Hi Kitty Lou - Larry Stylinson (Omegaverse)

Epilogo: "Adiós"

Habían pasado dos semanas y no había querido saber de más nadie que de su alfa, quien lo había estado mimando más de lo usual esos últimos días, y lo amaba, en serio que amaba que a pesar de que no se lo dijera, sabía que estaba intentando distraerlo de todo.

Hasta había planeado un viaje a la playa, solo ellos dos. Lo que le parecía perfecto.

No fue al funeral de James.

No hizo lo que le prometió.

No quería hacer nada, quería simplemente olvidar.

Y, aunque, su alfa le había dicho que eso no iba a ser fácil, él quería intentarlo, intentarlo con todas sus fuerzas, hasta que esos ojos grises, desaparecieran de su memoria. Sabía que iba a ser imposible.

Ese día había salido con Harry, al parecer el ojiverde lo había engañado diciéndole que irían de compras, cuando en realidad lo llevó al cementerio. Llevaba en su regazo un gran ramo de rosas rojas, y un nudo en su garganta.

- No tengo que hacer esto – le aseguró a Harry quien rodó los ojos con cariño.

- Amor, lo tienes que hacer, cerrar una etapa, para comenzar otra nueva – explicó tomando su manito – es una despedida, considéralo así – Louis asintió suavemente. Cuando pensaba que no podía amar más a ese alfa, lo hacía – y estoy algo celoso, ese ramo es muy grande – Louis rió, luego de largas semanas rió realmente.

- Bobo, lo compraste tú – señaló arreglando las rosas. Harry bufó.

- Lo sé, pero le dije a la beta, un ramo de rosas muy lindo y me salió con esto, no pude hacer otra cosa que pagar – se defendió girando el volante en una curva.

Las últimas semanas, a pesar de que Louis estaba triste, lo sentía tranquilo, ya salía más de la casa, sin miedo a nadie, claro siempre llevaba un guarda espaldas consigo, pero se refería a que ya no era tan cerrado, nunca tuvo que serlo, él sabía con quien se estaba metiendo. Ya no tenía pesadillas, y a veces hasta le contaba anécdotas graciosas de cuando estaba con los Valencia, estaba simplemente feliz. A diferencia de antes que nunca le contaba nada, por miedo.

- Quizás pensó que era para tu omega – murmuró. El auto se detuvo – y aquí estamos – pasó saliva pesadamente. Observó que el alfa no hacía amago de salir del auto- ¿no vendrás?

- No, odiaba a James, no deseo estar allí, pero tú sí iras – acarició su cabello. Louis hizo un puchero.

- ¿Por qué? – preguntó bajito. Y, aunque le costó decirlo, lo hizo.

- Porque lo amas – sonrió ladinamente – ve, amor, yo estaré aquí – aseguró acercándose para besarlo suavemente.

- Te creo – abrió la puerta y sin mirar atrás se bajó del auto. Tomó una bocanada de aire, sonriendo débilmente.

Abrazó el ramo más a su pecho y empezó a caminar, hacia ese lugar que a pesar de ser tan frio no le producía incomodidad. Pasó por la recepción, preguntando por James Valencia, cuando le dijeron el número de donde se encontraba firmo el libro de visitas.

Camino a paso decidido hacia la tumba ciento veinte, sujetando fuerte el ramo de rosas. Cuando estuvo frente a él no pudo evitar que las lágrimas empezaran a fluir. Una suave brisa fría hizo mover su cabello, haciéndolo sentir bien. Se sentó frente a la lápida, cruzando sus piernas.

- Te traje esto, cascarrabias – rió arreglando las rosas frescas cerca de la lápida donde claramente se leía "James Arthur Valencia 1991 – 2019" sonrió ladinamente – lo siento, por no venir a tu entierro, no me sentía listo, para despedirme. Hubiese querido que me explicaras porque hiciste todo eso. Porque me hiciste sufrir tanto, y después me decías que me amabas. Nunca lo entenderé, nunca tenías nada para decirme – miró sus manos – en los pocos minutos que estuve contigo, me provocaba solo abrazarte y decirte mil veces que te amaba. No entiendo porque desapareciste los últimos días – no pudo evitar que las lágrimas comenzaran a salir - Eras un enfermo, eso todos lo saben, pero eras muchas cosas para mí, eras mi mejor amigo, el amor de mi vida, mi alfa – rió nostálgicamente – Creo que me llevare eso a mí tumba, me llevare muchas cosas conmigo. Y una de esas cosas es que te amo y nunca lo dejaré de hacer. Encontré a alguien mucho mejor, que me supo amar, y aun lo hace como yo lo amo a él, creo que esa fue una de las cosas más importantes que me enseñaste, buscar a alguien que me amara, y nunca, nunca pedir algo más que su amor – secó sus lágrimas, cerró un momento los ojos – sé que también me amaste hasta que te asesine, era un trato y tú, maldito, planeaste todo – sonrió - Cualquiera que me escuche en este momento, pensaría que teníamos la relación más toxicas de todas, era así, mientras más nos hacíamos daño, más nos amábamos.