Narra Luis
Miraba a la oscuridad de la noche través de la ventana de mi habitación, apenas eran las siete de noche, las hojas de los árboles estaban siendo azotadas por el viento, sin duda volvería a llover por la mañana, muchas cosas habían pasado en el trascurso del fin de semana, y aun así la vida seguía, mañana comenzaría una nueva semana, un nuevo comienzo. Mi mamá siempre le decía a mi papá que cada comienzo de semana es una nueva oportunidad para hacer las cosas bien.
Me aparte de la ventana, y recorrí la casa en un intento desesperado de hacer algo, ya que no podía quedarme en el hospital esta noche, en la mañana había discutido nuevamente con la madre de Nicholas, y gracias a eso me habían echado prácticamente. Si no fuera por mi hermano mayor Luka, tal vez esa bruja conseguiría que me negaran el acceso al propio hospital de mi familia. Luka había detenido la pelea, proponiendo un horario de visita, para así poder evitar vernos a la cara, hoy su familia se quedaría.
Tratamos de limitar el acceso a de las personas en la sala donde esta Nicholas, fue difícil convencer a su familia que no pasaran, pero al final entendieron—O eso queremos creer—Pero Fátima hizo hasta lo imposible para poder quedarse en el pasillo, no se el motivo del porque se preocupa tanto ahora por él ahora.
Nicholas me contó una vez que cuando tenía cinco años su madre lo dejo con sus abuelos, él se había criado con ellos, lejos de su padres e hermano mayor, nunca supo el motivo del porque prácticamente lo abandonaron, muy escasas veces hablaba con sus padres, y muy debes en cuando con su hermano mayor, por eso me parece muy hipócrita de su parte todo esto, que ahora después de veintidós años quiera hacer el papel de mamá preocupada. Siempre me da un dolor en el corazón cuando pienso en él estando solo en algún lugar de la mansión de su abuelo, siendo su única compañía él mismo, nunca me podría imaginar una infancia así para mí, no podría imaginar crecer sin mis hermanos mayores, siempre había momentos en que nos odiábamos, pero al final siempre nos reconciliábamos, perdí la cuenta de cuantas veces me pelee con mi hermana Lucia, y las veces que Luka—Por ser el mayor—Siempre se interponía entre nosotros. Además Luka nunca nos dejaría de lado así como lo hizo Felipe el hermano mayor de Nicholas, él simplemente se acomodó a la decisión de sus padres, y no busco la manera de poder tener alguna conexión con su hermano pequeño.
De alguna forma había llegado al jardín, el viento seguía siendo fuerte y me despeinaba el cabello, tenía un poco de frió, ya que solo tenía puesto una remera de mangas cortas verde musgo y un short negro, cuando me disponía a volver a la casa, vi un Nissan X-Trail,estacionarse enfrente de mi BMW. Bajaron dos personas bastante conocidas, queme saco una sonrisa.
—Tranquilo, que los ángeles no se están cayendo del cielo, soy solo yo—Dijo Luka, mostrando una sonrisa coqueta, cuando llego junto a mí.
Lucia puso los ojos en blanco.
Luka siempre bromeaba diciendo que su belleza superaba a cualquier dios griego o a la de algún ángel, hubo una vez cuándo me puse a pensar seriamente si eso es realmente posible, él tenía los ojos color avellana pero predominaba más el verde, el cabello de un rubio dorado claro, la piel blanca, según él nuestros padres lo hicieron con más amor que a nosotros, ya que tanto Lucia como yo teníamos casi el mismo tono de pelo a excepción que ella lo tenía de un rubio un poco más claro que el mío, y mientras lucia tenía los ojos color ámbar, yo los tenia de un avellana perfectamente mezclado entre el verde y marrón, aunque había personas que me decían que es verde dorado o marrón verdoso.
—Ya estás de nuevo con eso—Dijo Lucia, cruzando los brazos sobre el pecho.
Luka se encogió de hombros.
—Entiendo su envidia, por mi belleza inhumana, hay veces que yo mismo me tengo envidia.
—Luis ¿Piensas que ya es tarde para pedir una prueba de ADN?—Pregunto Lucia.
—Creo que si hermanita, treinta y cinco años tarde para ser exactos—Respondió Luka, algo enojado.
—Que les parece si continuamos esta conversación dentro de la casa—Dije tratando de no reír demasiado.
Ya en la calidez de la sala, Luka y Lucia se sentaron juntos en el sofá, y yo frente de ellos.
—Y bien a que se debe esta hermosa visita—Pregunte, ya que era extraño que ellos vinieran a verme.
—Mamá quería que te apoyemos— Dijo Luka, haciendo comillas con sus dedos—Y también, es una excusa para salir de la casa los niños me van a matar.
—Si son como tú—Dijo Lucia, soltando una carcajada.
Luka la miro de manera asesina por unos minutos, y luego se echó a reír.
Luka tiene tres niños, y se llevan por tres años el mayor tiene nueve, el segundo tiene seis y el tercero tres, sin dudas estaba en la etapa más difícil de la crianza de los niños, pero Lucia tampoco la tenía fácil ella tiene dos niñas la mayor apenas tiene cuatro y la menor dos. Por lo tanto estos momentos de tranquilidad estoy por seguro que es lo mejor para ellos.
Tuvimos una buena platica por al menos hora y media, recordando tiempos en que solo teníamos que preocuparnos por tonterías de niños, la mayoría de la veces—Por ser el menor— siempre terminaba siendo castigado por algo que Luka o Lucia habían hecho, ya que siempre me echaban la culpa a mí.
—Recuerdas—Dijo Luka, a Lucia, tratando de no reír—Cuando quemamos la licuadora de mamá, le dijimos que fue Luis quien lo estaba usando.
—¿Quemamos?—Pregunto Lucia, mientras agarraba el ultimo bombón del cuenco de cristal, de que fue devorando desde que se dio cuenta de que estaban ahí—Fuiste tu queriendo hacer tragos, pensando que la licuadora podría triturar el hielo, yo simplemente me quede en el taburete de la cocina riéndome de ti.
—Dios, mejor paren no quiero saber más de cosas por el cuál fui castigado injustamente.
Antes de algunos de ellos pudiera responder, el móvil de Lucia sonó, se apartó por un momento para poder responder, la quedamos viendo, solo respondía afirmaciones, inclinado la cabeza en señal de aceptación. Colgó el móvil y se volvió a sentar junto a Luka.
—Chicos lo siento tengo que volver, Juan tiene turno esta noche y tengo que volver, para cuidar de las niñas.
—No sé por qué sigue trabajando en un hospital público, siendo que puede tener un buen puesto y un salario más elevado, en unos de nuestro hospitales—Dijo Luka haciendo una mueca de desagrado.
—Ya sabes por qué lo hace, no solo es por el dinero, el ama trabajar ahí y sabes cómo son los doctores en los hospitales públicos.
—Hay un área publica en el hospital central—Espeto Luka—Acaso dices que nosotros somos pésimos médicos, y que solo nos importa el dinero, es eso lo que quieres decir.
Lucia suspiro, y miro con tristeza a Luka, no era la primera vez que ellos discutían por ello.
—Luka, para estar en el área publica del hospital central debes pertenecer al plantel del área privada, y juan prefiere permanecer al cien por ciento en el un lugar público donde pueda ayudar a las personas y darle una atención de calidad a los que necesita, y no me refería a somos pésimos médicos, ya que también me incluyo, siendo que estoy trabajando en unos de los hospitales de la familia—Fue lo último que dijo antes de levantarse de su lado, para dirigirse a la puerta.
Llame a Raúl—Ya que se había quedado en la casa en caso de que necesitase algo— para que pueda llevar a Lucia a su casa, me despedí de ella, y finalmente solo quedamos Luka y yo.
—Bueno—Dijo finalmente, sentándose junto a mi— No solo he venido porque mamá me lo dijo, si no también quiero saber cómo estas.
Sabía que Luka no se quedaría cruzados de brazos esperando a que yo solo le cuente mis problemas, él siempre fue así tratando de arreglar nuestros problemas o por lo menos escuchar lo que nos afligía, sin dudas Luka es el mejor hermano que uno puede pedir.
—La he cagado, y esta vez no puedes hacer nada para ayudarme—Dije soltando un suspiro.
Me rodeo los hombros con su brazo, y apoyo su mejilla sobre mi cabello.
—Tal vez, no pueda hacer nada, pero estoy aquí para ti, no creo que lo que sea que haz echo, sea tan malo para no poder arreglarlo, eres mi hermano y sé que tú puedes hacerlo, ten más fe en ti mismo.
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Un Matrimonio Arreglado [Borrador]
Storie d'amoreHasta donde llegarías para proteger a la persona que amas, Nicholas Otero es capas de todo inclusive renunciar a esa persona. Prohibido su copia o adaptación. 12/01/2018