-¿Que demonios le pasa a Alex? No ha dejado de gruñir desde que llegamos.- se quejó Hayley, viendo como el Alfa murmuraba maldiciones cuando miraba su celular.-Está así desde que salió con Derek. No sé qué habrá sucedido.- contesto Theo mirando su celular, esperando un mensaje de Parrish ya que debería haber venido hace media hora y su café estaba enfriandose.
-¿En dónde está Parrish?- preguntó Alex mientras se cruzaba de brazos con una mueca sería y con cara de haber comido un limón.
-No sabemos. No nos contesta el teléfono.- le avisó Toby jugando con su celular.
-Y Stiles tiene clase. Genial.- murmuró por lo bajo malhumorado.
-Es una suerte que nuestro profesor de francés esté enfermo.- murmuró Toby por lo bajo, con clara ironía. Estaba claro que el humor de Alex estaba poniéndole nervioso.
-De acuerdo. Al demonio, terminemos con esto. Theo, necesito que les digas a Stiles y Parrish todo lo que diga, ¿de acuerdo? Hoy no puedo ir yo, debo hablar con Deaton.
Theo asintió firmemente.
-Ayer mientras volvía a casa sentí un aroma particular. Era rabia, rabia pura. Pero estaba rodeada de aconito. Alguien o algo está en el pueblo y no es nada bueno.- Toby a su lado se tensó y Theo le puso una mano en el hombro para reconfortarlo.- A partir de ahora no los quiero solos. Van y salen de la escuela en grupos y Theo, en caso de que Stiles no vaya la escuela te quedas con ellos hasta que pueda pasar a buscarte. Lo mismo va para Stiles. Y cuando salgas con él, el celular siempre cargado y no fuera del pueblo. Todo movimiento que hagan, me avisan. Si sucede algo, me llaman o rugen. Estaré ahí. ¿Entendido?- todos asientieron.- de acuerdo, sé que esto no les va a gustar, pero deben avisarle a la manada de Mcall. Yo me encargaré de decirle a Derek apenas lo vea.
Theo gruñó con asco y se cruzó de brazos como un cachorro.
-Vamos, solo tienes que avisarles. De todas formas organizaré una reunión para esta tarde. Somos más fuertes si trabajamos en grupos.
Los tres lobos se quejaron en voz alta y Alex rodó los ojos, echándolos de la casa.
- Váyanse a la escuela, por dios. Y tengan cuidado, siempre alertas. Theo, dile a Stiles que esté atento y coloque las barreras.
-De acuerdo.- le dijo seriamente.
-Cuidense pequeños.
-Adios, abuelo.
Pasaron tres segundos de cuando la puerta se cerró que escucharon un grito.
-¿CÓMO ME HAS DICHO?
(...)
Stiles no había contestado ninguno de sus mensajes o llamadas así que Theo ya sabía lo que estaba pasando. Nisiquiera necesito llamar a Parrish cuando este ya le había mandando un mensaje que solo decía 'recaida, hoy no irá. Te mantendré al tanto, no te preocupes'.
Bueno, estaba preocupado.
Quería salir de la escuela e ir para abrazarlo por la espalda como a él tanto le gusta, dejarle un camino de besos por la nuca y recostarse con el hasta que recupere fuerzas y pueda salir adelante como siempre lo hace.
Pero ahora no puede, y debe esperar toda la tarde hasta que sus padres o Alex pase a recogerlo por la casa de los gemelos.
Su lobo estaba loco mientras rasguñaba su estómago con ansias. Su compañero estaba solo y deprimido, le decia su lobo. Corre y busca lo que es tuyo, susurraba con voz oscura.
Theo gruñó y se clavó las uñas en la mano. Suspiró pensando en los ojos de Stiles, en como brillaban de color dorado al sol y de cómo sus lunares parecían tener vida cuando sonreía.
Él estaba con Parrish, con Kayla y ambos le protegían. Su lobo solo estaba delirando.
(...)
-Stiles, ¿quieres salir un rato afuera?- le preguntó Parrish suavemente, sentándose a su lado en la cama. Stiles no le contestó, pero estaba despierto.
El olor agridulce que tiene la depresión junto con todos los fármacos se hizo más fuerte en aquella última hora y Parrish no quería...no quería volver a sacar todas las cuchillas, máquinas de afeitar y elementos filosos del alcance de Stiles como había hecho en su última recaída tan fuerte. El castaño se dió cuenta y sin preguntar nada había subido a su habitación y no salió en días. Tuvo que llamar a Mellisa y a su psiquiatra para que luego de una semana comenzara a mejorar.
-Vamos peque, está soleado. Kayla seguro quiere salir a correr.- le dijo acariciándole la espalda de arriba a bajo.
-Vete.- susurró sin inmutarse. Su voz estaba firme, pero a punto de quebrarse.
-Stiles, no te hará bien estar en cama todo el día.- le dijo con voz suave. No quería presionarlo, pero estar todo el día a oscuras sería lo peor.
El salado olor a lagrimas golpeó su nariz.
-¡Solo vete y déjame solo!- le gritó con la voz quebrada, abrazando la almohada con fuerza mientras sollozaba, haciendo que su cuerpo se agitara con el llanto.
Rápidamente se fue a su lado y lo levantó en peso, acunandolo en sus brazos como a un niño pequeño.
-Ey ey, está bien. Ya está, ya está.- susurró contra su cabello mientras los sollozos aumentaban.- Estoy aquí, todo va a estar bien, te lo prometo.
A lo largo de sus brazos tenía una gran cantidad de rasguños, la mayoría había empezado a sangrar y los otros estaban rojos.
-Stiles...
-Lo siento. Lo siento. Lo siento.- sollozó negando repetidas veces contra su pecho.- porfavor no me odies, porfavor.
-Ey. Nada puede hacer que te odie. Nada, ¿de acuerdo?- murmuró besando su frente.- saldremos de esta, peque, te lo prometo.
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Hay cosas que no decimos |Stheo| FINALIZADA
FanfictionHay que cosas que no se preguntan. Cosas que no tienen respuestas. Cosas que simplemente no sabes responderlas. Y hay cosas que no decimos. •FINALIZADA•