Miguel Ángel se podía comparar con su belleza, con la toalla que tenía rodeado por el cuello se secaba el pelo, se notaba que trataba de suprimir un sonrisa, por la reacción de Magda, actuaba con la total normalidad mientras se dirigía nuevamente al vestíbulo. Me quedé sentado en la silla frente a la sopa, un tanto desconcertado por lo sucedido, ¿Así sería normalmente si andábamos en buenos términos?. El golpe de la puerta me saco de aquella nube de mi pensamiento.
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Un Matrimonio Arreglado [Borrador]
RomanceHasta donde llegarías para proteger a la persona que amas, Nicholas Otero es capas de todo inclusive renunciar a esa persona. Prohibido su copia o adaptación. 12/01/2018