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Esperanzas...

Recién empezaba el mes de Julio, se suponía que aquel mes era uno de los más especiales para Miguel, no sólo porque aquel mes era de fiestas patrias, también por la culminación semestral de clases en su universidad, las otras concurrentes festividades así como el cumpleaños del mismo.

Era un mes para disfrutar, sin embargo, últimamente no tenía ánimos para nada.

Ha pasado un poco más de un mes desde que notó la cercanía entre Francisco e Itzel, así como la ausencia de su novio a su alrededor.

Ellos se conocieron en la fiesta de Año Nuevo, sabía que se llevaban bien, pero últimamente aquella amistad cada día iba incrementando, al punto de que muy pocas veces se reunía con Francisco, y cuando lo hacía éste hablaba de Itzel.

No le desagradaba que su novio expandiera su círculo de amistades, de hecho eso era bueno, aún así de una manera u otra sentía que era desplazado por ella.

No se equivoquen, él no era de aquellas personas celosas, nunca lo había sido, inclusive de todas las veces que su novio le comentó sobre sus antiguas parejas, nunca sintió la más mínima pizca de celos, simplemente trataba de comprender a Francisco y todo lo que vivió, si bien no era mucho lo que le contaba sobre su pasado, aún así todo era paso por paso, no iba a presionarlo.

Cuando salía algunas fiestas con Francisco, también hubieron personas que trataron de ligar con el ecuatoriano, Miguel solo se divertía con ello, sobre todo por las terribles excusas que daba su novio.

Sin embargo, ¿Por qué ahora era diferente?

¿Por qué sentía que no era igual con Itzel?

¿Por qué sentía que ella lo desplazaba poco a poco?

Él no la odiaba, de hecho ella era la hermana de su mejor amigo, él la conocía desde que era pequeña y siempre la tuvo en buena estima, sabía lo graciosa que era, lo amable que podía llegar a ser, en muchas ocasiones sabía que era comprensiva y fácil de tratar, ella era una muy buena persona y amiga.

Sabía muchas cosas de ella. Itzel tuvo una relación sentimental con Alfred, una relación que prácticamente estuvo por destruirla, ella quería mucho a aquel estadounidense, por ello también sufrió mucho al darse cuenta de que aquél no lo amaba, aún con todo eso, fue fuerte y salió adelante, no dejó que aquello acabara con ella, y ahora se mostraba feliz como debe de ser.

Feliz al lado de Francisco.

No sabía por qué eso le incomodaba tanto, se supone que debería confiar más en Francisco, no obstante eran tantas las veces en que aquellos la pasaban juntos, que sentía que se estaba alejando de él.

Durante esas semanas venían a él muchos pensamientos derrotistas, muchas posibilidades que se le cruzaban por la cabeza, además que constantemente Francisco no le tomaba mucho en cuenta.

Trató de no pensar tanto en ello, ambos se encontraban en exámenes, no quería interrumpirlo, él también trataba de concentrarse en sus pruebas, sin embargo todo eso era muy difícil para él, casi no lograba estudiar por pensar constantemente en ellos.

Inclusive un día en que todos se iban a ir de paseo juntos, llegó Itzel pero no Francisco, ella lo disculpó diciendo que a aquél le había surgido algo de imprevisto por lo cual no podía asistir.

Miguel no dejó de pensar en todo ese día sobre lo dicho por Itzel, en primer lugar, Francisco no le dijo nada a él, se supone que son novios, mínimamente le hubiera avisado algo al respecto, de hecho últimamente no sabía casi nada del día a día de Francisco.

En segundo lugar, cuando Itzel les dijo aquello, había nombrado a Francisco bajo el apodo de «Panchito», eso lo desconcertó, él sólo le decía «Fran».