Un mes pasó demasiado rápido.
Los enfermos se habían curado y con ellos el joven Ivar.
La recuperación había sido lenta y demasiado dolorosa pero, consiguió sentirse de la mejor manera.
Su hermano le había contado cómo le fue en París, sin omitir que estuvo a punto de la muerte para así sonar más rudo.
Su querido padre le había acompañado en cada momento al igual que su madre, logrando que la sanación sea más rápida.
Aún tenía prohibido salir a pescar como lo hacía antes, pero al menos le dejaban estar a las afueras de su casa, muy cerca de ésta.
-¿realmente tengo que comer las verduras? -preguntó desganado hacia Athelstan, quien se encontraba sentado a un lado de él, recostado en aquella amplia silla individual que Ragnar había enviado a hacer especialmente para él.-
-Así es, Ivar -el sacerdote respondió con voz calma, desviando su vista de la prenda para bebé que tenía en sus manos para dirigirla hacia el hijo de su alfa.- ya te queda poco -alentó, volviendo a su tejido.-
El pelinegro se había estado encargando de controlar a los pequeños Ragnarsson aquella mañana ya que el padre se había ido a cazar junto a Rollo y Auslug se encontraba al mando.
Suspiró cansado, sentía una leve amargura recorrer su pecho hace ya hacía tiempo.
Desde que rechazó la propuesta de matrimonio del rey, éste había estado actuando un tanto distante.
Sentía que Ragnar simplemente le calmaba y dormía en su misma cama por el cachorro que tenía en su interior y se daba cuenta que los besos que depositaba en su piel no eran para él, sino para que sus emociones estén estables y así no provocar malestar en la cría.
Aunque, debía de reconocer que no le había forzado a nada que él no quisiera.
Había sido difícil para el mayor pero, poco a poco había comenzado a darle más importancia al ojiceleste.
Él era consciente que ese omega era su salvación al problema de la herencia, pero también se daba cuenta de que había un sentimiento más profundo.
Aquél "te amo" que había abandonado su boca hace ya tiempo, pareció no importarle al menor, cosa que le angustió mucho sin demostrarlo. Él no confesaba sus sentimientos a cualquiera.
Se sentía dolido. También le había repercutido en su ego aquella negación ante su propuesta de matrimonio, no lo iba a negar, pero lentamente quería llegar a ser el hombre que Athelstan merecía para poder casarse con él.
No quería que el ego se interpusiera entre ambos, pero le era difícil a veces.
-padre está tardando mucho -se quejó Bjorn, quien se encontraba a un lado de la estufa, afilando su espada.-
-no seas impaciente, hermano -el chico de cabello largo reprendió, llevándose una porción de pan a la boca.-
-tú mejor cállate, peste -así le había comenzado a llamar después de que toda la tensión por la salud de Ivar se calmó.-
-oblígame, tonto -era uno de los pocos insultos que Auslug le permitía decir y a veces odiaba eso.-
Pareció ser en un segundo en el que los hermanos comenzaron a hablar más alto hasta el punto que se pararon de sus asientos y llegaron a confrontarse.
-basta por favor muchachos, Ragnar se enojará mucho si sabe que discutieron otra vez por tonterías -intentó calmar el pelinegro, lleno de nervios.-
ESTÁS LEYENDO
Mi Alfa Vikingo.
FanfictionPRIMER LIBRO. El segundo lo pueden encontrar como "Renacer Vikingo" en mi perfil. Si tener un alfa es difícil, imagínense uno vikingo. Les recomiendo no leer los comentarios si quieren ver la serie "Vikingos" sin spoilers importantes. ACLARO que no...