Capítulo 49 Rincones escondidos

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Las siguientes semanas se hacen cuesta arriba, y más con los exámenes día si y día también, pero me relajo cuando quedo con mis amigos o solo con Ethan para estudiar más tranquilamente.

Algunos exámenes no salen como me gustaría, pero nada mal con respecto al año pasado. Ayer sábado mi madre me dijo que el martes me iba a Nueva York con mi hermano Finn y Spencer y junto al pequeño Cody, tan solo tres días, pero según mi madre es para traerme a Cody a casa una semana.

El lunes ya tengo hecha la pequeña maleta, nada en comparación con la que me llevé a New South Wales,ya que en Nueva York hace un frío de muerte, mientras que en Australia hace mucho calor.

El mismo martes por la mañana Ethan se pasa para darme un beso de despedida y pasar la mañana conmigo, ya que el vuelo sale sobre las cuatro de la tarde, y así estamos, en mi habitación tumbados el uno junto al otro.

Nos hacemos fotos chorra, me subo a caballito encima suyo para salir a la terraza y me coge en brazos para volver a entrar. Me da muchísimos besos, y eso que son solo tres días, ya que creo que no sería capaz de separarme más de él.

–Te veo pronto. –digo en la entrada de casa con la maleta en la mano y el abrigo en la otra a pesar del calor.

–Te quiero. –dice abrazándome.

–Y yo a ti. –digo apretándole contra mi. –En cuanto vuelva te prometo que dormiremos juntos y lo que tu quieras.

–Pásalo bien, y ten cuidado. –dice separándose.

–Vamos Vi, Ethan deja a mi hija o no llegará nunca. –dice mi madre en el coche ya.

–Entonces jamás la soltaré. –dice agarrándome de nuevo.

–Ethan! –digo pegándole.

–En serio. –dice separándose. –Ten cuidado.

–Lo tendré.

Tras veinte horas de vuelo durmiendo leyendo y viendo series llego al aeropuerto de Nueva York sin saber muy bien a donde ir, pero me oriento muy bien, así que no hay problema.

En cuanto un cartel donde pone Violet Hill en grande que sostiene parece un señor, ya que parte de la cara la tiene tapada.

–Hola –digo llegando hasta él. Se quita el cartel y chillo de la emoción. –Finn!

Le abrazo muy fuerte colgándome de su cuello y dejo la maleta a un lado.

Finn. Mi hermano mayor, el cual me saca siete años y medio. Vive en Nueva York desde hace cuatro junto con Spencer, y tiene a Cody desde hace tan solo dos, casi tres. Es como otro padre, solo que más entretenido y más joven, claro. Trabaja en un bufete de abogados bastante importante, y por eso no nos visita tanto a pesar de el dineral que gana. Alto, rubio y con una sonrisa que conquistó a Spencer en el primer momento.

–Vamos hermanita, aquí no hace el tiempo de Australia. –dice cogiendo mi maleta.

Salimos del aeropuerto y en veinticinco minutos más o menos estamos entrando en un garaje y subiendo por un ascensor bastante bonito. Abre la puerta de su casa y me recibe un amplio lugar bastante hogareño y limpio a la vez.

–Ya hemos llegado. –dice Finn en alto mientras se quita el abrigo y lo cuelga en el respaldo de un banquete que hay en la cocina junto al mio.

Lo que veo me deja pasmada, a la derecha una cocina bastante grande, y detrás de está un salón grande con paredes color beige. Una escalera frente a mi y a la izquierda una puerta que parece dar a un baño.

–Violet!! –me recibe Spencer abrazándome.

–Hola Spens –digo abrazándola también. –Te he echado de menos.

VioletDonde viven las historias. Descúbrelo ahora