Los audífonos transportaban las tristes notas de la música en su teléfono.
Afuera la luna teñía de plata el mundo con su fría luz. Últimamente todo se veía más frío.
Cada estrella parecía un diamante palpitando, ¿si ella estirará su mano los alcanzaría?, ¿qué tan filosos estarían?...
Y justo ahí, acostada, estaba ella, con lágrimas corriendo por sus venas, intentando sacarlas de su interior, pero sin lograrlo.
La depresión se había vuelto una curiosa amiga, un poco fastidiosa a decir verdad, pero de todas formas ya se había acostumbrado a ella.
Con un incendio en su estomago que le arruinaba el sueño y un intermitente insomnio que volvía al abrir los ojos y se iba al cerrarlos.
Y con una sola pregunta en su cabeza: ¿ahora cuánto tardaría en irse ese sentimiento?
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RandomGusanos que comen estrellas, ángeles que se disfrazan de demonios por miedo, mundos alternos, otoños que extrañan, primaveras que recuerdan, un par de canciones y más divagues en esta recopilación de relatos y poemas míos. Pasa y lee, no te arrepent...