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Querido caballero en llamas, ¿Cuándo me salvarás de este diluvio?

El mundo se inundaba, el frío de los polos crecía por el planeta, las auroras boreales gritaban al cielo por clemencia, y solo la ventana al cielo de tus ojos me salvaba... Dime, dulce caballero, ¿por qué decidiste cerrar tus ojos?

Y si, si algún día extraño decides venir con tu espada y tu cálida alma, con tu sonrisa de Luna y tu amor de infierno, tal vez yo, tal vez yo aún te abrazaría y huiría a tu mundo de soles y demonios.

365Donde viven las historias. Descúbrelo ahora