Amor, deseo y poder describen la historia de un chico que en una excursión por Egipto se pierde en un desierto encontrando un anillo perdido con un poder oculto. Cuando se lo coloca en el dedo, descubre la magia y poder de el, convirtiéndose en su y...
-"Andrés gracias por dejarme conocerte mejor. El tiempo que me tienes en tu mano no es suficiente para conocernos. Por favor necesito conocerte más, no te arrepentirás".
Sonó un susurro en el inconsciente de Andrés. Algo que no pudo ignorar despertándolo con una sensación extraña y el pene erecto olvidando las palabras como un sueño.
Andrés sabía que tenía que levantarse temprano. Mantener a Andrea hermosa y sensual requería tiempo y con trabajo era lo que menos tenía.
Al levantarse una luz tenue que salia del anillo hizo que Andrés se diera cuenta que durmió con el anillo en su mano izquierda. mirando de manera extraña se quitó el anillo con un poco de dificultad. Fue al baño y al pararse frente al inodoro para orinar recordó que su cuerpo ya no era masculino, notó que la última vez que orinó como chica fue en el restaurante. Al estar desnudo, se sentó y dejó caer la orina sin dejar de sentir esa sensación extraña. Se levantó y con facilidad se puso el tampon.
Sonó el teléfono del departamento. -Hola dijo Andrés. - Buenos días señor, habla el guardia de seguridad. Hay un paquete para usted. Subiré a dejarlo. Andrés abrió la puerta sin caer en cuenta que por todo el departamento había ropa de Andrea. - Vaya que se divirtió con la chica de ayer dijo el guardia en tono de confianza. Andrés algo incómodo dijo, es mi prima. Está viviendo conmigo. - Mil disculpas señor. Me aceleré. Andrés cerró la puerta y abrió el paquete. Dentro de él estaba el uniforme de su oficina con distintas medidas. Una blusa, una mini falda, dos cajas de pantimedias y una chaqueta elegante con el logo de la empresa. Al ser una empresa de alto nivel la ropa era de calidad ya que mantenían contacto con gente muy importante. Dentro del paquete había una carta que decía:
"Es muy importante que elijas la medida perfecta. Lo que no es de tu talla trae a las oficinas"
Andrés tomó un respiro- bueno, el tiempo no espera. Tomó el anillo que todabía tenia un poco de luz y se lo colocó en su mano derecha y cambio su cuerpo. Después del cambio, sin notarlo, su mirada había cambiado, de una mirada curiosa y confundida a una mirada segura y alegre.
colocó la ropa en la cama y comenzó a vestirse. se abrochó la blusa blanca y una ves con las medias, se probó todas las medidas, cada vez que lo hacía, notaba que todas se veían bien hasta que agarro la ultima, mientras subía la tela por sus piernas, sentía como todo su cuerpo encajaba perfectamente en una silueta femenina. Finalmente con libertad eligió unos tacones rojos. Andrés con una sonrisa se miró al espejo.
- La talla me quedo perfecta.
Mientras se daba vueltas para verse de todos sus ángulos, sus manos estaban en su boca como símbolo de sorpresa. Al caer en cuenta lo que estaba haciendo se quedó petrificado unos segundos y lentamente bajó las manos intentando ignorar lo qué pasó.
Con el interés de verse mas elegante, tomó el reloj que de iba a dar a su exnovia antes de su ruptura. Al ser costoso lo tenía guardado para un regalo futuro.
- Me siento nervioso y extraño
- No puedo creer que desde hoy viviré como Andrea.
Al desayunar practicaba sus movimientos femeninos en el momento de levantar la taza. Al tomar un sorbo notó que estaba muy caliente dejando soltar un grito delicado. - Andrés algo extraño agarró bien la taza mientras miraba a otro lado intentando olvidar su expresión. Tomó un abrigo y salió a la oficina, como no tenía parqueadero y estaba algo apurado decidió tomar un taxi.
Andrés llegó a la oficina y como ayer, notó como todos lo miraban haciéndolo caer en cuenta que era Andrea. Al dar el primer paso sintió como la falda ajustada acompañaba sus pasos resonantes en el porcelanato del piso, mientras su cabello se movía sutilmente con cada paso. Andrés sintió que un día normal de oficina ya no sería lo mismo. Al pasar por esos pasillos como un hombre, el disfrutaba ir atrás de sus compañeras para ver mover sus traseros mientras mostraban sus sexys piernas al caminar. -ahora yo seré el observado - pensaba Andrés mientras cerraba los puños des sus manos como símbolo de incomodidad.
Andrés regresó a ver de tras de él y notó que efectivamente estaba siendo observado por uno de sus compañeros. Andrés evitaba mover sus caderas para no brindarle ese espectáculo que el disfrutaba como hombre, pero era imposible. Todos los Hombres del lugar disfrutaban al ver a la nueva chica llegar. En medio de la incomodidad Andrés mantenía una mirada segura, y cumplía su papel como una mujer enfocada a su nuevo trabajo mientras caminaba con sus atractivos pasos a la oficina de Julian. Al abrir la puerta de la oficina, Andrés pudo notar la mirada de Julian partiendo desde el suelo hasta sus ojos. - Hola Andrea, llegas puntual -Eso me gusta. - Buenos días Julian estoy listo, digo lista para comenzar. - Está será tu oficina, estará junto a la mía. Tu deber es dirigir a los empleados y tomar mi puesto cuando yo no esté. - los clientes no me preocupa. Sé que con tus encantos y experiencia todo saldrá bien.
Al sentarse en su nuevo asiento notó cómo su falda ajustaba sus piernas juntas y los tacones no dejaban que sus talones lleguen al suelo. Incómodo intentando mantener una posición femenina.
- Yo me imaginaba aquí, cómo Andrés con un terno nuevo y sentando como todo un Jefe macho Alfa. Ahora no puedo dejar de mantener mis piernas juntas.
Andrés mientras se instalaba decidió ir a uno de los pasillos vacíos para no sentirse observado y tomar un respiro.
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-Ufff, todo esto es nuevo para mi. Es increíble que siendo Andrea pueda estar en el puesto de mis sueños. - Aunque.... ya no lo quiero. Mis planes son distintos ahora, demostraré mis capacidades a Jorge y con ayuda del anillo el puesto de Julian será mío.
Continuo el día mientras Andrés daba todo de sí para hacerse conocer con los clientes y ganar el respeto de sus compañeros pero, podía notar que Paula no se sentía cómoda con su presencia.
- Paula, que tanto me mira - no le hice nada.
- Soy mucho más hermosa que ella y tengo un mejor puesto. No debería importarme. Miró su teléfono y observó que tenía un nuevo mensaje.
2:00pm - Jorge- Hola, estuve pensando en ti. Hoy pasaré por tu oficina para llevarte a casa. Noté que hoy llegaste en taxi.
Andrés levantó sus cejas con ternura y movió su cabeza para un lado junto con una sonrisa.
- Gracias Jorge, eres un lindo.
Andrés se paralizó nuevamente con el celular en la mano y dijo.
