Termino de guardar el trabajo y cierro el portátil cansada de estudiar y trabajar, no se que será de mi cuando sea más mayor y tenga mi trabajo. Recojo un poco el escritorio y cuando he terminado bajo al salón con una sonrisa.
Hace un par de semanas que Ethan y yo volvimos, y ahora estamos mejor que antes si se puede. Pasamos ratos juntos, eso si, sin dejar de lado a mis amigos. Por las tardes voy a surfear con Nora, y a veces con Lily mientras Ethan se queda en casa con mi padre, hablando y haciendo poca cosa. Le dije que Alexis se iba y aunque en parte se sintió culpable, ambos sabíamos que era lo mejor. Hemos pasado bastantes días en casa de Nona, algún que otro día estaba mala, así que nos teníamos que volver, pero el resto todo bien.
–Hola mami. –digo sentándome en un taburete, ya que ella está haciendo la cena.
–Hola cielo, te veo feliz. –dice con una sonrisa.
–Puede ser. –digo sin darle importancia.
–Si lo piensas bien, la felicidad son pequeñas ilusiones. ¿Tal vez sea porque Ethan se está formalizando contigo?
–Puede ser. –comento sin más.
Esa tarde cuando estoy sentada en el sofá sola, porque mis padres están haciendo cosas y Lily con sus amigos, le mando un mensaje a Ethan.
Yo: Quiero una hamburguesa.
Ethan: Y yo quiero abrazarte y estar contigo ¿Que hacemos?
Yo: Yo quiero mi hamburguesa.
Ethan: Vale.
No pone nada más, así que simplemente lo bloqueo y sigo mirando la tele, uno de esos programas que no tienen sentido pero que enganchan. Al rato llaman a la puerta, así que me levanto y abro.
–Buenas tardes –dice Ethan.
–Hola. –digo sonriéndole.
–Mi abrazo. –tira de mi y paso las manos por su cintura.
Permanecemos así un par de minutos, luego me da un beso en la cabeza y se separa.
–Vamos arriba.
Subimos a mi habitación y se sienta en mi cama con los brazos cruzados en el pecho.
–Nos vamos a cenar, así que vístete, me encantaría que fueras en pijama, pero no está bien visto. –dice riendo.
–¿A dónde vamos? –pregunto mientras cojo unos tejanos, y una camiseta gris.
–Te apetecía una hamburguesa ¿no? –comenta. Me quito el pantalón del pijama quedándome en ropa interior de cintura para abajo y me pongo los tejanos, luego me quito la camiseta quedándome en sujetador y busco la camiseta que estaba en la cama. –¿Porque no vas así? Estás muy guapa.
–Porque como tú dices, no está bien visto. –comento mirándole. –Dame la camiseta.
Se levanta dejando la camiseta detrás suyo y me da un beso en los labios que me quita el aliento. Me retira el pelo de la cara y profundiza el beso pasando las manos por mi cintura y pegándome más a él. Es adictivo, es un sabor maravillosamente embriagador y jamás me cansaré de él.
Se separa, coge la camiseta y me la pone, después me da un beso más y se vuelve a sentar.
Cuando estoy en el baño peinándome un poco, sale de la nada y mientras pasa un brazo por mi cuello y me da un beso, saca el móvil y nos hace una foto en el espejo de sopetón.
Quince minutos después estamos llegando a un restaurante de comida rápida para cenar mi capricho y así me tiene contenta y yo le tengo contento a él porque quería estar conmigo. Pedimos la cena y en ningún momento me suelta la mano, al contrario, mientras esperamos pasa el brazo por mi cintura y me da besos por todo el rostro.
Mientras cenamos comentamos alguna cosa y se ríe de mi por el hambre que tengo, en la otra parte del local está Sean con Jordan y más gente, pero me centro en Ethan, que en cuanto ve que me fijo en ellos tan solo un segundo, hace que me cambie hasta su lado y así no tenerlos de frente, apoyo la cabeza en su hombro y me sigue contando cosas.
Cuando me deja en casa con un beso y la promesa de vernos mañana me dirijo a casa de Nora para dormir juntas.
–Hola Vi! ¿Que tal? ¿Que habéis hecho? –dice Nora cuando me ve y se despide de Ethan, que ha esperado a que entrara.
–No mucho. –comento entrando en su casa.
Pasamos la noche juntas charlando y comiendo guarrerías que luego habrá que quemar haciendo deporte. Me habla sobre J, y definitivamente está perdida en todo él. Al parecer J sabe algo y no se lo quiere decir, pero poco puedo hacer yo.
Viernes. Voy a clase como siempre, pero al volver me lleva Ethan, que se queda a comer en casa, luego subimos las escaleras y se sienta en el escritorio. Abre el portátil y se pone a hacer cosas. Me quito la ropa y me pongo unas mallas y la sudadera de Ethan, la negra.
–¿Cuando vas a dejar de robarme ropa? –pregunta sin mirarme.
–Nunca.
Se pone de morros y apoya la cabeza sobre la mesa, me acerco a él y paso los brazos por su cuello.
–Venga no te enfades. –digo con un beso en su nuca.
–Me enfado. Sí. –dice levantándose. –Porque te queda mejor que a mi.
Abro la boca para decir algo pero no se me ocurre nada, así que la cierro. Me vuelvo a acercar a él y consigo que me de un beso en condiciones, porque me lo merezco y se lo merece. Porque le quiero y porque me parece increíble que se enfade, o al menos lo intente, porque me queda bien la sudadera.
–No seas tonto. –digo pasando las manos por su espalda desde arriba hacia abajo, llego hasta la cinturilla de sus pantalones y subir su camiseta, tan solo un poco para poder tocar su cálida piel.
–Violet... –dice a tan solo unos centímetros de mi.
–Dime –le inquiero con una sonrisa.
–Eres mala. –dice contagiándose de mi sonrisa.
–Puede.
–Tengo que irme Vi, mi padre quería hablar conmigo sobre algo y le dije que estaría allí temprano. –dice mientras me pasa un brazo por la espalda y con el otro me acaricia la mejilla.
–Vale, luego hablamos. –digo dándole un beso en los labios. –Te quiero.
–Y yo. –dice él besándome de nuevo.
Baja las escaleras y desaparece de mi vista espero hasta escuchar la puerta cerrarse. Suspiro y me siento en la mesa para empezar a hacer cosas.
Comienzo por estudiar, siempre es lo que más odio, así que mejor empezar por ello, y después deberes y trabajos.
Mi madre llega a mitad de tarde y me pide que la ayude con unos temas de tecnología que no entiende, es normal, mi madre siempre usa lo mismo en su trabajo, y si le piden algo diferente yo se lo explico.
Le ayudo a hacer la cena a mi padre, sigue un poco molesto por todo el tema de Alexis, pero cuando le conté que lo habíamos solucionado y que se iba a Chicago con su padre se relajo un poco.
Poco después de las diez estoy en mi habitación, concretamente en la terraza con el ordenador en las piernas viendo alguna cosa sin mucho empeño, la razón por la que no he salido un viernes es sencilla; no me apetecía. Dana, Kelly, Rory, Daniel y Alan han salido, pero yo no me encontraba en condiciones porque una vez que te pones el pijama poca cosa te apetece hacer, y aquí estaba la muestra.
–Vi –dice mi madre cruzando la puerta. –Te está llamando Ethan y no se lo coges, me ha llamado a mi, parece alterado.
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Hola buenas voy a hacer como si no hubiera desaparecido OTRA VEZ.Madre mía madre mía, que esta pasando por aquí Ethan?
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Violet
Teen FictionMi nombre es Violet. Tengo 17 años y vivo en Victoria, Australia. Puede que mi vida no sea especialmente entretenida, pero es mi vida y para mi es increible. Me encanta hacer surf, es mi pasión desde pequeña. Vida normal, amigos y familia medio norm...