Capítulo 21: Lazos de Sangre

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Jensen me llevó a casa y en el camino solo me acompañó un silencio sepulcral por su parte. Solamente me habló para decirme que Anna se quedaría conmigo esa noche por mi propio bien.

—Yo también estaré afuera toda la noche —me dijo despidiéndose de mí en el porche—. Y, por favor, no permitas que lo peor de Sam te haga crear una imagen completamente equivocada de él o del resto de nosotros. Sammy no es él mismo en noches de luna llena y poco a poco descubrirás que tú tampoco lo eres.

—De la forma en la que yo lo veo, hoy ha sido más él mismo que todos estos meses atrás, Jensen —sentencié y el rubio no hizo siquiera por objetar mi posición.

No era realmente mi noche y quizás todo aquello tenía que suceder para que el espejismo se desvaneciera frente a mis ojos.

Anna y Erick me esperaban en mi habitación para contarme todo lo sucedido en la mascarada a la que me había ausentado, pero la realidad era que no estaba de humor para nada. Solo quería dormir y dejar que el sol saliera a la mañana siguiente para aclarar mi mente de aquella neblina de furia.

—Si no puedes dormir, estaré a tu lado —me tranquilizó Anna—. Sé que las primeras lunas pueden ser difíciles.

La de los cabellos oscuros había preparado su improvisada cama junto a la mía y podía sentir cada una de mis emociones, incluso si ni siquiera yo era consciente de la mitad.

—Lachlan dijo que no me voy a convertir en eso que es Sam —recordé. Intentaba buscarle una respuesta a todo, pero mi mente no podía asimilarlo todo al ritmo tan veloz en el que los eventos y las confesiones se movían a mi alrededor—. Pero Sam dijo que por algún motivo estoy ligada a él… y no entiendo… no puedo… —creí que iba a romperme, pero Anna me tomó de las manos y explicó todo cuanto pudo con una agradecida claridad.

—Lizzy, los cambiaformas como Sam no pueden convertir a un humano por una mordida o un rasguño —me decía—. Nadie sobrevive a un ataque de un hombre lobo, porque ellos no se detienen cuando están nublados por la luna. Los vampiros y los profundos somos conscientes de nuestros actos, pero los cambiaformas no lo son. El solo hecho de que Sam pudo detenerse por un instante aquella noche es tremendamente significativo, aunque no represente mucho para ti ahora.

—Tienes razón —repuse—. No significa nada.

—Él y yo estamos ligados a ti, porque ambos probamos tu sangre… y eso tiene consecuencias para nosotros —rememoró—. Tanto Sam como yo estamos vinculados por un lazo irrompible. Justo como tú y tu hermano lo están.

—¿Entonces estoy obligada a sentir todo lo que ustedes sientan?

—No siempre, pero sucederá si estoy pensando en ti, por ejemplo. Si mi mente viaja a tu persona, podrás acceder a mí —me advirtió. Si encontraba molesto que Jensen hurgara en mi cabeza, no sabía si podía soportar el hecho de que otras dos personas tuvieran acceso a mí—. Pero el vínculo funciona en ambos sentidos. Si piensas en Sam, verás a Sam y él puede verte a ti. Solo él. Momentos de tu pasado y tu presente serán compartidos con él y conmigo si nos permites entrar.

Ya el dolor de cabeza comenzaba a tornarse infernal y no podía resistirlo más.

—Va a ser demasiado difícil…

—En luna llena o luna nueva, mucho más —dijo—, porque todo se magnifica para él, así que te aconsejo siempre estar cerca de uno de nosotros si no puedes soportarlo, pero tampoco puedes desentenderte de Sammuel. Como mismo yo voy a verme obligada a compartir mis secretos contigo, también lo va a hacer él. Lo último que necesitamos es una guerra entre ustedes dos.

Perfecto, tenía que bloquear a Sam de mi cabeza y justamente era todo lo contrario lo que quería hacer. Parecía que cada vez que cerraba los ojos, su rostro estaba frente al mío y regresaba al justo momento de nuestra discusión en el cuarto de Lachlan. La conversación completa resonaba en mi mente hasta que otra imagen se alzó en ella y no pude evitar querer mirar mucho más allá.

La Reina De Los Lobos [Saga Dioses Caídas] (Libro 1 ✔️✔️)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora