La disculpa Cap. 16

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Hijo, hijo, despierta-el joven abre los ojos al oír a su mama llamándolo, se sienta y bosteza-¿Qué pasa?-la mujer cruza los brazos-¿sabes qué hora es?-el joven niega con la cabeza, todavía soñoliento, no pensaba que fuera tarde, la mujer señala el reloj-van hacer las 1:00 de la tarde y no has estudiado-el joven mira el reloj, se asombra al saber que era tan tarde, ¿Cuánto durmió? Lo único que recordaba era que había ayudado a su mama, comió y luego se durmió pero no sabía a qué hora exactamente-¿a qué hora me dormí?-el joven se rasca los ojos con el puño-no tan tarde, después de ayudarme cenamos y luego te dormiste, ¿hiciste algo fuera de lo común para dormir tanto?-el joven gira su cabeza a un lado en signo de confusión, ante esa pregunta ¿Qué haría fuera de lo normal? No pasó nada fuera de su rutina diaria, bueno a excepción de... su descubrimiento, eso fue lo único no normal que le paso él día de ayer, creo que el agotamiento emocional fue lo que lo agoto tanto, eso tenía sentido pero su mama no lo podía saber, eso todavía no era seguro, aun-no mama-responde a su interrogante, ella toca su frente en busca de malestar pero todo bien, nada malo le pasaba, quizás la noticia lo había impactado, ella sonríe-me alegro que estés bien, ven vamos a comer, debes tener hambre-el joven asiente.

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Más allá de las nubes, se encontraban los dos nameks entrenado, ayer había sido aprender solo defensa propia, pero hoy seria pelea cuerpo a cuerpo, el menor daba golpes seguidos pero ninguno acertaba a la gran figura, por un momento logra apuntar al cuerpo pero su velocidad no era suficiente lo que ocasiona que su golpe sea detenido, el mayor después lo golpea en la cara mandándolo cerca de caer del templo, el menor no se iba a rendir tan fácil, no era un peleador pero las ganas corrían por sus venas, estaba harto de ser miedoso, y eso iba a cambiar, el menor se levanta y vuela hacia el mayor dándole un golpe directo en su cara pero sin efecto, ni siquiera una mueca de dolor solo seriedad, el mayor toma su mano y lo lanza a una palmera cayendo sin fuerzas, este se acerca, el menor parecía no poder más, era entendible, su primera vez peleando no tiene que ser perfecta, se agacha para poner en su boca una semilla del ermitaño que al tragarla se sienta algo decepcionado de su pelea, se había esforzado mucho para darle en golpe pero igual no sintió nada, era muy poderoso como para sentirlo, si no podía hacer eso, no podía defender al templo-lo hiciste bien-el menor lo ve confundido, ¿Cómo que bien? Lo había hecho terrible, no entendía que parte estaba bien-no necesito halagos falsos, yo sé que salió mal-baja la cabeza algo molesto, el mayor se levanta-sabes que yo no digo halagos falsos, si lo hubieras hecho mal te lo digo y ya-el menor vuelve a mirarlo pero esta vez se levanta-¿enserio lo hice bien?-el mayor asiente-para ser tu primera vez peleando fuiste capaz de darme un golpe, solo que tus golpes no dañan-eso desanima un poco al menor, de eso estaba más que consiente, sus golpes no causaban daño ni siquiera cosquillas daban, era como si nunca hubiera golpeado al sujeto, entonces ¿Cómo serviría en una batalla?-entonces no sirvo para esto-el mayor toca su hombro-claro que sí, tienes buena estrategia solo falta pelear a tu manera y eso no lo puedo enseñar-el menor piensa en esas palabras ¿pelear a su manera? Pero... si sus golpes no dolían ¿Cómo podía encontrar su manera de pelear? Además si la llegase a encontrar no serviría, sus ataques eran patéticos-no creo que sirva si lo llego a encontrar-el menor camina hacia el mirador y se sienta en la orilla, el mayor no podía hacer más nada, tenía que encontrar su estilo de pelea, así que se aleja caminando para el jardín a meditar mientras que el pequeño guardián miraba el mundo como de costumbre.

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En la casa de los Son, ya el joven había terminado de comer su almuerzo así que ayuda a su mama a limpiar los platos y a recoger la mesa-no es necesario hijo yo puedo-el joven sonríe-lo sé pero quiero ayudar además has estado 3 meses haciendo las cosas tu sola, no va a pasar nada si yo te ayudo-su madre asiente y lo deja terminar para que se vaya a estudiar luego, el joven mientras lavaba los platos piensa en eso que su mente todavía no procesaba, y suspira al no saber la respuesta aun-"¿lo amo o no"?-esa duda recorría su mente desde ayer, sabía que su mente experimentaba algo así ayer pero no estaba del todo seguro, pero ¿Cómo hacerlo seguro? Hablar con su maestro de eso no era la mejor opción, ni mucho menos lo era hablar con su mama, entonces ¿Qué hacer? En eso recuerda que todavía le debía una disculpa a su maestro sobre el accidente de ayer, pero... cuando lo fue a ver a su casa no parecía molesto, ¿era necesaria la disculpa entonces? Creía que sí, porque el hecho de estar en posible peligro superaba cualquier pelea que hayan tenido, pero como estaba bien entones todavía debería estar molesto ¿verdad?, el joven decide ir de todos modos a disculparse así que cuando se desocupara iría a verlo, claro sin que su mama se diera cuenta, ya que no lo dejaría ir por nada. Pasa un rato como 1 hora y su madre había sido enganchada por el sueño, quedándose en el sofá completamente dormida, el joven ve esta la oportunidad de oro y se escapa, no le gustaba hacerlo ahora que sabía que estaba embarazada pero tenía que irse, regresaría rápido, no creía que se iba a tardar tanto, enseguida abre la puerta se va volando para no ser atrapado, obviamente sin causar tanto ruido al despegar, ya estaba en el camino para el templo y practicaba mentalmente su disculpa, pero en eso pensó en otra cosa que lo puso nervioso ¿qué tal si al estar allí sus pensamientos vuelven? Es decir, ahora que tenía esa duda, ¿se volverá peor al verlo de frente? No sabía si eso llegase a pasar pero ahora no quería mortificarse, así que ignora los pensamientos y vuela más rápido.

Amar sin limites (GOHAN X PICCOLO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora