Tus labios benditos me harían pecar, tu mirada de santo es la llama que enciende mi infierno, y no me importaría pecar mil y un veces si el perdón fuera tu amor.
Los ángeles se rindieron a las cadenas de tus brazos.
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RandomGusanos que comen estrellas, ángeles que se disfrazan de demonios por miedo, mundos alternos, otoños que extrañan, primaveras que recuerdan, un par de canciones y más divagues en esta recopilación de relatos y poemas míos. Pasa y lee, no te arrepent...
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Tus labios benditos me harían pecar, tu mirada de santo es la llama que enciende mi infierno, y no me importaría pecar mil y un veces si el perdón fuera tu amor.
Los ángeles se rindieron a las cadenas de tus brazos.