Ojala fuera sueño... Cap.10

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El hombre de cabellos lila pasaba por los pasillos de su casa muy tranquilo y respirando el fresco aire, su gato como siempre a su lado maullando para que este lo cargara, el hombre se apiada de él y lo toma con mucha delicadeza colocándolo en su hombro, este pasa por el laboratorio en donde su hija suele estar todo el día pero al asomarse, está ya no se encontraba allí, era raro verla desocupada a esas horas ¿en dónde podría estar? en eso escucha unos pasos que se dirigían a donde él estaba, el hombre se acerca un poco más para ver de quien se trataba, el gato reconoce esos pasos y baja lo más rápido posible, el hombre sonríe al saber por fin de quien se trataba y se detiene-¿pareces cansada?-dice el hombre viendo a su hija agotada, el gato se pone en su pie para que esta la cargue, no podía decirle que no a un gatito, las manos femeninas se acercan al gato levantándolo y llevándolo a su pecho, la científico suspira-ese vegeta, nunca se cansa de entrenar-esta voltea a donde su marido se había ido mientras acariciaba al gato, su padre se acerca y le toca el hombro para luego acariciar al gato, su marido podía ser algo fastidioso y él lo entendía a la perfección, ósea que esperar de un orgullo tan grande como el de ese sujeto, toma el brazo de su hija para que caminen juntos a un lugar más relajante, quizás para tomar algo de comida o simplemente relajarse, esta sigue mirando a donde se había ido y su padre curioso pregunta-¿acaso hay algo que te preocupa?-la científico voltea viendo a su padre, niega con la cabeza y ambos siguen caminando, su padre empezó hablar de algunas cosas mientras llegaban al sitio y esta fingía escucharlo pero su mente estaba en otra parte, en su marido, este siempre entrenaba en la capsula de gravedad pero también iba a otros lados solo que no sabía cuales, además últimamente ha estado muy pensativo cosa que era extraño a veces, ¿Qué pensara tanto? Quizás no era importante y solo estaba alucinando pero el hecho de que no le cuente, lo que sea que pase, es signo de alarmarse, ¿y si era un enemigo? ¿Si era algo más personal que ella podía resolver? ¿Si era algo que todos deberían de saber? ¿O quizás se estaba...? No, no su vegeta, su pasado quedo atrás y dudaba que fuera eso, la científico despeja su mente, había trabajado mucho, estaba cansada y no quería un problema más del que preocuparse por ahora, después pensaría en su marido.

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Sudor, movimiento, calor, gemidos que se escuchaban alrededor, todo en un habiente oscuro y a primera vista algo cerrado, no se podía distinguir el lugar muy bien, solo lo básico como el suelo, no estaban en la casa ni tampoco el templo, ni un lugar que conocieran, ¿entonces en donde estaban? El paisaje se tornó más claro a medida de que el joven, sudoroso, iba observando más el sitio, la luz no era mucha pero fue suficiente como para saber en dónde estaba parado, veía con algo de dificultad hasta que sus ojos se ajustaron a la luz, observando ahora con más claridad, un bosque lleno de árboles con flores que caían sobre él y por supuesto animales paseando por ese lugar, era extraño pero lo fue más la sensación de excitación en su cuerpo, gemía por eso, este baja la cabeza viendo a su maestro debajo de él, ambos en medio de la acción, todos sudorosos y excitados, otra vez... estaba soñando, sabía que lo era, esto no podía estar pasando de verdad, se sentía real pero sabía, por muchos motivos que era un simple sueño y que pronto despertaría, intenta pararse o alejarse de la posición en la que estaba, pero no pudo ya que su nivel de calor estaba al tope, cualquier movimiento podía causarle un gemido sin control, esto lo incomodo, siente de sorpresa que su maestro le toca la cara sintiendo un escalofrió en su cuerpo, este intenta moverse pero no podía, seguía pegado a su mentor, no había salida de ninguna forma, a no ser... sonaba pésimo en su mente pero tenía que hacerlo, sino nunca despertaría como debía, después de todo era solo un sueño ... ¿no?, empieza adentrarse en su mentor metiendo y sacando repetitivamente haciendo que este gimiera, garras arañaban su espalda sintiendo cada una de ellas clavarse en su ser, el placer era indescriptible, no podía creer que un sueño lograra todo esto, pero todo principio tiene un final y este despierta.

Ya no estaba en el bosque, ni había animales cerca, solo estaba el en su habitación, todo agitado y cansado, no podía creer que había soñado en eso, otra vez, creía que los había controlado pero... creyó mal, seguía teniendo esos impuros sueños con alguien muy importante para él, pone las manos en su cara, tapándose de la vergüenza, a pesar de que nadie estaba allí para verlo para él era suficientemente vergonzoso, se mueve para dirigirse a la cocina, el hambre lo estaba matando pero un ligero dolor le afectaba el poder moverse, era un dolor pero no uno malo, tenía pantalones y lo que sea que tenía el pantalón complicaba las cosas-"¿acaso será...?"-el joven de relámpago se quita las sabanas esperando que no sea lo que él creía, pero... para su mala suerte lo era, una erección, su erección, estaba congelado, ¿Cómo iba a manejar eso? Nunca lo había hecho ni lo pensaba en hacer, nunca le hizo falta, pero ahora estaba allí enfrente de él, se quita los pantalones ya que el dolor por la presión era incomodo, al retirarse el grafico era peor, se negó rotundamente a quitarse el interior, no quería observar más de lo que debía, empieza a respirar algo rápido, no sabía qué hacer, trataba de pensar en otra cosa pero no funcionaba, tenía que ser tratado, este se quita el interior pero solo un poco no quería estar desnudo del todo, y empieza tocando solo la punta, una electricidad rodeaba su cuerpo sintiendo placer, no quería llegar más lejos pero no había opción, el joven observa hacia arriba recordando su sueño ya que era la única forma de que terminara más rápido, al principio su cerebro se bloquea pero tenía que terminar con esto, los recuerdos llegan y llegan a su mente haciendo que la erección sea más pronunciada, suspira varias veces, moviendo su mano de arriba abajo y de vez en cuando pronunciando el nombre de su maestro, hasta que por fin, después de tanto, acaba llenando el piso, se acuesta cansado y avergonzado por lo que acababa de pasar, quería que fuese un sueño más pero no era así acababa de masturbarse... pensando en su maestro.

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Aterrizando en el mirador, el príncipe camino lo más rápido posible a la habitación del tiempo, sin ni siquiera ver al guardián, que se quedó con el saludo en el aire, canina más aprisa cuando siente la presencia del pequeño siguiendo lo cual molesta al príncipe y elevando su ki le advierte que se aleje pero no lo hace y logra tocar su hombro, grave error, voltea mirándolo furiosamente, odiaba que le tocaran sin su consentimiento, el pequeño es levantado por la mano de sayayin y sin poder zafarse de su agarre se prepara para recibir el golpe, pero es detenido junto cerca de la cara del namek, con mucha iría el príncipe se libera del agarre soltando al mismo tiempo a el guardián que, a pesar de estar a punto de recibir una paliza por alguien bastante aterrador , mantiene la calma y levantándose sonríe ante la presencia de su salvador-no te cansas causar un drama por todo ¿verdad?-la voz del namek hace que este voltee y al verlo recién salido de la habitación del tiempo entendía por qué el guardián lo había perseguido, escupe en el suelo mirando a los dos nameks-no hago dramas-el príncipe pasa por un lado del namek para dirigirse a la habitación, ya que tenía mucha energía acumulada que necesitaba desatar en ese lugar, la voz de namek suena entre su pensamientos haciendo que este no termine de abrirla puerta-casi matar a Dende por solo entrar en la habitación... ¿acaso no es eso un drama?-el namek se voltea para ver al hombre pequeño que le sonríe y luego ríe, no era drama para él, la vida de los demás no le importaba, solo la de él mismo, ninguna otra valía más y menos la de un namek inferior a los sayayines-si quisiera matarlo ya lo hubiese hecho pero no quisiera manchar mi manos con alguien tan inferior a mí-ríe descaradamente haciendo que ambos namek se enfaden, furioso el más alto gruñe dirigiéndose a el enano para darle una lección, su arrogancia era insoportable y no la iba a tolerar más, pero este entra a la habitación de golpe cerrándole la puerta en la cara, golpea la entrada al no poder responder a su imprudencia, alguien como él debía ser puesto en su posición, no tenía derecho a referirse a una raza, su raza, de esa manera, lo sayayines no son los únicos con grandes poderes, se aleja de la puerta y como de costumbre se va a su lugar de meditación, mientras el pequeño namek se queda viendo al mayor como se iba alejando cada vez más de su vista y luego mira hacia la puerta con el ceño fruncido, odiaba ser tratado como basura y no poder hacer nada al respecto en especial por ese tipo, suspira al darse cuenta que no podía hacer más que solo cuidar de la tierra y se retira.

continuara...

Amar sin limites (GOHAN X PICCOLO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora