-¿Papa?- murmuró en un pequeño hilo de voz.
El hombre estaba caminando hacia el con el rostro rojo y se notaba que estaba furioso. Sus ropas estaban desarregladas y tenía un arma en la mano. El olor a alcohol le llegó hasta su lugar aunque este a metros de distancia.
Parrish intento tragar su comida lo más rápido posible pero de verdad estaba ahogándose. Comenzó a toser y sus mejillas se pusieron coloradas ante la fuerza ejercida.
-¡Como te atreves a no contestarme una puta llamada mocoso ingrato!- grito con la voz pastosa tirando de su muñeca con demaciadas fuerza.
Varias personas intentaron evitar todo aquello pero Noah levantaba el arma ante el mínimo movimiento.
-Baja el arma papá, porfavor, no hagas nada de lo que puedas arrepentirte.- le rogó con las lágrimas bajando por sus mejillas, tratando se safarze de su agarre. ¡Habia niños presentes!
-¡Me arrepiento de tenerte a ti!- grito a todo pulmón, arrastrándolo hacia la salida.
-¡Stiles!- intento gritar Parrish, pero estaba quedandose sin oxígeno.
-Porfavor, porfavor déjame ayudarlo. No está respirando, porfavor.- intento caminar hacia el oficial pero su padre solo apretó más el agarre haciéndole gimotear.
-Que se muera ahogado por bastardo.- gruño tirando de el sin importarle la escena que estaba armando.
-Sueltame. Estas borracho, no sabes lo que estás haciendo.- lloro rasguñando su mano, tratando de no mirar el arma.
Un fuerte dolor en su mejilla se hizo presente y el grito de horror de varias personas resonó en todo el lugar. Le había pegado con la parte de atrás del arma.
-Se perfectamente lo que estoy haciendo.
-¡PARRISH!
Su padre lo saco literalmente a rastras. Podía escucharse como las personas gritaban a sus propios celulares llamando a la policía.
-¡No tienes derecho a hacer esto! ¡Solo vuelve a desaparecer! ¡Esa es tu mejor especialidad!.- le grito clavándole las uñas en los brazos y deslizando las mismas, haciéndole sangrar.
-¡Me fui porque estabas por morirte! ¡¿Quien te crees para hacer tal cosa?! ¡Eres tan egoísta que ni siquiera habías pensado en mí!- le volvió a gritar pegándole otra ver con la culata del arma. Callo al suelo mareado y con la frente sangrando y palpitandole.
-¡No pensé en ti por qué nisiquiera estabas! ¡No quieras hacerte el víctima de esto cuando me abandonaste apenas te enteraste de que me diagnosticaron!
-¡Sabia que eras tan débil que no lo soportarías y terminarías muriéndote igual que tu madre!
-El único débil aquí...Eres tu.-le dijo apretando los dientes antes de que vuelva a darle otro golpe y todo fuese oscuridad.
(...)
Derek aprecio los ojos del Beta, su sinceridad y su frialdad nadando en aquellas esferas azules.
-Stiles fue diagnosticado de deprecion hace mas o menos un año y medio.- dijo y todo quedó en absoluto silencio.- había tenido síntomas desde la muerte de su madre pero siempre había tenido a su padre o a sus amigos antes de llegar al punto crítico. En el aniversario de su madre tuvo una recaída, su padre estuvo trabajando todo el día y no había hablado con el en casi toda la samana. Sus amigos habian preferido ir al cine en vez de apoyarlo. A raíz de todo aquello las cosas comenzaron a empeorar. No podía concentrarse en clase, no comía como era debido, dormía todo el día, ya casi no hablaba y estaba distraído todo el tiempo. Una vez, estaba tan distraído que cruzó un semáforo en rojo y un auto lo atropelló. Estuvo en urgencias durante dos días sin heridas graves, y fue ahí en donde nos conocimos. El mismo día en el que le diagnosticaron deprecion.
Sus ojos estaban lagrimosos pero su voz seguía tensa y dura. La manada estaba estática, Lydia lloraba.
-Su padre se enteró y se largo del pueblo dejandole una estúpida carta de despedida diciéndole que no podía perderlo como a su madre. Lo abandonó, Derek.
Derek sintió un horrible nudo en la garganta y en el pecho.
-Sus amigos nisiquiera le miraban, no notaban que el hacia falta. Sus notas comenzaron a bajar drásticamente, entragaba los trabajos y exámenes en blanco. Llegó a bajar hasta 10 kilos.- podía escucharse el sonido de la respiración de Scott cuando soltó todo el aire que tenía retenido. Los ojos se le llenaron de lágrimas y apretó los puños para no romperle la mandíbula.- me cambié de escuela para estar más cerca suyo. Fui con el a cada revisión, compramos todas las pastillas necesarias pero nada funcionaba. Cada día estaba peor hasta que entró en urgencias por deshidratación. Cuando llegue a visitarlo...El no estaba en su cama.
Se relamio los labios resecos y podía oír como Scott y Isaac comenzaban a llorar.
-Lo busque por todos lados, olfatee el bosque junto a mi manada y mis padres me ayudaron con la policía. Seis horas después de que había desaparecido fui a su habitación y tome su campera roja, la que lo hace lucir como Caperucita roja.- una débil sonrisa se asomó en sus labios y los ojos se le llenaron de lágrimas.- sentí su aroma en ella y solo segui el rastro. Cuando llegue al bosque lo único que oli...Fue sangre.
Trago saliva duro e intento tranquilízarce.
-Habia tomado un cuchillo y se había cortado ambos brazos hasta casi desangrarse por completo. Se había tirado al agua para que nadie encontrará su cuerpo.- la voz se le rompió como el cristal mismo cuando cae al suelo y leve sollozo salió de sus labios, amortiguado por las lágrimas.- lo tome y corrí lo más rápido posible hacia el hospital. Lo tuve en mis brazos, escuchando como su corazón dejaba de latir poco a poco. ¿Tienes...Tienes idea de lo horrible que fue? ¿De lo horrible que fue tener que cargar al amor de mi vida sintiendo como la vida se le iba en mis brazos?
Sus ojos llenos de desesperación y dolor...sintio mil dagas estrellarse en su corazón. El sabía cómo era, el dolor, el sufrimiento, la tortura de aquel sentimiento.
-No podía hacer nada mientras se moría en mis brazos. Cuando llegue a urgencias tuvieron que reanimarlo dos veces, Derek. Murió dos veces en frente a mis ojos, con su sangre sobre mis manos.
Miro a su manada que estaban en el mismo estado que el castaño. Álex intentaba estar derecho y prolijo, pero las lágrimas caían por sus mejillas.
-Tuvo mucha de suerte de no haberse cortado hasta los tendones.- dijo mordiéndose el labio.- estuvo en terapia intensiva durante dos semanas, anemico y solo. No nos permitian pasar porque no éramos familia de sangre.- se pasó la manga de la camisa sobre los ojos secándose las lágrimas y miro sus manos con sus uñas clavadas sobre estas.- Despues de eso no hablo conmigo durante una semana. Simplemente...Ni podia mirarme. Estaba avergonzado, estaba avergonzado de haber intentado suicidarse y nadie estuvo para el. Ni su manada, ni su padre, ni nadie. Estaba solo, Derek. Solo. ¿Tu sabes lo que es eso verdad?
No hacía falta que le respondiera.
-Cuando comenzó a mejorar le subieron la dosis. Comenzó a hablar más conmigo, con mi manada. Parrish lo adoptó legalmente, mis padres lo han aceptado como un hijo. Sus notas comenzaron a subir, sonríe y sonrie todo el. Estabamos iniciando de cero y luego tenían que llegar ustedes y arruinarlo todo.- corrió los ojos de su mirada, y Hayley se puso a al lado de Theo tomándole la mano.- desde que llegaron he estado aterrado de perderlo otra vez y a ustedes parace no importarles haber perdido a un miembro de su manada.
Se volvió a secar los ojos con la manga de su camiseta y Hayley coloco una mano sobre su espalda al igual que Toby, y sin decir nada caminaron hacia la puerta. Cuando estaban a punto de salir, Theo volvió a hablar.
-Su padre ha vuelto.- hablo con la voz temblorosa.- sería de gran ayuda si podrían mantener un ojo abierto y mantenerlo lejos de Stiles.
Se giró hacia Derek y le miro.
-No pretendo solo culparlos a ustedes de lo que pasó. Fue culpa mía también. Fue de todos, pero a ustedes nisiquiera les importo. Y eso dice lo suficiente.
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Hay cosas que no decimos |Stheo| FINALIZADA
FanfictionHay que cosas que no se preguntan. Cosas que no tienen respuestas. Cosas que simplemente no sabes responderlas. Y hay cosas que no decimos. •FINALIZADA•