¿Está molesto?

845 116 335
                                    

Los tres se encontraban reunidos en la sala del departamento que compartían, un mexicano sentado a sus anchas en el sofá, un boliviano tratando de preparar alguna decente cena y un peruano tratando de pasar desapercibido para no ayudar a Julio.

Ya eran horas de la noche, Miguel en sí tenía que adelantar algunas lecturas para sus venideros exámenes; sin embargo, decidió optar por un pequeño descanso, que de pequeño no tenía nada.

— ¿Miguel, sabes si hoy vendrá Francisco? — Al parecer su método de ninja silencioso no le había funcionado porque Julio lo terminó notado.

— Mmm... No lo sé, quizás sí, quizás no. — Respondió dubitativo.

— De todos modos ¿Por qué le diste el duplicado de nuestra llave del departamento? — Se quejó Pedro. — Es molesto.

— Pues porque quiero y puedo, además ustedes no se opusieron a ello. — Recalcó.

— Pero tampoco aceptamos.

— Es lo mismo, su silencio es la manifestación tácita de voluntad ante la determinada situación jurídica.

Hubo un corto silencio entre todos, hasta que Pedro se cansó de lo mismo.

— ¡No me vengas con tus huevadas de derecho, los abogados me la maman!

— Es cierto, Miguel, no te entendemos nada. — Intervino el más bajo.

— Además, gracias a que tu novio puede entrar cuando quiera, me quedé traumado de por vida. — Bufó mientras pasaba la página del periódico que leía.

Julio río, Miguel solo se ruborizó.

Recordaba ese día, Pedro los encontró uno encima del otro, dándose mucho «amor».

¡Quería que la tierra lo tragara!

Eso no era lo peor, días después se burló de la escena así como de los chupetones que no se desvanecían de su cuello.

¡Fueron días infernales!

— ¡Hubiera pagado por verlo!

— ¡Oh vamos! ¡Yo no digo nada de las cochinadas que harás con Daniel!

— ¡Ugh! ¡Ni lo digas! No quiero ni imaginarme. — Replicó el más alto. — De todas formas, desde que estás de joto con ese wey te olvidas que tienes amigos.

¡Lo que le faltaba!

Iban a empezar de nuevo con la supuesta «falta de tiempo» para sus amigos.

Sinceramente ya le cansaba un poco que cuestionaran su amistad.
¿A caso no era normal querer pasar un poco de su tiempo con su novio?

Es más, según él, ni siquiera se alejaba de sus amigos, más bien trataba que Francisco se acople a ellos.

Por aquellos segundos que estuvo pensando sobre Francisco y sus amigos, no despegó la mirada de Pedro. Éste no despegaba la vista del periódico, a pesar de que algunas veces lo interrumpía en su conversación para quejarse de él.

Tuvo una idea.

— ¿Sabes qué? Noto una pizca de celos en ti. — Aseguró, quería ver la expresión de su amigo.

Como esperaba, Pedro levantó la vista hacia él, luciendo consternado por lo dicho.

Fueron unos cortos segundos en la cual se quedó en la misma posición, hasta que nuevamente lo refutó.

— Já. — Soltó sarcástico. — ¡Ya quisieras, culón! ¡Soy demasiado para ti! — Dicho esto volvió a concentrar en su lectura.

No estaba dispuesto a rendirse.

Just Friends || EcuPer || MexPer ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora