5

10K 795 189
                                    

-Buenos dias.- murmuró Stiles besando uno de sus pectorales, mientras hacía círculos imaginarios en su estómago.

Inahlo y suspiro sonriendo, a la vez que le besaba el cabello.

-Buenos días.- susurro, y dirigió su mano a su espalda desnuda para acariciar con la llema de sus dedos la cremosa piel.

La luz de la mañana se filtraba en la habitación dándole un aura tranquila y cálida.

-¿Cómo te sientes?- le pregunto el ojiazul, delineando la curva de su espalda con suavidad mirándolo con los ojos entrecerrados por el recién despertar.

-Muy bien.- susurro sonriendo, delineandole la mandíbula con los dedos delicadamente.- ¿Y tu?

-Nunca voy a estar mal si estoy contigo.- admitió, sonriendo al ver el sonrojo espandiendose por las mejillas de su novio.

-Te haz levantado cursi, Theodore.- dijo con gracia, pasandole una pierna al rededor de la cadera.

-Oh, cállate.- río tirando de el para besarle los labios. Una fuerte corriente eléctrica le atraveso la columna cuando sus bocas hicieron contacto. Era maravilloso.

Le tomo de la cintura para subirlo por completo a su cadera y bajo sus manos, acariciando sus muslos de arriba bajo con una lentitud cariñosa, queriendo disfrutar de su cuerpo.

Stiles bajo sus besos por sus mejillas, siguiendo un camino por su barbilla hasta llagar a su cuello. Mordisqueó y beso la zona juguetonamente, y Theo rió cuando le mordió su manzana.

-Nunca cambia.- dijo gracioso, porque si, siempre reía cuando le mordia allí. Era su zona sensible, no lo juzguen.

-Ya verás.- gruño gracioso, mirándolo lasivamente mientras lo daba vuelta, ahora el entre sus piernas aprisionandolo contra la cama.

Stiles comenzó a reír a carcajadas mientas puso su boca en su cuello y comenzó a hacer ruiditos raros.

-¡Para Theo!- grito riendo, mientras intentaba apartarlo- ¡no respiro!

-Nunca cambia.- imito con una sonrisa.

Se quedó totalmente enbobado al ver a Stiles. Sus ojos estabas entrecerrados y totalmente brillantes, haciendo que espesas pestañas parpadearan. Sus mejillas estabas rosadas y tenia una sonrisa genuina en el rostro.

Era una de esos momentos. De esos momentos que le hacían sentir una calidez en el pecho que se expandía por todo su cuerpo, que le hacía sentir que esa era la razón por la cual debía vivir, verlo feliz.

-Theo, ¿estas escuchandome?- pregunto tirándole de uno de los mechones de la nuca, mirandolo sonriente.

-¿Que?- pregunto medio atontado, mientras parpadeaba repetidasveces.

Las mejillas se le tiñeron de rosa, le sucedía seguido. 

-Bobo.- murmuró acariciadole el cabello- te decia que si más tarde querias ir por un helado.

-Oh.- musitó y Stiles soltó una risilla- claro, lo siento.

-¿Que te quedaste pensando?- murmuró con cariño, enrrosacando las piernas en su cadera con firmeza. El lobo ronroneo ante el movimiento.

-En lo mucho que adoro verte reír.- admitió disfrutando de su sonrojo, mientras sonreía mostrando su perfecta dentadura.

Stiles tiro de su nuca para unir sus labios una vez más. Joder, como lo amaba.













(...)












Era una de sus tardes.

Una de aquellas en las que el mundo les valía nada, y solo eran ellos dos. Se recordaban en debajo de su árbol, en el cual habían marcado sus iniciales como una pareja cliché de enamorados, y solían pasar el día allí. Theo recostaba su espalda contra la madera y Stiles de acomodaba entre sus piernas, apoyandoce en su pecho mientras compartirían un helado de chocolate y frutos rojos. Solían hablar, compartir anécdotas graciosas, mimarse o simplemente mirar el cielo y disfrutando del silencio con sus manos entrelazadas.

Nisiquiera se daban cuenta cuando el sol comenzaba a caer, y aún así, no querían irse. Querían quedarse en el único lugar donde podían ser ellos mismos, y donde siempre podían sentir que alguien les entendía.

Porque nadie podía entenderlos como lo hacían ellos. No hacía falta hablar, una sola mirada lo decía todo.

Era más allá de una relación de adolecentes hormonados, no se basaba en sexo o meterse mano todo el día...simplemente se necesitaban el uno al otro. Si alguno faltaba, era como tener un rompezacabeza incompleto.

Le beso el cabello suavemente mientras una suave brisa había pasado a su lado, y callo en cuenta de que Stiles se había dormido sobre su hombro.













(...)
















Jadeo contra su oido mientras las embestidas aumentaban el ritmo considerablemente y el ojiazul entrelazó sus manos y las llevo por encima de su cabeza, mientras le besaba el cuello.

-Te amo, Theo.- gimió cuando sus miradas se conectaron. Más allá del placer y la lujuria, estaba ese destello de amor incondicional que podía iluminar lo que sea, la vida de Theo en realidad.

-Te amo, Stiles. Joder, te amo.












Hay cosas que no decimos |Stheo| FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora