Oblivion: Olvidado. [#1]

Capitulo 7

Bajé a desayunar, esta vez mis padres no estaban vestidos de negro, mi mamá tenía un vestido blanco y mi papá traía una camisa, como la que vi a Nick salir de su casa, después de desayunar unos deliciosos huevos estrellados con tocino, fui a la sala a esperar a la señora Grant, pero no llegaba hasta que mi mamá se sentó a mi lado— Le pedí a la señora Grant que no viniera hoy, hoy te llevar a un lugar especial —yo la seguí al auto y ambas nos sentamos adelante y en el camino veía los edificios hasta que llegamos a un lugar que decía "Beverly blv" yo me sentía extraña.

— ¿Mamá que hacemos aquí? —Pregunté.

— Ya vamos a llegar —me respondió, unos minutos después me encontraba enfrente se un edificio blanco pero tenía grandes ventanas con un marco naranja.

— Mamá, ¿donde estamos? —Pregunté.

— Bueno, me dijiste que querías aprender a pintar, esta es la tienda más grande aquí podrás conseguir lo que necesitas —dijo mamá terminando con una sonrisa solo viendo mi cara, tenía una sonrisa, hasta ahora no me había sentido tan asombrada, mi mamá se estacionó y nos bajamos y entramos a la tienda, era inmensa y de dividía en muchos pasillos donde se encontraban libros de cómo pintar para principiantes, después venían los útiles, se vendían por separado, yo caminé por todo lo que pude de la tienda, era inmensa, vi las pinturas, y pinceles, todos tipos de lápices, vi unos lápices de colores de lo que me enamoré, decían "360 colores" mi mamá estaba junto a mi— ¿Te gustan esos? —Preguntó mamá, yo asentí— Bueno tómalos, vamos a buscar una libreta para ti —dijo ella, yo asentí y la seguí, y llegamos a otra sección donde habían muchos cuadernos, elegí uno que tenía muchas hojas, lo agarre y mamá y yo nos dirigimos hacia la caja para pagar.

— Buenas tardes señorita queremos pagar esto —dijo mi mamá entregando los productos, ella los escaneo y dijo.

— Colores 360, 150 dólares, cuaderno de 300 hojas, 40 dólares, serían 190 dólares —dijo la chica— ¿tarjeta o efectivo? —Pregunto la chica.

— Tarjeta —dijo mi mamá entregándole un pequeño rectángulo azul, unos minutos después nos encontrábamos de regreso en el auto, yo abracé a mi mamá.

—Gracias mamá, muchas gracias —dije casi soltando lágrimas de felicidad, ella solo sonrió

— De nada hija —nos dirigimos de regreso a casa, y cuando entre corrí hacia mi cuarto donde podía ver el cartel y me senté afuera, abrí mi cuaderno y mis lápices, y había tanta variedad, no se comparaban a los que me había dado Elisa, saqué los colores necesarios y empecé a pintar las letras, salió muy común, pero me sentí orgullosa.

Me iba a meter a mi casa pero escuché a alguien gritarme— LUNA, ¿ERES TÚ? —esa voz era demasiado familiar, casi como si la hubiera escuchado de algún lado.

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