Just Friends || EcuPer || MexPer ||

¿Elegir entre ambos?

Miguel preparaba un rico caldo de gallina muy alegre por haberse escapado de aquella terrorífica película, todo ello mientras escuchaba las canciones de rock de los 90.

Al terminar aquello, se asomó a escondidillas por donde se encontraba su novio.

— ¿Ya terminó?

No quería ver esa película, le aterraba.

— Sí, ya lo hizo.

No pensó más, solo suspiró de alivio por aquella respuesta.

— Bueno, entonces hay que arreglar la mesa para empezar a servir el caldo. —Inmediatamente después de eso inició con lo establecido.

Una vez todo listo, ambos empezaron a comer, ya eran las 8 de la noche, no era tan tarde para él, aún así quería irse a dormir temprano para estar fresco al día siguiente.

— Cierto, después de esto me regresaré a mi departamento. —Soltó sin más, tenía que avisarle a Francisco de ello.

— ¿No te quedarás? ¿Por qué?

— Bueno, mañana iré temprano a recoger a Pedro del aeropuerto, como mañana regresa de su viaje. — Se encogió de hombros.

Francisco dejó de comer, hubo un corto silencio.

Miguel notó aquel cambio, así que también dejó su hambre a un lado para observar atentamente a su novio.

— Últimamente andas mucho con Pedro. — Sus palabras fueron un tanto serias, su expresión era indescifrable.

— Pues sí, es mi amigo. — No sabía a lo que quería llegar Francisco.

— Ya veo.

Hubo otro momento de silencio, Miguel sentía el ambiente tenso por parte del ecuatoriano.

— ¿Pasa algo?

Con la duda en mano logró preguntar, aún así Francisco no respondió.

El apetito que ambos tenían se había esfumado, Miguel trataba de descifrar lo que ocurría allí.

— ¿Por qué tienes una foto de Pedro como fondo de pantalla en tu celular?

Francisco dijo después de aquél silencio, aquél tenía un aura de molestia, aquello extrañó a Miguel.

— Pues me pareció graciosa y por eso lo puse, sabes que me gusta lo chistoso. — Se excusó.

— Pues al parecer lo único gracioso que has visto es a Pedro, porque solo tienes fotos de él. — Soltó con un denotado rencor tratando de fingir indiferencia.

Francisco no lo miraba, al contrario de él, que solo podía ver al ecuatoriano.

— ¿Qué estas tratando de decir, Francisco? Si vas a decir algo, sé directo. — El ambiente se veía más tenso.

Por alguna razón su humor empeoraba, no le gustaba nada cómo se encaminaban las cosas.

De nuevo el silencio, eso sólo aumentaba su enojo.

— ¿Francisco? ¿Me lo vas a decir o qué?

Poco a poco su propio análisis de la situación sacaba algunas conclusiones, no le gustaban nada aquellas.

— ¡Francisco!

— Solo no me gusta que estés cerca de ese tipo. — Soltó sin más.

El silencio reinó de nuevo, esta vez el mayor miró la reacción de Miguel, ambos cruzaron miradas, las marrones con un toque de molestia y las doradas con consternación.