Narra Nicholas.
Si pensaba que esto estaba por terminar estaba muy pero muy equivocado, Luis había golpeado a Dante hasta que este quedara casi inconsciente, Antonio y Raúl tuvieron que detenerlo.
Luis contacto con su abuelo Richard, tardo como veinte minutos en llegar, al reunirse con nosotros no se sorprendió al verme, antes de pudiera preguntar algo Luis lo arrastro hasta su oficina y han estado ahí encerrados como diez minutos.
Antonio sugirió que nos fuéramos a la sala de espera, hasta que ellos terminarán de hablar.
Mientras Antonio aprovecho para ir a cambiarse ya que no tenía más que hacer, Raúl estaba sentado en unos de los sillones mirando una revista deportiva de hace dos años. Sin dudas este era una sala de espera totalmente equipada, había un gran tv plasma un computadora, librero con novelas y libros informativos, incluso había un puerta que dirigía a un pequeño oratorio.
Recorría la sala de un lado a otro, tenía que poner en orden mis ideas, antes que nada no pensaba renunciar al imperio Otero ahora, mi idea de un comienzo era empezar de abajo ser exitoso en mi negocio, entrar al ceo y luego sustituir a mi abuelo, pero ahora eso es un poco complicado, omitiré todo lo de empezar desde abajo y pasare a asumir el mando de todo, una vez que salga de aquí hablare con mi abuelo, ahora bien no estoy seguro como explicar todo esto.
Un pequeño alboroto se escuchaba en el pasillo, Raúl dejo caer la revista sobre la mesita.
—Iré a ver qué pasa—Dijo y salió.
Pasaron varios minutos y Raúl aun no volvía, no tenia de que preocuparme, después de todo que más podían hacerme.
Fui hasta librero al lado había unas fotografías colgadas, a la familia de Luis le encanta colocar fotografías por todos lados, me dirigí a mirar no reconocía a nadie a excepción de una donde estaba Luis y Antonio en una foto grupal parecían muy jóvenes en esa foto.
En la foto aparecía con otras tres personas más, sonreía de manera coqueta, su cabello era largo y se rizaba. Toque la fotografía en donde él estaba, mi lindo niño de dorados cabellos.
"Aún tengo sentimientos por ti, siempre los tuve"
Sería más fácil para mi si me odiaras, pero porque no me odias, después de todo lo que te hice, has perdido años de tu vida junto a mí, por mi maldito egoísmo, no puedo aceptar tus sentimientos como si nada ha pasado, lo siento pero te amo demasiado y no quiero verte infeliz.
—No creo que esto haya sido prudente—Dijo Raúl abriendo la puerta.
—Eso ya lo veremos—Dijo otra persona que sonaba de lo más familiar.
Y sí que era alguien familiar mi mejor amigo Héctor, al verme sonrió y eso era extraño el casi nunca sonreía, vino corriendo para darme un gran abrazo.
—Te vez bien—Dijo apartándose—Raúl me acaba de explicar lo que paso, no tienes por qué explicarme nada.
—Y tu muy sonriente, que mierda te hicieron para estar así—Se encogió de hombros y me dio unas palmadas en la espalda—Estoy feliz de verte pero ¿Pero qué haces aquí?
—Cuando Antonio llamo a Luis y dijo que habías despertado, armo un alboroto en casa que despertó a Thomas y Sofia, Luis dijo que llamaría cuando llegara y avisaría que paso, pero nunca llamo trate de hablar con Antonio pero no atendía su teléfono y no pude llamar a Luis porque no tengo su número, así que decimos venir.
—Espera, como sabes de..
Puso los ojos en blanco.
—Aguarda un momento.
—Esto no es una buena idea—Dijo Raúl que se había vuelto a sentar en el sillón.
Héctor salió al pasillo, la puerta estaba abierta y se oían pequeños murmullos.
Una figura delgada apareció en la puerta, su cabello rosa lo traía recogido tenía una chaqueta negra de cuero que le quedaba grande, sus jeans de color blanco estaban manchadas de tierra en la parte de su rodilla como si se hubiera caído.
—PAPAAÁ—Grito Sofia desde la puerta, sus hermosos ojos azules, se tornaron brillosos—Pensé, pensé—comenzó a gimotear.
—Sofia no grites—Le regaño Thomas apareciendo detrás de ella—Estamos en un hospital.
Fui prácticamente corriendo y le abrace a ambos como pude. Ya no eran niños la última vez que lo vi fue hace poco pero parecía como si fuera años,
Sofia se aferró a mí, Thomas fue sorprendido por el repentino abrazo.
Es extraño de explicar, por más que no compartimos mucho tiempo juntos, me encariñe mucho con ellos, los pequeños momentos que compartíamos eran increíbles, sinceramente los considero mis hijos.
—Fuiste tu quien dijo para traerlos—Respondió Antonio entrando, ya se había cambiado y fue al lado de Héctor.
—Hablemos en privado un rato—Dijo Héctor.
—No quiero separarme de mi papá—Sofia se aferró a mi como si fuera a desaparecer en cualquier momento.
—Deja de ser infantil Sofia—Le regaño Thomas.
Ambos fueron a sentarse cerca de Raúl, Thomas le limpiaba los ojos de Sofia que se habían llenado de lágrimas, Thomas podía parecer serio pero es un muy buen hermano mayor.
Antonio se quedó a vigilarlos, Raúl podía ser mayor que ellos pero seguía siendo un niño.
Entramos al oratorio, había apenas seis sillas de ambos lados, pero lo que más me llamo la atención fue que había dos grandes cruces una al lado de la otra, una de ellas tenia a Jesús crucificado, mientras que la otra estaba vacía. Sobre ellas había un mensaje.
"Cualquiera que sea tu fe no la pierdas"
—Sentémonos—Dijo Héctor.
Me contó todo lo que paso, de como Luis les dijo sobre la existencia de Sofia y Thomas, de cómo Antonio y Alex fueron a buscarlos, de una conversación que había escuchado, del incendio de la casa, sobre Luis que parecía desesperado.
Al terminar de hablar dio un suspiro largo me miro a los ojos.
—Podías habérmelo contado, pero entiendo por qué no me lo dijiste, a pesar de ser amigos hay cosas que no me puedes decir—Me lo dijo en su habitual tono serio.
—Héctor...No es que no quisiera decirte nada.
—Está bien, no tienes que explicarme nada.
Sabía que él no estaba enojado conmigo, más bien estaba triste no es como si no confiara en Héctor es solo que no quise involucrar a nadie, ahora entendía lo que había dicho Antonio lo de que sabían sobre mis circunstancias.
No sabía que decir, y el silencio era incómodo. Mire hacia adelante y volví a leer el mensaje
"Cualquiera que sea tu fe no la pierdas" ¿Pero si desde el comienzo nunca tuve fe en algo que hago?
—Ustedes no se casaron por la iglesia—Dijo de pronto Héctor, miraba fijamente una de las cruces.
—No, no queríamos una ceremonia—Negué con la cabeza—No quería una ceremonia—Me corregí rápidamente—Para mí bastaba con que nos casáramos por lo civil.
—Es una pena, pensaras que es decir si acepto y nada más, pero no, va mucho más de lo que imaginas. Es un gran compromiso, donde ambos aceptan pertenecerse el uno al otro, y estar para siempre junto al otro.
—Ustedes se casaron a escondidas, en la capilla de mi familia.
—Luis y tú, fueron nuestros testigos—Me sonrió—Fue lo mejor que he hecho, no me arrepiento de nada. Nicholas no creo que te arrepientas de estar cerca de Luis.
—Es que no lo hago.
—¿Entonces que es?, ¿Alguna de la decisiones que tomaste que lo involucraba hablaste con él?
—Héctor que es lo que me quieres decir.
—No decidas tú solamente las cosa que le afectan a ambos, recuerda esta es una relación de dos.
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Un Matrimonio Arreglado [Borrador]
RomanceHasta donde llegarías para proteger a la persona que amas, Nicholas Otero es capas de todo inclusive renunciar a esa persona. Prohibido su copia o adaptación. 12/01/2018