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Itzel

Aquellos días su hermana vino a visitarlo por un plazo indeterminado, claro está que ella misma se consiguió un pequeño cuarto alquilado cerca a su departamento, así ya no podría molestarlo en su mismo domicilio.

Hace un par de meses, ella terminó con Alfred, según le contó fue un acuerdo mutuo, sin embargo, eso no quitaba el hecho de que aún se sentía dolida por ello. Ellos no se amaban, era infructífero tratar de mantener una relación que no iba para más.

Durante todos esos meses, él trató de ser un buen hermano así que le dio varios consejos, que claro está, ella los desestimó porque según dice, eran unos consejos pendejos.

¿Decir que le valga verga y se consiga otro era un consejo pendejo?
Pues Pedro no lo creía así, según él, era el mejor consejo en el mundo mundial, debería escribir un libro lleno de sus consejos, sería un Best Seller, él lo aseguraba.

Felizmente Itzel poco a poco fue mejorando, muy en el fondo eso le agradaba, no le gustaba ver a los suyos en pésimas condiciones, mentalmente ya separaba una fecha para vengarse del gringo ese, justo después de darle su merecido a Francisco.

¿Por qué?

Lo odiaba, no había otra razón.

Pasaron los días y ya no supo mucho de su hermana, solo que pasaba su estadía en Perú con algunos amigos para tratar de calmar su mente y emociones.

Sin embargo, hoy en día se iban a reunir para ver una película de terror.

Hace unos días, Miguel y Julio acordaron que querían ver una película junto a Francisco, Daniel e Itzel, todos votaron y en consecuencia, ganó el género de terror con un total de 5 a 1, Miguel fue el único afectado por dicha votación.

Al parecer era la semana de las elecciones porque volvieron a votar por quienes harían los bocadillos para la transmisión de la película, donde ganaron Julio y su novio, los demás solo pondrían en orden el lugar para una función cómoda.

Francisco e Itzel yacían sentados en el comedor mientras conversaban sin parar, Miguel se centraba en revisar la trama de la película en Internet mientras Pedro revisaba sus mensajes de texto, ese instante lo aprovechó para sentarse al costado diestro de Miguel.

Martín le enviaba fotos de sus vacaciones junto con Luciano, él los ignoraba; Antonio le avisaba sobre un congreso internacional de Negocios empresariales que se haría en España, para luego aprovechar la ocasión de hablarle sobre su Lovino.

Rodaba los ojos ante los actos de esos amigos suyos, a veces ser moderado no era tan malo.

Al único que no dejaba en visto tantas veces era a Manuel, él también era uno de sus mejores amigos, aún le resultaba increíble eso, pero con el tiempo ambos se fueron entendiendo muy bien, lo conocía desde que era un niño.

Manuel para su gusto, era un tanto reservado con sus cosas, aún así siempre se contaban todo, un ejemplo de eso, aquel chileno le confesó que ya tenía una nueva pareja, una pareja ideal según le contaba, Pedro también le contaba todo, o bueno casi todo, todavía no se atrevía a contarle de su estúpido enamoramiento hacia Miguel, de hecho él quiere mantener ese secreto para sí mismo.

Por un momento se fijó en lo que exactamente leía Miguel, sin embargo parecía que no terminaba desde hace unos considerables minutos la reseña de la película, era extraño porque normalmente el peruano se leía libros en un santiamén.

— ¿Miguel, estás bien?

Pasaron varios segundos para que su amigo se diera cuenta de que estaba a su costado.

— ¿Uh? Hola Pedro. — Después de eso se volvió a perder en sus pensamientos.

¿Exactamente que le pasaba a su amigo?