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Little do you know | part 1

[Little do you know - Alex & sierra]

[Nota: les pongo desde el inicio la música, la letra en sí tiene mucho que ver con lo que sienten en estos momentos tanto Miguel como Francisco, por ahora solo veremos el punto de vista de Francisco]

Una vez dentro ambos tomaron asiento en el sillón de aquella pequeña sala.

Francisco no hacía más que lamentarse interiormente sin tomar conciencia de lo que hacía, sin poder soltar todo lo que le atormentaba, no aún.

Itzel esperó paciente, siempre lo hizo, era algo que Francisco agradecía fervientemente. Si había alguna persona donde pudiera ir a pesar de tener todo en contra, en definitiva aquella era su mejor amiga.

Después de unos considerables minutos por fin habló.

— Terminé con Miguel.

Por fuera sonaba calmado, despreocupado y quizás desinteresado, sin embargo todo era una fachada, siempre lo fue.

— Lo sé, Miguel me lo dijo cuando me llamó para saber tu dirección. —Contestó suave, como si temiera  quebrar a su amigo.

Francisco suspiró, aún le dolía que todo haya terminado, más aún así, se convencía a sí mismo de que era lo mejor.

Miguel nunca debió haberse enamorado de él, lo mejor para el peruano es que aquello terminara.

— Fue lo mejor. —Decía todo eso sin levantar la mirada. Constantemente miraba al piso mientras todo tipo de pensamientos rondaban por su mente.

Itzel suspiró en aquel momento de silencio, de reflexión.

— ¿Lo mejor para quién, Francisco?

—Para él, todo lo que hago es por él.

— Francisco, ya hemos hablado de eso muchas veces, lo que tú creas que es lo mejor para Miguel no significa que lo sea, apuesto que Miguel no piensa lo mismo.

— Lo sé, Itzel, créeme que lo sé, me conozco, sé como he sido con todas las personas que me rodean, soy una mierda de persona, Miguel solo saldrá aún más lastimado si sigue a mi lado.

Francisco trataba de sonar tranquilo, no quería alterarse, no quería volver a llorar, no de nuevo.

— Pero Francisco, tú lo amas, con ello el único que esta siendo lastimado ahora así como en toda su vida eres tú. — Soltó preocupada la menor.

Francisco había sufrido casi toda su vida, para Itzel que aquél tuviera tan pésimo concepto de su persona solo la llenaba de lástima y compasión por su amigo.

— ¿Lo hago? No lo creo. — Sonó cortante y distante, pero eso no evitaba que cada palabra fuera una puñalada a su corazón.

Itzel calló, ambas miradas se encontraron, solo por aquel instante el asombro y consternación pasó por aquella mirada de la menor.

Sin embargo, la muchacha volvió a hablar, porque su amigo no se daba cuenta, porque justo ahora nuevamente le estaban gobernando aquellos pensamientos pesimistas, nuevamente se dejaba caer en el abismo.

— Lo haces, Francisco, cada acción tuya, cada palabra dirigida a Miguel, aquella mirada que manifiestas cuando lo ves, aquella aferración y deleite que sientes a su lado, todo lo que haces es una demostración del amor que sientes por él, no trates de mentirte, no en esto.