Hijo ¿estas despierto?-la mujer abre la puerta de la habitación en busca de su hijo para comer la cena, pero ya no se encontraba en su habitación, ni tampoco sabanas ¿habrá decidido lavarlas? ¿Por qué? Que ella recuerde estaban limpias ayer, a no ser que las haya lavado mal, lo cual era imposible, nada quedaba sucio en su presencia, escucha fuera de la habitación un sonido proveniente del baño, se acerca a escuchar para ver que hacía y al estar lo suficiente cerca oye la regadera, debía estar sudoroso, así que se retira sin prestarle mucha atención, de todos modos era un simple baño.
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El joven se restriega con mucho jabón el cuerpo y también las sabanas, no quería pasar por ahí con sus sabanas sucias de... eso, y tener que dar explicación después, era su desastre y lo tenía que resolver solo, empieza restregar con mucha fuerza, pero no tanta como para romperse, las sabanas echándole lo primero que se consiguiera, shampoo, jabón incluso pasta dental, para quitar lo más rápido posible la mancha y el olor, aún estaba algo... impactado, no por el sueño si no por su reacción, no era la primera vez que pasaba pero si la primera vez que se...masturbaba... pensando en el... ¿Por qué? Empezaba a creer que se estaba volviendo loco, pensar así de su maestro, es... es... enfermizo, los sueños comenzaban bien pero terminaban ... mal, en... relaciones, ósea, era un hombre al igual que él, o al menos eso sabía que era... un hombre físicamente, internamente no tan seguro pero el caso no era ese, era el hecho de estar pensando así de él, no tenía sentido, le agradaba estar con él pero si seguía soñando o si quiera pensando en eso de nuevo, tendría que considerar no verlo por un tiempo... un tiempo largo... pero... eso no resolvería nada, se sentirá mal dejarlo por eso, además él no tenía la culpa de sus problemas y abandonarlo así sin explicarle nada era cruel, tanto para su maestro como para él, entonces... ¿Qué hacer?. El joven termina de bañarse y limpiar las sabanas, secándose con la toalla mira hacia la ventana, se acerca para ver el anochecer y escuchar grillos y ramas que se movían por distintas razones, mirando hacia arriba piensa en tal vez, pero... no, sus pensamientos no lo dejarían disfrutar de su compañía, además todavía tenía cosas que hacer, suspira mientras se retira de la ventana.
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El príncipe llega a su casa por fin, tarde pero llega, se había entretenido demasiado en la habitación, ese lugar era perfecto en todo momento, no importa cual siempre servía para desatar la ira, abre la puerta de su casa esperando que nadie esté esperándolo, pero no todo sale como quieres, su esposa estaba detrás de la puerta esperando respuestas, el príncipe enciende la luz para verla mejor, frunce el ceño al ver su cara apunto de interrogarlo, odiaba eso, el simple mente sigue su camino a su cuarto pero al estar comprometidos también era el cuarto de su esposa así que solo hizo su situación más difícil, al llegar ambos se torna en un ambiente de silencio, y no del bueno-¿qué tanto te tardas entrenando?-la científica se acerca dominante a su marido, este se aleja dándole la espalda no tenía que dar ninguna explicación de su vida ni nada, el hacia lo que quisiera, la ignora totalmente y se cambia la ropa como si no estuviese, ella se molesta-¿ME ESTAS ESCUCHANDO?-grita aún más cerca, pero ni siquiera logra que voltee, estaba a punto de volver a gritar pero es interrumpida por la voz de su marido-si vas a seguir gritando dormirás sola esta noche-amenaza con irse a dormir a la sala mirándola con una cara seria, esta retrocede un poco, obviamente molesta, no le importaba que no durmiera en la habitación pero i que la amenazara, el hombre se termina de vestir y se acuesta sin nada más que decir, ella mira a marido en la cama, todo aplastado ahí si moverse y roncando, no podía decirle nada ahora, ni tampoco quería dormir con un hombre que no le decía que hacia ni en donde estaría, eso era desconfianza, es injusto que no confié en ella, ah pero ella si tenía que confiar en él así no le crea nada, eso la hizo poner más molesta, recogiendo sus cosas para dormir afuera, no importa donde, el príncipe nota la malcriadez de esta y solo hace como que no vio nada y al retirarse respira el aire del cuarto para él solo, mirando hacia arriba con una sonrisa-"¿pensaba que iba decirle? Ja".
La científica camina rápido para el cuarto de huéspedes, estaba furiosa era increíble que estuviera siendo tan infantil y desconfiado, pateando la puerta entra para la habitación, sacude el polvo y se acuesta, y mientras intentaba no explotar de la rabia piensa en todas las posibilidades para averiguar la vida "secreta" de su marido, tal vez sea nada pero a ella nada le ocultan-descubriré que haces vegeta.
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Ya había pasado la noche y los animales nocturnos se ocultan al ver el sol resplandeciendo en su mayor totalidad y calidez, los rayos entran en casa de los Son despertando a la mujer, esta empieza el día tempranísimo, empieza a cocinar cantando una canción algo vieja pero aún seguía siendo un recuerdo que nadie olvidare, ni lo más viejos, esta nota que el viento se lleva algo blanco, sale a ver qué era lo que pasaba y observa que unas sábanas se enreda en un árbol justo la mujer se acerca para tomarla, afortunadamente no se había rasgado ni ensuciado tanto como creía, las recoge y ve que eran las de su hijo, ¿Qué hacían aquí? Debió haberlas tendido mal para que salieran volando o algo así, entra a casa y ve a su hijo buscando algo, ella supo de inmediato lo que era, se acerca tocándole el hombro-hijo ¿buscas tu sabanas?-le muestra lo que ella había conseguido afuera y el joven se asusta un poco, esperaba que no hubiera notado nada extraño en ellas pero solo se las dio sin decir el ¿Por qué estaban afuera o que hacían tendidas? Suspira de alivio, al parecer había hecho un gran trabajo limpiándolo, este agradece a su madre por haberle dado las sabanas y se retira, a su habitación, la mujer sigue cocinando mirando a su hijo tan hermoso entrar en su cuarto, sonríe mientras pica unos pimentones y tomates algo rápido, ya que conociendo su apetito, tenía que estar listo pronto pero un dolor conocido en su región abdominal hace que suelte el cuchillo y caiga al piso, esta se endereza, un dolor no iba a impedir su labor pero eso solo era el comienzo, luego unas náuseas se apoderaron de su estómago y esta corre al baño a vomitar, ella se asusta un poco, otra vez estaba pasando-"no otra vez"-empieza a vomitar ya un poco más frecuente que antes, termina y pone sus manos en su cabeza, estaba desesperada, no podía seguir ocultando esto, ni con las batas más largas que tenga ni con una faja, tenía que decírselo, pero... tal vez era mala idea, ¿y si se molestaba? ¿Y si se sentiría solo? ¿Excluido? ¿Triste?, era mucho estrés para el estado en el que estaba necesitaba una segunda opinión, tal vez bulma le ayudaría pero por ahora no, tenía que preparar el desayuno... eso era su prioridad.
Mama estuvo riquísimo-el joven agradece la comida, muy satisfecho, la mujer se siente algo cansada y disimulando el malestar, su hijo ayuda a fregar y a limpiar la mesa, antes de claro seguir estudiando, el joven se dirige a la habitación para seguir estudiando... o bueno leyendo, al llegar ve que la ventana estaba abierta, así que este la cierra esperando que sus sabanas no se hayan ido volando otra vez, afortunadamente no lo hicieron, así que se sentó en su cama mientras leía el libro que había guardado, junto en la parte de los insecto y animales pequeños, que para él eran fascinantes, respira hondo, librando su mente de pensamientos... "impuros" no quería volver a pensar de esa manera, con un simple recuerdo bonito u algo que quisiera hacer con su maestro era suficiente, no necesitaba más sueños ni pensamientos... excitantes... así que una vez despejada su mente se sienta a leer.
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En el templo un pequeño guardián vigilaba la tierra como de costumbre, viendo como cada persona en la tierra camina por los senderos tanto del bien como del mal, en eso recuerda su encuentro con el sayayin, estaba a punto de golpearlo y él no hizo nada en lo absoluto, solo se resignó a ser golpeado y maltratado, todo por no saber defenderse, quería aprender algo de defensa personal aunque sea un poco, no pelear precisamente pero si defenderse, necesitaba un maestro, el namek mayor sale de su meditación, este se prepara para volar a otra lugar, pero antes de que pueda si quiera acercarse al vuelo, el pequeño lo interrumpe-espere, tengo una pregunta... o mejor dicho... una propuesta-el pequeño espera la reacción del namek para empezar hablar pero este se encontraba algo apurado y no podía responderle ahora-me tengo que ir pero cuando regreses puedes hacerla-dice antes de irse volando del lugar, lo ve irse y desaparecer a lo lejos, quizás era una exageración el aprender a defenderse, de todos modos él siempre iba a estar ahí... pero ¿y si no? ¿Qué tal si no podía o no estaba en el lugar o llegaba tarde? Eso lo puso muy alterado, tenía que aprender así no le gustara pelear, tenía que hacerlo por él y por el templo porque ¿Qué pasaría si atacaran al templo? Si él no se supiera defender el templo terminaría en manos del mal, así que no había excusas, aprender era prioridad, además odiaba ser un estorbo, siempre que había un problema donde él estaba involucrado, nunca podía defenderse y tenía que esperar a que lo salvaran, tal como una damisela en peligro, cosa que no iba a tolerar más de sí mismo, mira hacia arriba con la cara seria y con el puño cerrado, casi alzándolo-no seré más nunca una damisela.
continuara...
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Amar sin limites (GOHAN X PICCOLO)
Fanfic-... "Nunca quise hacerle daño ...Sr. Piccolo"...- En esta historia, Gohan de 11 años empezara a sentir cosas por su maestro las cuales lo hacen verlo con otros ojos, igual pasa con Piccolo pero este, al no conocer nada sobre "amor" no lo relaciona...