Acostado mirando al techo blanco de su habitación recién salido de la ducha con los cabellos aun mojados y pensativo... muy pensativo, estuvo así un tiempo hasta que el sueño lo domino pero no quería cerrar sus ojos tenia cosas que hacer como estudiar y visitar a su maestro, de seguro lo estaba esperando pero su madre... no lo iba a dejar ir y menos ahora que acaba de llegar, además al parecer no le creía nada y decirle que iba a salir otra vez la iba a molestar-"rayos sr. Piccolo no podré verlo hoy"-el joven se sienta y se rasca la cabeza y se va a su escritorio en donde estaban sus libros, algo cansado empieza a leerlos uno a uno para su siguiente examen, sus ojos se le dificultaban estar abiertos lo cual hacía difícil la lectura, cabeceaba todo el tiempo, tenía que dormir pero estudiar era esencial para que su madre lo dejara mañana temprano y así estar más tiempo con su mentor... nada en este mundo podía más que su entusiasmo al verlo, el joven sonríe con la idea y empieza a leer, algo lento pero esta vez en sueño no le iba a ganar.
**
Saliendo de la habitación del templo estaba el príncipe todo sudoroso, con el traje roto, herido y obviamente hambriento, este se dirige al guardián exigiendo algo de comer, el guardián lo envía a la cocina donde popo le prepararía comida de la buena, en el camino se encuentra al otro namek tomando su cantimplora con agua, este nota su presencia acercándose y por juzgar su ropa había estado unos meses en la habitación del tiempo-vaya que estuviste ocupado-el príncipe detiene su caminar hacia la cocina y voltea a verlo-hubiera estado más tiempo ahí pero moría de hambre-esa respuesta no le sorprende al namek, estos monos siempre hambrientos-¿Qué acaso no comiste?-pregunta sarcásticamente-claro que lo hice pero no cocino nada bien-el namek voltea los ojos para otro lado-me lo imagine-el príncipe vuelve en su camino a la cocina y el namek va para el borde del mirador. El príncipe estaba un poco molesto por la tardanza de mr. Popo cocinando y decide caminar un poco en eso huele el aroma del mocoso, no era reciente pero todavía seguía ahí, el príncipe le empieza a picar la nariz eso era desagradable, lo sigue hasta donde cree que esta y llega justo a la puerta de la habitación del namek, se detiene por un momento, enseguida duda de su olfato y pensaba que solo era una mala jugada, ósea, el mocoso siempre recorría el templo y era lógico que pasara por aquí, el príncipe revisa su olfato para asegurarse de que no se haya equivocado y el aroma si venia de ahí, el príncipe vigila que nadie lo vea y al asegurarse abre con lentitud la puerta, al estar entre abierta se podía sentir el olor más fuerte, efectivamente había estado aquí, el príncipe entra y camina más hasta llegar al origen del aroma, todo provenía de la cama pero... ¿Por qué? Eso sorprende al príncipe, el mocoso quería más al namek de lo que él pensaba, agarra las sabanas y las huele, había dormido aquí, en eso siente que alguien viene, era el namek se aproximaba a su cuarto, el príncipe pone las sabanas en su lugar no sin antes notar algo húmedo en la cama, era algo mínimo casi imperceptible a la vista, al tocar ve claro lo que es lo cual lo espanta un poco-"acaso esto es..."-en eso el namek ya se encontraba detrás de él un poco extrañado de su presencia en su habitación-¿Qué haces aquí?- pregunta con los brazos cruzados, el príncipe lo mira por encima del hombro y suelta las sabanas, luego cruza los brazos-dime ¿Qué hacia el mocoso aquí?-sin rodeos le lanza la pregunta, el namek levanta una ceja ante esa respuesta ¿para qué quería saber eso en primer lugar?, el namek voltea los ojos-tenia sueño y no se quería ir a su casa así que le ofrecí acostarse en mi cama-el príncipe vuelve su mirada a las sabanas, el namek no mentía, se veía en su cara, pero entonces ¿Por qué eso estaba ahí?, sabía que el mocoso estaba creciendo y pensó que era cosas de pre adolecente pero entonces ¿Por qué no lo hizo en su casa? ¿Por qué precisamente aquí? Todo era confuso-la comida esta lista-la voz de mr. Popo interrumpe el interrogatorio, el príncipe se va con él ya que el hambre pudo más que la curiosidad, en eso el namek los deja irse pero no sin antes preguntarse ¿Por qué? Estaba actuando extraño, primero lo olfatea y ahora estaba en su habitación olfateando sus sabanas, ¿Por qué hacía eso?-"que extraños son los sayayines"-
**
Habitación fría, todo silencioso, a excepción de algunos pajaritos, el joven estaba en su escritorio leyendo muy calmado cuando de repente sintió que tocaban su puerta, el joven se levanta pero al llegar a la perilla esta se abre sola, el joven observa que detrás de la puerta estaba su maestro pero ¿Qué hacías aquí? Y más importante ¿Cómo paso a su mama? El joven confundido pregunta pero este lo calla con un beso, el joven sigue la acción del beso, ambos se besan algo salvajes hasta que el joven de la nada lo tira en su cama, no sabía cómo lo hizo pero eso no importaba, el joven empieza acariciar su pecho y lamer su cuello tentado a morderlo, todo era tan real, pero de alguna u otra forma sabía que soñaba, esto no podía ser la realidad. La a alarma suena fuera del sueño haciendo que se despertara, el joven bosteza y luego piensa en su sueño, últimamente había estado soñando cosas raras con su maestro, se empieza a morder la punta del dedo pensando en ¿cómo iba a controlar esto? Se estaba volviendo muy frecuente, temía que salieran estando con su maestro... bueno ya le había pasado una vez pero estos sueños... tenía que controlarlos, el joven se intenta levantar pero un calor entre sus piernas no lo deja, este baja la mira algo nerviosos ya que temía lo peor, estaba excitado, rayos ¿ahora que iba hacer? El joven empieza a pensar en cosas desagradables como en, ranas, serpientes, comida podrida etc. Esto le funciona por un momento pero después piensa en su maestro otra vez, el joven vuelve a pensar en más cosas pero esta vez en aburridas como exámenes, estudios, hasta escribir, hizo todo lo posible y logro un poco lo que quería su problema había desaparecido justo a tiempo para la hora de comer, el joven se cambia el pantalón y abre la puerta pero antes de salir de su habitación, estando ya más calmado, piensa en su sueño y en el otro que tuvo, dos veces soñó con él, en un día, se sentía sucio pensar así de la persona más buena y amable del mundo-¿Qué me pasa?.
**
El príncipe suspira satisfecho del gran banquete que se acaba de comer, hasta dio las gracias cosa que no pasaba a menudo, el príncipe se va para donde está el ki del namek para... tal vez fastidiarlo o simplemente para no irse tan temprano a su casa, este lo encuentra fácilmente y mientras se acercaba el namek abre los ojos-con que otra vez meditas ¿eh?-el príncipe se sienta al llegar-es lo mejor que hago-responde bajando lentamente al suelo-¿Qué hacías en mi habitación?-el namek lo ve seriamente pero el príncipe como siempre se toma todo lo que dice a juego solo para molestarlo-¿ese era tu habitación?-dice sarcásticamente, el namek frunce el ceño, el príncipe sabía perfectamente que era su habitación y el hecho que no lo estuviera tomando en serio le molestaba-sabes que lo es, responde mi pregunta-el príncipe voltea los ojos, no quería dar explicación, además no creería que lo entendiera así que solo mira hacia arriba, el namek cruza los brazos-¿así que no me vas a decir?-el príncipe lo ve y sonríe-no es mi deber contarte-el namek se está empezando a molestar -si es tu deber contarme... ahora dime ¿Qué carajos hacías en mi habitación?-dice con su voz más imponente que antes, el príncipe levanta la ceja y lo ve de reojo, vaya que era terco pero... no lo suficiente-y si no me da la gana ¿qué me harás?-eso pone al namek a la defensiva, odiaba ser desafiado así, sabía que si peleaba podría salir perdiendo pero tampoco iba a dejar que se saliera con la suya-no me importa caerme a golpes contigo, si con eso consigo que me digas-el príncipe lo ve indiferente pero admite que el tipo tiene agallas a pesar de que sabe que él puede ganar, el príncipe se levanta y se dirige al borde para irse-¿y bien me dirás o qué?-dice antes de su salida, el príncipe mira fijamente al tipo y se pregunta si debería contarle O simplemente callar y no decir nada, el príncipe decide contarle, obviando no sobre el semen ya que eso no era importante-mi olfato siguió el aroma del mocoso y este término en tu habitación, así que solo entre-el namek espera más respuestas pero ya le había contado todo-¿eso nada más?-el príncipe se estresa de tantas preguntas-si eso, tenía curiosidad, por cierto lava tus sabanas-el príncipe se lanza y vuela hacia su casa mientras el namek se quedaba pensando en eso ultimo-"¿Qué habrá querido decirme?"
continuara...
ESTÁS LEYENDO
Amar sin limites (GOHAN X PICCOLO)
Fanfiction-... "Nunca quise hacerle daño ...Sr. Piccolo"...- En esta historia, Gohan de 11 años empezara a sentir cosas por su maestro las cuales lo hacen verlo con otros ojos, igual pasa con Piccolo pero este, al no conocer nada sobre "amor" no lo relaciona...