Hybrid; Vhope [폭스]

T R E I N T A Y C I N C O

Con extrema precaución el híbrido fue dedicando caricias por todo el rostro de su esposo, quien luego de haber estado hasta altas horas de la noche ayudando a sus adorables mellizos pudo culminar exitosamente con el proyecto que les era solicitado a partir del colegio en su primera semana luego de las extensas vacaciones que habían disfrutado en familia. Hoseok para evitar que el menor perdiera horas de sueño, que podrían ser invertidas en mañanas de entretenidas conversaciones y mimos, hacía siempre lo posible para que en unos meses más cercanos al parto Tae estuviera en completo relajo y él a su lado por haberle puesto fin a los pequeños desórdenes producto del nacimiento de su primer sobrino, y la notable falta de presencia de su hermano y cuñado en la empresa familiar.

Mantuvo sus caricias, recorriendo cada centímetro de la bella cara del hombre, pero sin poder evitarlo dentro de su pecho floreció un instinto de travesura, así que con malicia comenzó a palpar con delicadeza la extensión de la perfilada nariz del mayor. Segundos más tarde Hoseok estornudó abriendo los ojos desorientado, y Taehyung por su parte empezó una risa que terminó por contagiar al humano.

—¿Siempre recordarás eso?— Arrugó con esmero su cara al cerrar los ojos, Tae asintió conforme con su acción y le robó un beso corto en los labios. Luego se separó y comenzó a desabotonar la camisa de seda que obtuvo como uno de los regalos del sorpresivo Baby Shower que planeó Yugyeom junto a su novio mientras ellos regresaban de su último destino de sus vacaciones en el Parque Nacional Seoraksan, y Hoseok sonrió ampliamente al divisar su adorable y gran pancita de casi 5 meses. —Siento que para ser dos bebes, estos serán gigantes.

—No quiero ni imaginar que pasará con mi pobre cuerpo si ellos también adoptan la manía de moverse con el mismo ímpetu que usaban sus hermanos mayores para demostrarle a todos que estaban ahí.— Rieron al compás, y tras compartir una mirada cargada de amor, el humano abrazó por la cintura al mitad zorro y con un intento de estar más cerca de sus cachorros acercó su oreja al vientre de Taehyung. El menor se dejó llevar por las caricias y los constantes besos de su cónyuge que recorrían cada espacio de su adbomen y pecho con ternura. —¿Hobi?— Habló después de sentir el abandono de sus mimos. No obstante, se sorprendió el doble al notar un par de lágrimas bañando su piel. —Cariño, no estoy entendiendo nada, ¿por qué lloras?

—Es que... Voy a ser papá nuevamente.

—Hobi, creí que ya lo sabías desde hace muchos meses atrás.— Sonrió tomando el rostro del castaño entre sus manos. —Y estoy seguro que además de lo que se nota a simple vista, los bebés te lo hacen saber con sus pataditas cada día al despertar.

—Es cierto, pero recién ahora vengo a darme cuenta de que los días pasan muy rápido. —Sollozó adquiriendo una imagen sumamente adorable para el híbrido. —Muy pronto tendré a cuatro pequeños haciendo travesuras por todas partes. —Taehyung en ese momento exacto negó suavemente, quedándose sus pensamientos para sí mismo.

—Es por ello que debemos aprovechar todo el tiempo posible para disfrutar al máximo con nuestros hijos, asimismo disfrutarnos a nosotros mismos.— Él asintió, levantándose de la cama y quitándose la ropa para luego repetir el procedimiento en Taehyung. Cargó a su esposo hasta el baño en la habitación y tras dejarlo cómodo en la bañera fue al cuarto de Baek y Jiwoo, hallándolos completamente enrollados el uno al otro. Guardó una foto y caminó de vuelta al baño, no sin antes ir rápido a la cocina y robar de la nevera unas barras de chocolate.

[...]

—¡Papi!— Llegaron de inmediato a darle un abrazo y un beso a su abultado vientre. Hoseok imitó a sus retoños y dejó un beso de despedida en la cabeza de Taehyung. —Conseguiremos una buena calificación para que estés muy orgulloso de nosotros.

—Y también para que papi Hoseok nos siga brindando su ayuda.— Soltó Jiwoo complementando a su hermano y mejor amigo, ambos adultos negaron con la cabeza sonriendo. El humano luego de otorgarle los últimos arreglos a la casa para pájaros hecha de palitos de helado que habían construido, acompañó a los infantes en dirección a su aula de clases. Al regreso, Hoseok encontró muchos niños rodeando a Tae y soltó una risa cantarina cuando todos los pequeños, quienes eran compañeros de sus hijos, al instante siguiente de ser llamados por sus padres fueron dejando un besito en su barriga.

—Al parecer Jiwoo les dijo que los bebés se ponían contentos cuando ellos daban besitos a su casita.— Murmuró buscando el cinturón de seguridad. —Antes de que me dejes en casa, ¿podríamos pasar a una pastelería? Creo que sigo con mucho apetito de cosas dulces.

Antes de responder, su encantador puchero atrajo un besito de Hoseok. Y Taehyung terminó por sonrojarse, pues las acarameladas demostraciones que aparecían inéditamente en la mente del mayor aceleraban completamente todos sus sistemas. —Hoy sólo debo llevar unos cuantos papeles y firmar unos contratos, ya que mañana mi padre llega de su viaje y el trabajo se alivianará.— Comentó empezando a conducir. —Por lo tanto iremos a comer y por consiguiente a dar unas cuantas vueltas por tiendas de bebés.

—Recuerda que se acerca el cumpleaños de Jimin.— La boca de Hoseok se abrió, con tanto papeleo no lo había recordado hasta ese momento justo. —Y también hay que llevarles algún obsequio a los pequeños Min.

—Estaba pensando en que Chan ama el dinosaurio animatrónico que tiene Baek, siempre logra enfadarlo porque lo quiere tener todo el tiempo. Podríamos comprar muchos de esos, ya sabes, los cuatro a menudo están juntos y así podrían entretenerse todos juntos con jirafas, osos, y todos los animales que estén disponibles. Bueno, espero que sólo ame jugar con las cosas de Baek, siento que a futuro puede convertirse en una amenaza. —Taehyung asintió mirando embobado a los dulces en la vitrina de una tienda. —¿Quieres uno? Mejor dicho, ¿quieres muchos de los dulces de esa tienda?

—Por favor, Hobi. Te lo recompensaré en la noche.— Con astucia llevó sus manos a los muslos ajenos y guiñó un ojo a su consorte descaradamente antes de bajar del auto y entrar maravillado a la dulceria.