Capitulo 5

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Apunté la dirección a mi cuarto y él me llevó cargando en sus brazos cuando entramos todos parecían preocupados.

— ¿Quien es usted? —Preguntó mi mamá preocupada.

— Me llamó Nicolás, usted debe de ser su madre —Respondió Nicolás, mi madre asintió—Estaba platicando con su hija cuando no pudo levantarse.

— Señores Coteman, es de lo que quería hablarles, habrán secuelas — dijo el doctor.

— ¿Secuelas? —Preguntó mi madre un poco preocupada.

— Estar en un coma hace daños mayores a su cerebro, en realidad, es un milagro que recuerde hacer más cosas, puede leer, puede escribir, estoy asombrado con ella es un milagro, pero parece que afectó su área física de movimiento, que venga cada dos semanas y creo que con su apoyo, podremos superar esto, aunque hayan sido 7 meses, creo que lo lograste Luna —dijo el doctor— Solo necesitarás terapias, para el movimiento, te prometo que estarás bien Luna —dijo el doctor yo sonreí, habíamos ignorado completamente que Nicolás estaba en la habitación.

— Entonces, ¿Nicolás? —Pregunté, todos notaron su presencia.

— Llámame Nick, y debería irme, me esperan —dijo, mi mamá se acercó a él.

—Gracias Nick por ayudar a mi hija —el solo asintió y metió sus manos a su bolsillos, se dió la vuelta para irse.

—¿Te volveré a ver? —Pregunté, el solo se volteó.

—Creo que es mejor si no, pero no te olvidaré, espero que te mejores —dijo Nick.

El solo se volteó viendo a la puerta y camino, antes de salir volteó a verme una última vez y salió.

Yo voltee a ver el cartel de Hollywood por una última vez y apoye mi cabeza sobre el vidrio.

— ¿Estás bien querida? —Me preguntó mi madre yo suspiré.

— Voy a extrañar esto —Dije mirando al cartel, mi mamá sonrió y me dijo.

— Tenemos incluso una mejor vista desde la casa, vivimos en Beverly Hills.

Agarre el dibujo de la Catarina de mi pared y se lo entregué a Elisa, ella lo rechazó— Es tuyo Luna, ponlo en tu habitación.

— Elisa es tu dibujo —le dije intentando regresar la pintura.

— Ahora es tuyo, puedo hacer otro —Abracé a Elisa y puedo jurar qué tal vez ella pudo soltar una lagrima, yo solté algunas lágrimas, ella fue la primera persona que vi cuando desperté.

Salí del hospital con mis padres y nos esperaba una camioneta, que decía en la parte de atrás y de adelante "Land Rover" .

En el camino veía como el hospital de iba en la distancia hasta que desaparecía en en panorama con casas cada vez más grandes y más lujosas hasta que nos detuvimos en una casa enorme, era blanca y tenía una fuente en medio, alguien abrió mi puerta, era un hombre que tenía un traje negro y me ofreció su mano, yo agarre su mano y me ayudó a bajar del carro.

—Fred, perfecto, ¿te acuerdas de Luna? —Pregunto mi padre ante el señor.

— Por supuesto, hace tiempo que no la veo —dijo el señor seriamente, con un acento británico.

— Fred es nuestro mayordomo, necesitas algo, se lo pedirás a él, el también se encargará de tu educación —dijo mi padre.

Fred me llevó a mi habitación, era un lugar grande que tenía un balcón que apuntaba hacia la colina de Hollywood y el cartel yo estaba muy feliz, luego voltee a ver a mi cuarto y había una puerta, yo entré y me encontré un baño, tenía una ducha que tenía al mismo tiempo una tina algo grande, el escusado estaba escondido detrás de una pequeña puerta, vi luego el lavabo, tenía cubrimiento de mármol y debajo habían cajones y enfrente mío había un espejo que cubría todo el lavabo por arriba y terminaba junto a la ducha, había una pequeña puerta y cuando la abrí encontré algunas cremas y maquillaje.

Luego vi otra puerta y cuando entre vi un armario que era un cuarto que era más largo que grande y estaba dividido abajo y en medio, en la parte de abajo habían muchos zapatos, habían muchos tenis, en la parte de en medio habían vestidos, suéteres y playeras colgadas todo lo que pueda imaginar prácticamente ahí estaba. En el centro había una mesa que tenía muchos cajones, en los primeros dos cajones había ropa interior y trajes de baño, igual habían varios de una pieza y de dos piezas, en los cajones de abajo habían shorts, pantalones y faldas—Vaya que aquí hay ropa —dije riendo, decidí salir y vi solo mis libros y mi cuadro de mariquita, decidí colgarlo a la pared enfrente de mi cama, ya era de noche y tenía mucho sueño y mi ropa era tan cómoda que solo me acosté y me dormí.

El siguiente día desperté al alba con el reloj enfrente mío diciendo 6:00, y me asomé al balcón y me senté en una de las sillas afuera y vi el sol salir, me sentía relajada, feliz, cualquier cosa que se pueda imaginar que era lindo, lo sentía.

Cuando el sol estaba arriba alguien tocó mi puerta— Señorita, su desayuno se está preparando, le recomiendo que tome una ducha y baje a desayunar para poder empezar sus lecciones —Luego se fue, yo fui al baño y abrí la regadera y empezó a salir agua desde el techo en la parte de en medio yo me asusté, pero luego comencé a reír, me metí y con una botella que decía "shampoo" me lave el cabello, después a su lado aparecía otra que decía "acondicionador" igual la use y con el jabón líquido me lave el cuerpo, luego salí de la ducha y me puse una toalla alrededor del cuerpo para secarme y saqué una secadora y con eso me seque el cabello, luego entre al mi armario y termine usando un vestido de flores y baje a desayunar, desde que desperté nunca había comido algo tan delicioso, luego Fred me quito el plato y me dio otro cuaderno y unas plumas, yo abrí el cuaderno y empecé a dibujar pero Fred me quito el cuaderno— ¿Que está haciendo señorita? —Yo le respondí

— Estoy dibujando ¿no debería? —Fred me respondió.

— Señorita, las lecciones de matemáticas empezarán con la señora Grant, sígame por favor —dijo Fred caminando hacia la sala yo lo seguí y cuando entre me encontré con una señora que tenía unos lentes de sol enormes que no dejaban ver la mayoría de su cara, pero tenía arrugas, muchas arrugas, yo me senté a su lado.

— Bueno, ¿como te llamas? —Me preguntó la señora.

— Luna —le respondí.

— Bueno Luna, ¿en qué te quedaste con tus maestros? —Me preguntó, yo no sabía que responder ¿que era un maestro?

— No se de que habla señora —respondí, ella me dijo.

— Bueno, ¿sabes sumar, restar, multiplicar y dividir? —Yo no sabía  que responder, nunca había escuchado eso.

—Lo siento, no lo sé.

— Entonces este será un largo camino a recorrer, es bueno que tenemos mucho tiempo.

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Oblivion: Olvidado. [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora