T R E I N T A Y U N o

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Al finalizar con sus sesiones de masaje en el Spa, la pareja de recién casados que estaba a punto de acababa con su tercer día en las Islas Bora Bora se dirigió a su hotel, entrando en él con una inmensa satisfacción al estar completamente relajados. Ambos se sentaron frente a las tranquilas aguas del lugar sonriéndose mutuamente.

—Tae, ¿te parece si nos bañamos?— Preguntó Hoseok acariciando el cabello de su esposo. —Creo que todos están ya dormidos o disfrutando de la fiesta, así que sería un grandioso momento de soledad reconfortante.

—¿Tú prepararás todo?— El mayor asintió, sacándole una risilla. —Está bien, pero también quiero mimos y muchos besos. Oh, y que me traigas el bañador que está en mi maleta, por favor.

—No es necesario, ya que nadie puede mirar que hacemos, bebé...— Susurró quitándose la ropa a excepción del calzoncillo.

El mitad zorro levantó una ceja en señal de duda, pero fue ignorado por un beso fugaz a través del aire emitido por Hoseok. El humano empezó por quitar la molesta ropa que traía puesta, dejándolo en sus mismas condiciones y el híbrido a continuación estiró sus brazos indicando sus ganas de ser cargado hasta la piscina que la lujosa suite contenía. Fue así que Hoseok envolvió al chico con sus brazos, levantándolo fácilmente por lo delgado que era su cuerpo, y lo llevó entre risas hasta el agua, metiéndose lentamente en ella. Cuando estuvieron los cubiertos con esta hasta la altura del pecho, Tae se dio la vuelta recargando su espalda en el pecho contrario.

—¿Crees que Yugyeom y Kookie lo estén haciendo bien?— Preguntó recibiendo gratas caricias en sus orejas.

—Sí, Baek y Jiwoo son muy buenos cachorros. Y lo agradezco porque si hubieran sido igual de traviesos que tú cuando te conocí, ya estaría dándome un ataque.— Hoseok fue golpeado en el brazo con que rodeaba a su esposo. —No te enojes, bebé. Con cada travesura me sigues enamorado.— Enseguida el menor se ruborizó, volviéndose un manojo de nervios por el cumplido y girándose para exterminarlos con un beso dulce. Hoseok correspondió llevando una mano a su cintura y la otra terminó por enredarla en su cabello rojo escasamente mojado, otorgándole caricias con ambas mientras se encargaba de comerle la boca. —Si quieres llámalos para que estés más tranquilo, amor.— Dijo tras separarse unos centímetros de sus labios. Un brillo cruzó por los ojos de Taehyung, había olvidado que en el hotel había un teléfono con llamadas ilimitadas hacia todo destino en mundo.

Entusiasmado se removió hasta salir de la piscina decorada con velas y faroles a su alrededor, y corrió hasta el teléfono encima del velador al lado de la cama matrimonial escuchando de fondo un silbido de Hoseok, seguramente porque el Bóxer blanco que ocupó para meterse ahora estaba mojado por completo y no dejaba nada a la imaginación. Al volver se metió rápidamente al agua viendo como el mayor se relamía sus labios, dejando el inferior apresado entre sus dientes. Sonrojado le dio la espalda y se apegó nuevamente a su pecho, tomando los brazos de Hoseok y envolviéndose en ellos. Marcó el encendido y esperó cuatro pitidos antes de escuchar la voz agitada de Yugyeom.

—Hola, buenos días. Lamentablemente ninguno de los señores Jung se encuentra disponible en este momento, por favor llame en unas semanas más.— Habló como si de una máquina contestadora se tratara. Sus mayores no tardaron en reírse y Yugyeom pudo calmarse luego de unos segundos. —Creí que era alguno de los socios de Hoseok. ¡Yah! No se rían de mí...— Pidió inútilmente cuando Jeon y los mellizos se sumaron a la campaña de molestarlo.

—¡Papá!— Vociferó fuerte Baekhyun mientras sujetaba el teléfono con sus pequeñas manos y lo mordía con en una esquina. —Papa-papa.

—Hola mi amor.— Habló Hoseok fingiendo una voz aguda. —¿Cómo estás?, ¿cómo te tratan tus tíos?

Hybrid; Vhope [폭스] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora