Hybrid; Vhope [폭스]

C U A T R o

¿Quién dijo que cuidar y criar a un zorro era fácil?

Nadie, absolutamente nadie dirá eso en ningún sítio del mundo. Y lo peor es que además de tener bajo tu mando a un muy juguetón zorrito, este a la vez es un chiquillo hormonal y casi hiperactivo. No es una buena combinación si lo que quieres es estar en plena calma día a día. Pero como era Jung Hoseok, ninguno de los causantes de su actual dolor de cabeza por horas llegara a su casa en un paquete le advirtió en una nota en grande que sería así de difícil. Por lo menos YoonGi que tiene a la gata esa, perdon, Jimin. Es un híbrido gato. ¡Gato! No hace nada más que ronronear y estar durmiendo. Pero a mí si que me escogió el más complicado de cuidar ¡Un pequeño zorro!

¿Qué sabía Hoseok de ellos? ¡Nada! No sabía que hacen para entretenerse, aparte de estar masticando sus cosas. Supuestamente como humano tiene 18, pero se comporta como niño, se la pasa viendo en Youtube como grupitos de Kpop bailan. Agregando que el pobre adulto tenía que cocinarle, jugar con él, casi darle de comer y para colmo bañarlo.

—Alguien que recuerde nunca tener hijos. O bueno... Quizá sí.

Ahora el pelinegro tirado en la cama por no poder mover siquiera dos músculos sin quejarse, al caer "casualmente" de la silla en la que estaba para arreglar la antigua casita de pájaros en el árbol, que alguien rompió mágicamente sin hacer nada. Mientras Taehyung estaba viendo videos de Exo.

Llamada entrante: Asesino

—¿Ahora que estoy muriendo vienes a acordate de tu amigo?— Le contestó enojado, ellos se reían del sufrimiento agendo. Sí, ellos. Yoongi, su gato ahora gordo y Jungkook.

—Supimos de tu accidente y Jimin mandó una masajista a tu casa.— Y como la haría pasar. Genial idea Jimin.

—Debería de estar llegando en 3 minutos. Adiós, besitos, besitos.— Y colgaron continuando con sus burlas.

—¡Taehyung! ¡Tae!— De inmediato el híbrido se asomó frente a la puerta de su habitación vistiendo ropa cómoda.

—¿Sí amo? Digo... Hoseok.— El chico era una ternurita físicamente. No lograba entender como es que cabían en él tantas travesuras.

—Va a venir alguien en unos minutos. Necesito que abras la puerta, por favor.

—¿Quién es? ¿A qué viene? ¿Es hombre o mujer? ¿Cuántos años tiene? ¿Jugará conmigo?— Hace mucho que no jugaba de verdad.

—Ni yo lo sé. Jimin la mandó...— Y de pronto el pelirrojo salió corriendo por el timbre.

Tae no estaba feliz. Su cara lo decía abiertamente. Venía acompañado de una chica unos diez centímetros más baja y de apariencia muy tierna.

—Muy buenas, soy Park Soo Young, y seré su masajista por hoy.— Dijo con una gran sonrisa. Tae desde atrás la imitaba con muecas raras y rodaba los ojos por cada palabra. —Necesito quedarme con el enfermo si es posible.

—¡Yo me quedo aquí!— Vamos, ya esperaba ese berrinche. Mickey igual lo hacía cuando estaba celoso de que alguien le quitara su amo.

—Está bien cariño. Quédate y me ayudas con las cosas para hacer el masaje. Solo procura no hablar demaciado para que sea más rápido la relajación del cuerpo.

A pesar de estar enojado, hizo caso y ayudaba a Soo para el masaje que comenzó en mis piernas para después subir a mi espalda. Tae estaba muy tenso, tenía la cola parada y moviéndose a cada momento.

—Ahora es momento del pecho señor.— Pidió con calma la chica.

Hoseok se dio la vuelta ignorando la mirada fugaz que el menor le tiró encima el y en el momento donde las manos de la mujer se pusieron entre su clavícula y hombro derecho, el pelirrojo gruñón se convirtió de la nada en zorro completo mostrando los dientes a quién del susto pasó a botar aceite en mi cuerpo.

—¡Taehyung no gruñas!— Pero el pequeño era alguien muy necio, siguió con lo suyo haciendo que la pobre niña tomara todas sus cosas y se fuera. —¡Eso esta muy mal! ¡No puedes ir gruñendo y transformandote en animal pareciendo salvaje!

—¡Pero te estaba tocando mucho!

—Ese es su maldito trabajo. ¡Estarás castigado sin poder ver Youtube por unas semanas!— Y su cara cambió completamente.

—¡No puedes quitarme mi única fuente de entretención! No puedes mantenerme aburrido porque tú no sabes ni quieres jugar. ¡Soy un maldito zorro hormonal y travieso!— Alegó al punto de llorar. —¡Te odio! Eres un mal dueño, solo me dieron celos... No sé para qué me compraste si seré ignorado por ti siempre.

Y el más pequeño salió llorando por la puerta, dejando a un arrepentido Hoseok lleno de aceite y dolor muscular.