Epílogo

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-¿Crees que estamos haciendo lo correcto?- Stiles le preguntó, pasándole la última caja que iba a directo al baúl del auto.

-Creo que estamos haciendo lo que deberíamos haber hecho hace mucho tiempo, mi amor.- Theo le respondió, cerrando la puerta del auto ágilmente.

El moreno tiró de su cintura gentilmente antes de dejar un beso sobre sus labios, acariciando su mejilla y el cabello de su nuca.

-Con solo verte puedo sentir todo el dolor que estar aquí te provoca, Stiles.- murmuró suavemente besando su frente.- Y yo...yo solo quiero verte bien, quiero estar contigo y ayudarte a salir adelante, pero tengo miedo de que estando aquí eso nunca suceda.

-Este ya no es mi hogar.- Stiles le concedió, juntando sus frentes.- Hay tanto dolor aquí, tanto sufrimiento, tantos malos recuerdos...no me permiten seguir, Theo.

Las medicaciones cada vez estaban teniendo un efecto más negativo, las citas al terapeuta cada vez eran más frecuentes y los resultados no mejoraban.

Luego de hablarlo con Parrish, y el resto de la manada, llegaron a un acuerdo que todos aceptaron, si es que no celebraron.

Dejarían Beacon Hills.

-Este va a ser un nuevo comienzo, mi cielo.- Theo le confortó, abrazándole suavemente.- Yo voy a estar contigo a cada paso, ¿si?

-Lo sé.- susurró contra su hombro, abrazándole más fuerte.

Más autos comenzaron a llegar detrás del suyo, Derek y Alex en uno, Toby y Hayley con sus familias, la familia de Theo, y por último Parrish camino hasta estar enfrente de ellos.

-Es hora de irnos, muchachos.- les dijo con cariño, acariciando el cabello de ambos.

-Vamos.- Stiles asintió, el corazón palpitándole fieramente en el pecho. Subiendo al auto todo se sintió en cámara lenta, mirando lo que una vez había sido su hogar quedar atrás.

Miró a Scott, a Malia, a Lydia, Liam, Hayden, Isaac, Erika, Boyd, Kira, Mason. Recordó todo lo que alguna vez vivieron, y todo lo que no vivirían. Recordó todas las promesas que una vez se hicieron, pero que nunca se cumplieron. Y recordó todo el amor que una vez compartieron, pero que ya no era el mismo.

Estuvo cerca de bajar la ventanilla y decirles que los perdonaba, que el había hecho paz con todo lo que había sucedido pero que ahora debía encontrarla para el.

Pero el solo sonrió con una mano en el corazón y les saludo, viendo como poco a poco se perdían en la distancia.

Porque hay cosas que no decimos, ¿verdad?

Porque hay algunas cosas que no necesitan ser dichas para sentirlas y dejarlas ir.

Hay cosas que no decimos |Stheo| FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora