Los Colores De Tu Música || 1° Parte

Capítulo XXIV

Baek Mike

Sun estaba tirada en el suelo. No había llegado a tiempo para cogerla antes de que se cayera al suelo. Se había dado un golpe muy fuerte en la cabeza al aterrizar y no se había movido desde entonces.

Llegué a su lado e intenté hacerla reaccionar. Tenía los ojos desenfocados y llorosos. La profesora se acercó también y le tocó la frente. Tenía la cara muy roja y los ojos se le habían cerrado. Khalan llegó a mi lado y entre los dos la cargamos fuera de clase en dirección a la enfermería.

En cuanto llegamos, el médico, de nombre Suho según ponía en la chapa que llevaba colgada de la bata blanca, nos hizo tumbarla en una de las camillas y enseguida nos preguntó que le había pasado.

—Desde esta mañana que se encontraba mal. Creo que no ha comido nada en todo el día, y en clase tenía fiebre.

Suho asintió con la cabeza para hacernos entender que nos estaba escuchando aunque estuviera auscultando el pecho de Sun por encima de su camisa. Después cogió una linterna pequeña que llevaba en uno de los bolsillo de la bata y abrió un ojo de Sun para pasar la luz por él, después hizo lo mismo con el otro.

Se apartó de ella y se sentó en su silla. Escribió en un trozo de papel y nos hizo acercarnos hasta su mesa.

—Se ha desmayado —confirmó lo que ya sabíamos—. Puede ser una bajada de tensión por no haber comido nada en todo el día, pero si además tiene fiebre puede ser un simple resfriado —dejó el bolígrafo con el que estaba escribiendo junto al papel.

Se levantó de la silla, cogió un termómetro del armario que tenía detrás de su mesa y se acercó de nuevo a Sun. Esperó hasta que el artilugio empezó a pitar y lo cogió volviendo hasta nosotros. Nos lo mostró preocupado. 39'5 ºC. Era una fiebre altísima para un simple resfriado.

—Será mejor que se quede aquí hasta que acaben las clases y luego podéis venir a recogerla para ir a casa —volvió a escribir en otro papel y cuando acabó nos lo dio—. Enseñad este papel a los profesores para que sepan que se encuentra aquí.

Le dimos las gracias y nos levantamos de las sillas para salir por la puerta. Antes de llegar a salir Suho nos volvió a parar.

—Será mejor que hoy no haga nada, que solo descanse. Mañana si se encuentra mejor que se tome estas pastillas y en unos días estará como nueva —nos dio una caja de pastillas que enseguida guardé en el bolsillo del pantalón de mi uniforme.

Le volvimos a dar las gracias. Antes de cerrar la puerta volví a mirar a Sun. No hacía ningún movimiento mientras Suho la tapaba con la sábana de la cama hasta el cuello. Cerré la puerta corredera sin hacer mucho ruido y ambos volvimos a clase. 

De vuelta en lenguaje musical le expliqué a la profesora lo que me había dicho Suho y ella nos permitió hacer la presentación de la canción otro día cuando Sun se sintiera mejor y estuviera recuperada.

♪♪♪♪

Las últimas dos horas lectivas las pasé dándole vueltas a la cabeza. Estaba deseando que sonara el timbre para poder ir a recoger a Sun de la enfermería e ir a casa. Me había preocupado esta mañana cuando tenía tan mala cara y no quiso comer nada. A la hora del almuerzo estuve buscándola por toda la cafetería, pero no había rastro de ella. Y cuando llegamos a lenguaje musical la vi durmiendo. Temblaba como aquel día que volvimos de la excursión. Tenía la frente surcada por pequeñas gotas de sudor y su cara parecía un tomate. Tenía claro que se estaba poniendo peor cuando al tocarle la frente y notar que tenía fiebre, ella abrió sus ojos negros mirándome de manera desenfocada. Me hubiera gustado dejarla dormir durante toda la hora si hubiera sido posible, pero la profesora nos había llamado para presentar la canción y ella se había puesto en pie enseguida. Cuando su cuerpo se desplomó en el suelo me asusté a sobremanera. Escuché el ruido de su cuerpo cayendo de golpe en el suelo y creía que se me había parado el corazón al ver el golpe que se dio en la cabeza. No me dio tiempo ni a pausar la canción cuando corrí a su lado.