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Rival

Odiaba su vida.

Bueno, por lo menos parte de ella.

Hace unos meses atrás, su mejor amigo le reveló algo realmente desagradable, le confesó que yacía en una relación amorosa con Francisco.

Apenas escuchó salir aquella revelación de los labios de su amigo, su mundo se quedó en estado de shock.

No sabía qué sentir ni pensar, de hecho ni podía creerlo. Creía que estaba prisionero en una de sus tantas pesadillas, parecía algo irreal.

¿Pero y si decía algo?

¿Si alguna palabra de su interior saliera por su boca?

No quería revelarse a su mejor amigo, sabía que tenía sentimientos por el pequeño peruano, aún así no iba a ser tan estúpido como para decírselo después de aquel anuncio.

Trató de actuar lo más normal que podía, sí, claro que se quejó haciéndole recordar la vez que aquel ecuatoriano le hizo llorar, pero todo en son de amistad.

Si revelaba alguna pizca de dolor, sabría que lo arruinaría todo.

No estaba dispuesto a sacrificar la amistad que tenía con Miguel.

Hubo una vez en que su amigo invitó a varias personas antes del inicio de clases, para que conocieran formalmente a su novio, incluso Julio lo tomó a buena manera.

Nadie sabía de lo mucho que le hizo sufrir aquel día, nadie entendía la aberración que le tenía por hacerle eso a su amigo, a la persona de quien se enamoró.

Como si al tiempo no le importara, los meses transcurrían sin césar, y siempre tuvo que callar, por Miguel, todo lo que hacía era por Miguel.

Felizmente desde que iniciaron una relación amorosa, aquel bastardo no le hizo nada malo a su amigo, de hecho Miguel se veía bastante feliz, emocionado y enamorado.

Estaba feliz por su amigo, pero se daba pena a sí mismo, porque sus sentimientos en vez de disminuir, se iban incrementando.

Miguel y Francisco eran la pareja envidiable de todos sus conocidos, se desbordada el amor que se profesaban entre ellos, ni siquiera la relación de Daniel y Julio se comparaba a la de ellos.

Miguel siempre trataba de integrar a su novio en cualquier cosa que hacían los mejores amigos, ya hasta era costumbre ver a Francisco rondando el departamento o quedándose a dormir.

Pero el colmo de los colmos fue un día en que llegó cansado de su trabajo. Al abrir la puerta del departamento se encontró con una escena muy comprometedora de su mejor amigo.

El pelinegro yacía sentado en las piernas de Francisco mientras ambos se besaban con desenfreno.

Sus córneas le sangraron.

Lo peor es que tuvo que gritarles para que paren, después de eso, se percató de los chupetones que ambos enseñaban.

Quiso que aquel día nunca hubiera pasado.

No pudo hacer más, no podía hacer más.

Sin escatimar los daños, el tiempo seguía pasando, increíblemente el noviazgo de su amigo perduraba, e incluso parecía que entre ellos se querían aún más.

Nunca había visto tan feliz a su amigo.

Con el tiempo se fue acostumbrando. Tenía qué.

Si bien su temprana aberración al ecuatoriano ya no estaba presente, aún así se abstenía de situarlo como su amigo. Sí, le hablaba algunas veces, pero nada más.

La situación en general iba de viento en popa, aún más cuando se normalizó las bromas cariñosas entre amigos, todo era por la confianza que se tenían. Podían ir en decirse desde unos «¡Me amas, bebé! », «Cariño, ya casémonos y dejemos de ocultar nuestro amor. » hasta unos «¡Me vales verga, pinshe putito!» «¡Eres mi zorra, morrito!».

¡¿Qué más se podía pedir?!

Sin embargo, aquella confianza no era de agrado mutuo, por lo menos no para alguien.

Pedro no sabía los límites de lo que podría llegar a odiar a una persona.

Ah si cierto si cierto, la semana pasada hice una encuesta sobre el capítulo especial que escribiría, el ganador sólo por un voto creo, fue Pedrito, felizmente ya he planeado más o menos como será 🌚🌚🌚 uff

Hablando de eso me daba mucha risa que Luciano también tenía muchos votos 😂😂😂 en esa opción sólo lo hice por joda. 🤭

Les dejo una foto de la feliz pareja antes del desastre jajaja