Amor, deseo y poder describen la historia de un chico que en una excursión por Egipto se pierde en un desierto encontrando un anillo perdido con un poder oculto. Cuando se lo coloca en el dedo, descubre la magia y poder de el, convirtiéndose en su y...
El auto de Alicia entró por unas puertas que llevaban hacia un largo camino de jardines bien cuidados y terminaban en una mansión con un estilo barroco pero al mismo tiempo era moderna.
Al estacionarse el automóvil deportivo, se bajaron las tres chicas y Rodrigo. El personal estaba sorprendido al ver a una mucama y una colegiala saliendo del automóvil de Alicia. Dentro del asombro también había respeto hacia Andrea, pues todo lo que ella hacía, la gente lo miraba como si fuera un modelo a seguir.
Andrea miro a Rodrigo con enojo, pues casi arruina su vida.
- Mereces un castigo - Desde este momento, tu deber será ejercitarte como si de eso dependiera tu vida. - No podrás dejar de hacerlo hasta caer exhausto. - Cuando tu cuerpo lo pida descansaras y comerás. No quiero alguien que no sirva. - Serás mi guarda espaldas, me defenderás y sacrificaras tu insignificante vida por mi, en el caso de ser necesario.
Cuando Andrea acabó de decir sus palabras. Rodrigo sintió unas ganas incontrolables de trotar al rededor de la casa. Algo que hizo durante todo el resto de la noche hasta caer exhausto.
Las chicas dentro de la mansión estaban siendo bien atendidas, especialmente Andrea que parecía la dueña de casa, pues todo el personal estaba a disposición de ella pero los pensamientos de Andrés estaba en otro lado.
Andrés tenía un problema, el hecho de usar el aro aceptaba que el anillo siga manipulando sus pensamientos, siendo cada vez más difícil saber cuáles eran los suyos y cuáles eran las conveniencias del anillo, pero al mismo tiempo se encontraba en un problema donde solo el anillo podía salvarlo.
Andrea cada vez tenía más razones para tener al bebé y eso le preocupaba a Andrés. El anillo le hacía pasar un dilema moral interno, un dilema donde su cabeza humana tenía todas las de perder. Andrés pensaba.
- Mientras siga en esta casa, no podré quitarme el anillo. - si lo hago, Alicia y Rodrigo se irán en contra mío. -Debo hacer algo con ellos, especialmente con Rodrigo. - Talvez mandarlo lejos cada cierto tiempo - Y Alicia, no lose. - Cuando está con el hechizo del anillo - Es... - Es la mujer perfecta. - Es hermosa - Libre - Agradable y muy inteligente. - El día de la oficina, al sentirme ignorado por ella, me... - Me partió el corazón - Me hubiera gustado conocerla sin todos estos problemas. - El anillo no la hace zombi, solo hace que respete todo lo que hago o digo. - Pensaba la chica disfrazada cruzada de piernas en un cómodo sillón mientras se mordía las uñas. - Si logró convencerla que soy alguien importante en su vida, tal vez sin el anillo pueda funcionar.
Andrea miraba a Alicia intentando hacer un plan. Alicia era la única persona poderosa que podría arruinar la vida de Andrea, la misma que tenía todas las de perder. Andrea actualmente era acusada por la pérdida de Jorge y el constante contacto ante las situaciones de Andrea con Alicia no han sido favorables.
Los raros encuentros sexuales con Jorge y las incómodas situaciones eran suficientes para que cualquier persona no vea bien a Andrea.
Alicia le ofreció a Andrea subir las gradas para que pueda cambiarse de ropa. Era libre de elegir lo que sea, pues para Alicia era un honor que Andrea use una de sus prendas. Al llegar a la habitación, solo podía ver vestidos que caracterizaban a Alicia. Una mujer exótica que disfrutaba de sus posibilidades para exhibir su cuerpo manteniendo la elegancia y la seriedad que caracterizaba. Andrea se sentía seducida por un vestido en particular, pues dicho vestido elegante tenía ese toque atrevido al que Andrea se había acostumbrado, pues con el anillo no había nadie quien se atreva a le juzgarla o mirarla.
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Andrés disfrutaba viendo su cuerpo femenino con el negro vestido que cubría parte de su cuerpo. Es algo que el anillo no había podido quitar de el, aunque podía enamorarse de un hombre y aveces sentir interés por otros chicos. La atracción por el cuerpo femenino no se le fue arrebatado, el placer de mirar su cuerpo era una de las principales razones por lo que disfrutaba ser Andrea.
Al bajar las gradas, Alicia y Cristina elogiaron sus gustos y continuaron la velada con una conversación agradable donde Andrea intentaba acercarse un poco mas a Alicia. La paciencia de usar el anillo y sentir emociones que confundían a Andrés se estaba agotando. Durante el resto de la noche Andrea no paraba de tocar su anillo cada vez que se le era implantada una emoción o pensamiento sobre su hija.
No solo era el hecho de tener un bebe, si no, todo lo que el anillo podía cambiar en el. El miedo de perder su identidad y quedar a disposición del anillo aterraba constantemente a Andrés.
