La confesión Cap.19

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4 días habían transcurrido desde que maestro y discípulo se volvieron a ver, el joven estaba en su casa haciendo tarea como de costumbre, pero esta vez sin salidas para el bosque, ya que temía al encontrase con su maestro y tener que enfrentarse a él, verlo de frente y tener que ver esa cara posiblemente decepcionada de su comportamiento, este se inclina en la silla pensado en su descubrimiento de hace unos días, no creía posible eso, ósea, ¿Cómo su maestro sentirá amor hacia él? Él lo veía como un alumno, amigo, hijo, ¿Cómo enamorarse? Esa idea desde que la pensó lo desecho, no lo creía posible, es cierto que tenía algo de sentido por un lado, ósea, ¿de qué forma se explicaría su comportamiento cuando este lo beso? Solo esa explicación estaba, pero por otro lado, no podía ser la verdadera razón, quizás veía mal las cosas, quizás mal interpreto su expresión en ese momento, quizás fue su imaginación que se imaginó que lo disfrutaba... quizás..., el joven suspira, tanto pensar sobre el tema y sus sentimientos no correspondidos, lo hacían agotarse emocionalmente y provocar que en sus estudios no se enfoque como debería, además el embarazo de su madre lo tenía bastante sobre protegido, no quería que su mama hiciera nada, todo lo hacia él, hasta fregar si era posible, eso lo mantenía ocupado de las mil y un cosas que pasaban en su mente, sin darse cuenta termina la tarea más rápido de lo que esperaba y ya sin hacer nada se va a acostar en su cama, pero no a dormir si no a pensar, mira hacia el techo poniendo sus manos en su cabeza y respirando hondo, creía que este ya no le hablaría más y que no tenía caso disculparse, había metido la pata y esta vez no podrá sacarla, por ningún motivo, triste, pero con una sonrisa falsa para consuelo de el mismo, se propone a ejecutar su plan para, según él, proveer el bien de ambos-"necesitamos alejarnos por un tiempo"-esa idea no le gustaba pero era la única opción que había, ninguno se habló en 4 días y probablemente no lo hagan durante mucho tiempo-"pero el beso... le gusto"-su mente repite lo mismo y el joven hace lo posible por ignorarlo, como dijo antes eso no podía ser, además si era verdad eso, que le gusto, hubiera hablado con él o si quiera verlo, así sabría si estaba molesto o no, pero no vino, eso significaba que lo odiaba, así que era mejor darse un tiempo... uno muy largo.

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En el templo, el guardián se encontraba practicando su ataque de garras, perfeccionándolo a cada día que pasaba, no quería que Piccolo se enterara, aun, quería que fuera sorpresa ni siquiera popo lo sabía, en eso siente el ki del hombre acercarse a donde él estaba y este rápidamente adopta su posición de vigilancia común-¿Cómo se siente?-dice el guardián-bien, gracias-el pequeño lo nota algo nervioso, viéndose en la necesidad preguntar-¿le pasa algo?-sabía que algo le incomodaba, ósea, era kamisama, sabía cuándo algo estaba bien y cuando no, y en este caso algo estaba mal -¿uh?-el namek se confunde con la pregunta, él estaba bien, bueno si estaba algo nervioso por ver a su alumno, sabiendo lo que siente por fin, temía lo que podría pasar luego, ¿acaso se seguirán viendo cómo amigos? ¿Ya no lo vera como un hijo? ¿Se sentirá cómodo el uno al otro si se confiesan? Tanta preguntas, y una sola respuesta, "ya lo veremos"-oiga, pregunte si se sentía bien-el menor chasquea los dedos para que salga de su trance y vuelva a pisar tierra, el mayor responde-no me pasa nada, estoy bien-dice esperando a que se la crea e irse a donde su alumno, el guardián suspira, obviamente que le mentía, pero si no lo quería decir, no lo obligaría-está bien-sonríe y el namek mayor se despide, bajando del mirador con una sola cosa en mente, visitar a su alumno.

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Todo en silencio, ni un movimiento en la casa del joven, ni siquiera su mama tratando de hacer los deberes, ni un solo libro que no estuviera leído, ni una montaña de tarea para él, solo silencio, tanto que sentía que se escuchaban sus pensamientos, piensa en dormir un rato pero el constante recuerdo de su maestro en su mente lo tenía más que activo, no conciliaba el sueño ni un poco, se levanta para dirigirse a la ventana, si no podía dormir por lo menos salir al exterior lo haría sentir mejor o cansado, cuando abre la ventana como para que su cuerpo quepa siente el ki de su maestro venir hasta donde él esta, el joven se alarma, ¿para que vendrá? Este entra a su habitación y espera, se sentía nervioso y con miedo, no quería terminar su amistad con él, creyendo que para eso venia, a terminarle... ¿no? En eso su maestro aterriza un poco alejado de la ventana de su habitación, el joven se acerca para asegurarse de que sea él y efectivamente lo era, el chico traga saliva, su maestro se acerca algo nervioso pero seguro y al estar frente a frente a él pide entrar, por supuesto que lo deja pasar ya que eso era lo menos que tenía que hacer después de su estupidez, el namek entrar y se sienta en el piso con las rodillas tocando el mismo, el joven se sonroja, verlo después del acontecimiento lo hacía sentir todavía, apenado tanto que cada vez que lo veía no podía verle la cara de lo roja que esta estaba, hubo silencio en el cuarto por unos minutos, ninguno decía nada, hasta que el joven decidió romper el hielo-vino a decirme que no seremos amigos ¿cierto?-baja la cabeza triste de si quiera pensar en la idea, pero la respuesta lo sorprende-no vine a eso, quería preguntarte algo-el joven alza la cabeza, por dentro estaba feliz de que no viniera a eso, pero entonces ¿para qué vino? Dijo que quería preguntarle algo, de seguro era sobre su comportamiento, tenía que ser eso-es sobre el... beso ¿no es así?-el namek asiente y se inclina a su alumno sin quitarse de su posición, el chico traga saliva, no quería que preguntara lo que él creía, ya que si así fuera, no tendría salida-¿Por qué me besaste?-sentía como su mundo se ponía de cabeza en un instante ¿ahora qué hacer? No podía seguir negándolo ni ocultándolo, tenía que decírselo, pero... si lo hace ¿perdería su amistad? Era claro que sí, él no sentía lo mismo, no sentía el amor que su alumno le tenía, así lo pensaba él, entonces... ¿será buena idea decirlo?, el joven mira la cara de su maestro, estaba feliz de que no estuviera molesto y que preguntara de manera tranquila el porqué de su acción, pero aun así temía por como esto iba a cambiar las cosas, no se verían igual, ni harían las cosas de antes sabiendo que uno de ellos ama al otro sin límites, el joven trata de no llorar, así que se controla y respira hondo, su maestro aun esperaba la respuesta y este habla-es que... si le digo me... odiara-su maestro ve que no era el único que estaba nervioso, al parecer su pequeño alumno también lo estaba, incluso podía sentir un miedo en él, este habla para calmarlo y que se sienta más seguro de confesarle-nunca te odiaría, y tú lo sabes-el joven suspira, decía eso ahora pero en cuanto se entere lo odiaría, aun así él diga que no-eso lo dices ahora, pero cuando te enteres... no dirás lo mismo que hace un momento-el namek estira su mano acariciando su cabello y tratando de animarlo a que le diga lo que él ya sabía, el chico lo mira con ojitos algo tristes, su maestro siempre tan comprensivo y tan amigable con él, haciéndolo sentir mejor cada vez que su presencia estaba presente, no importa en donde o cuando el siempre estaría ahí, era por eso que no lo quería perder si le decía la verdad, si le decía lo que sentía, si le decía que... lo amaba-"sr. Piccolo si usted dice que no me odiara pues entonces..."-respira hondo, tenía que saber la verdad, no podía seguir evitándolo, aun así lo odie o no, guardarlo no era opción, y menos olvidarlo, necesitaba confesar su amor, necesitaba sacarlo, necesitaba que lo escuchara y... si fuera posible... que lo aceptara, sin más preámbulo el joven se levanta firme ante él y con una cara seria, pero asustada habla desde lo más profundo de su corazón-sr. Piccolo, estos últimos meses, después de la batalla de cell, y quizás antes de la misma, estuve experimentando algunos sentimientos que ni yo mismo entendía, pensaban que eran cosas mías, que desaparecerían a los días pero... la realidad es que... no lo hicieron, siguieron allí, en mi mente, mostrándome tanta cosas que nunca pensé que tenía, creía que estaba loco, que esto que sentía no era bueno para ninguno... y menos para ti, ya que corría el riesgo de perder a un amigo y padre de muchos años, pero más que nada... perdería a mi maestro, mi guía, mi guardián, mi todo...-cada palabra que salía de la boca del joven hacia que el corazón de su maestro latiera con fuerzas, tanta que creía que se saldría, los ojos del namek brillaban como dos estrellas al escuchar la confesión más bonita que alguien pudo haber dicho, parecía salida de un libro, uno muy romántico-lo que quiero decir es que... después de pensarlo mucho... lo bese porque... porque...-respira hondo sabiendo que pase lo que pase, habrá dicho la verdad, no se reprimiría más acerca del tema y lo más importante... toda su angustia, preocupación y miedo desaparecerían hoy-lo amo-el joven baja la cabeza rápidamente, no quería verle la cara y tener que lidiar con esa típica mueca de desagrado, ya que si la veía podía romperle el corazón, pero lo que pasa a continuación sorprende al chico-gohan... yo también te amo-alza la cabeza viendo a su maestro aun sentado en el suelo, ¿está escuchando bien? ¿Había dicho que lo ama? ¿De verdad esto estaba pasando? No podía creerlo, de verdad dijo que lo amaba y no era un sueño, este casi llora de la alegría pero antes de celebrar hace una pregunta-entonces... eso quiere decir que ¿el beso le gusto?-dice sabiendo la respuesta, solo quería asegurarse, el namek asiente-¿de verdad?-dice el joven-si de verdad, antes de que tú me besaras yo también empecé a sentir algo más hacia ti, cada vez que te me acercabas y sin querer hacías cosas raras como lo del beso y otras cosas, se sentían extrañamente bien, pensaba que eran ideas mías pero... al besarme, mi sentimientos se revolvieron, tanto que requerí de una meditación profunda para resolverlo y al despertar me di cuenta que lo que sentía era amor-dice el namek, su alumno no pudo contener las ganas de abrazarlo así que salta abrazando su cintura, provocando que algunas lágrimas cayeran de su rostro de la emoción, esto era real, no era un suelo más, todo era real, por fin ya no tiene esa preocupación, ese miedo, angustia, tristeza, ya no, ahora todo era felicidad y más felicidad, el chico no era el único feliz, también lo estaba su maestro, abrazándolo con mucho cariño y secando sus lágrimas con sus pulgares, ambos se miran un rato corto-no puedo creer que esto esté pasando, nunca creí que sintiera lo mismo-dice el joven-yo tampoco me creía capaz de sentir amor...ni que tú lo aceptaras-era entendible que pensara eso ósea, él era un demonio, un monstro, alguien que no encajaba en la sociedad, y el hecho de que alguien tan bueno como su alumno lo quiera no solo como amigo ni como padre si no como... algo más, era para él lo más sorprendente que pudo haber oído, se quedan un minuto de silencio pensando ¿en qué hacer ahora que se había confesado? No podían dejarlo así y ya, tenía que formalizar su amor, el joven se le ocurre una idea-oiga, ya que nos confesamos... ¿lo puedo besar otra vez?-su maestro piensa eso un momento, ambos se querían pero... ¿esta era la forma correcta de empezar? ¿Acaso no era mejor asumirlo bien y después dar otro pasó? Así lo pensaba el namek, pero quizás en la tierra funcionaba diferentes o así lo creía-¿y bien?-el joven espera ansioso porque diga si, pero después piensa en que quizás fue demasiado rápido, y tal vez a su maestro no le gustaría, el joven estaba a punto de cancelar su propuesta hasta que un ligero movimiento de cabeza lo sorprende, el namek asiente permitiendo que su alumno profane sus labios, esta vez con su permiso, este traga saliva acercándose a esos labios verdes que solo en sus sueños se atrevió a tocar y que ahora se hacía realidad, toca con su dedo el labio inferior, sintiendo una suavidad como de algodón, se le eriza la piel con tan solo pensar en besarlo, el joven pone sus labios suavemente en los del namek, besando con mucha delicadeza y provocando una sensación agradable para el namek, su maestro estaba fascinado de lo bien que besaba quizás lo sentía así porque nadie lo había hecho en él, pero para ser un niño, la forma que lo hacía era maravillosamente dulce, el tacto gentil en sus labios lo hacía querer más, el joven se sentía en el paraíso, no podía haber momento mejor que el que estaba viviendo, y lo mejor de todo... no era un sueño, todo, absolutamente todo, era real, este pone su mano inconscientemente allá bajo alarmando a su maestro, rompiendo así el beso, el joven se da cuenta de lo que estaba haciendo y rápidamente la retira, quedando en su mano la sensación de algo de bajo de la ropa-lo siento por eso me deje llevar-el joven besa su mejilla en signo de lamentarlo, su maestro le sonríe-está bien, sé que es normal que te dejes llevar así-el namek se le mueven las orejas oyendo claramente que alguien se acerca a ellos, el joven rápidamente le abre la ventana para que salga pero antes de que se vaya le pregunta algo que cambiaría su relación, pero para bien-sr. Piccolo, quiere ser mi novio-la pregunta lo sorprende, casi haciendo que su corazón se detenga, ¿en serio estaba pasando? ¿Su alumno le estaba pidiendo ser una pareja? No podía creerlo, su corazón late tan fuerte que sentía, de nuevo, que se iba a salir, este voltea viendo como a su alumno le brillaban los ojos el tan solo pensar de la idea, su maestro se toca el pecho sintiendo un calor en él, ser pareja de su alumno, alguien que era su mundo, que lo volvió lo que es hoy, alguien en el cual confiar, alguien que es su mayor fortaleza y debilidad, alguien que estaría dispuesto a dar su amor incondicional a él, alguien que nunca le haría daño... ¿cómo decir que no?, su maestro asiente, con una línea purpura que adornaban sus mejillas, su alumno casi llora pero en vez de eso lo abraza dándole un último beso en sus labios, su maestro se despide prometiéndose ambos verse mañana, suspira de alivio al por fin confesar sus sentimientos y que estos fueran correspondidos, se acuesta en su cama escuchando como su puerta se abría dejando ver a su madre, cargando un plato de comida para él-hijo, ¿Cómo te está yendo en tu estudios?-este se levanta para ayudarla, poniendo la comida en el escritorio, la mujer nota que tiene los ojos llorosos y con gran preocupación se acerca-gohan, ¿te sientes bien?-este la abraza, mientras acariciaba su cabello, la mujer repite la acción, el joven se separa de ella y responde con una gran sonrisa-estoy mejor que nunca.

Continuara... uff ahora se viene lo bueno 7u7

Amar sin limites (GOHAN X PICCOLO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora