Capítulo 54: Tan Cerca de Mí

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No se puede retroceder ni se puede parar. Los finales felices son siempre dulces y amargos al mismo tiempo. Pero supongo que este no era el final. La sorpresa de encontrarme a Lachlan justo a mi lado luego de varios días sin tener noticias de él me hacía pensar que siempre estuvo ahí, oculto, aunque yo no lo viera. Sé que ahí estaba y a pesar de que prefería no preguntarle, el solo hecho de aparecer en uno de los momentos en que más lo necesitaba y en el que menos lo esperaba, lo arreglaba todo… o casi todo.

Propuso irnos, salir de Valley City por un tiempo, solo unos meses, pero no podía. Al menos no por ahora. Rebecca estaba en medio de nosotros y las amenazas de Alexandra y sus secuaces se sentían más reales que nunca.

–Ellos lo comprenderán. Ninguno de los dos se negará a que estés a salvo –me decía aquella tarde. Estaba casi anocheciendo y aún conversábamos a la orilla del lago. 

—No es una opción, Lach –dije con tono autoritario.

De un tiempo a la fecha, Lachlan y yo solo habíamos tenido malentendidos. Nuestra relación iba decayendo con cada segundo que pasábamos juntos. Solo discusiones, únicamente existían entre nosotros peleas y desacuerdos. Ya ni siquiera recordaba la última vez que compartimos una habitación sin que termináramos en medio de gritos y todo por causa de sus justificados celos hacia Sam, quien iba y venía de la ciudad como un fantasma y ni siquiera era capaz de mirarme a la cara.

Lachlan trataba tan desesperadamente protegerme con todas sus fuerzas que terminaba ahogándome. Debía entender que yo necesitaba mi espacio para respirar, estar con mis amistades, al menos las que me quedaban y hacer las cosas que comúnmente realiza una adolescente.

–Las cosas no van bien entre nosotros dos últimamente. Puedo notar que estás un poco distante –comentaba sin mirarme directamente a la cara. Tanto él como yo sabíamos que el futuro en esos momentos tan difíciles era bastante incierto. No respondí, la verdad era que no sabía qué decir–. No puedo apartarme de ti, al menos no por ahora, pero creo que es mejor si nos tomamos un tiempo–dijo volteando su rostro hacia mí.

–¿Es por Chris o por Sam? –dije tratando de averiguar sus verdaderas razones.

–Es por ti, Elizabeth –sentenció–. Y por mí… Creo que funcionamos mucho mejor como amigos.

Analicé la situación fríamente, con todos mis pensamientos situados en la solución más dolorosa para todos los involucrados en este nuevo desastre. Lo último que quería en esos momentos era ser egoísta pero realmente perder a Lachlan no era una opción así que por primera vez en mi vida, decidí que lo más sensato en ese caso era darlo todo terminado. Hacer como si ya no significáramos nada el uno para el otro y mantenernos como amigos cordiales hasta que la situación permitiera cambiar nuevamente el estatus de nuestra relación, era indudablemente la mejor opción.

Regresé a casa sin hablar con nadie, muy a pesar de que Anna había escuchado toda nuestra conversación y sabía que estábamos colgando de la línea floja.

–Espérame en casa –me sonrió la chica–. Te prometo que llevaré helado y tendremos una noche de chicas aunque Kat no esté aquí.

Era hasta irónico que la ruptura fuera lo único que se sentía normal en aquel lugar.

La espera se hacía bastante larga para mí así que decidí terminar un libro de poemas antes de que Anna llegara. Me recosté un rato sobre la cama a leer hasta que escuché un ruido afuera. Di por sentado que era Jensen así que abrí la ventana y salí para conversar un rato, pero descubrí que no había nadie en el tejado. La tranquilidad afuera de la casa me sorprendió, pues juré el ruido que normalmente hacía el techo cuando alguien caía sobre él. Seguro fue solo el viento, traté de consolarme a mí misma. Regresé a mi habitación, entonces, y cerré la ventana como de costumbre. No había nada allá afuera.

La Reina De Los Lobos [Saga Dioses Caídas] (Libro 1 ✔️✔️)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora