capítulo 4

2.6K 125 21
                                    

EL MARIDO DE MI HERMANA.

CAPÍTULO 4.

Tardé unos segundos en cerrar la boca. Del nerd que yo recordaba no había nada, ni rastros, frente a mí había todo un hombre totalmente diferente al niño nerd flacucho que yo conocí. Era alto, cabello castaño, sus pómulos, la barbilla bien definida y una fina capa de vello que cubría su rostro perfectamente cortado, sus ojos verdes, rasgos muy masculinos. Brazos grandes y fuertes, bajo esa ropa se marcaba un buen cuerpo no había duda de eso. Me miró a los ojos, yo no podía dejar de mirarlo, mi expresión de sorpresa era evidente. Él sonrió, incluso su sonrisa era hermosa.

—Hola Alexia —Mi tía se levantó, me acerqué y la abracé —, estás hermosa, has crecido demasiado. Ya eres toda una señorita.

Me miró de pies a cabezas, le di un corto abrazo.

—Gracias tía. Es un gusto tenerlos aquí.

Luca se acercó, se inclinó y me abrazó. Podía sentir su firme cuerpo estrechando el mío.

—Hola prima.  Hace mucho tiempo que no nos veíamos —dejó un beso en mi mejilla. 

Me alejé solo lo suficiente para poder mirarlo de cerca.

—Hola, hace demasiado tiempo, has cambiado mucho, ya eres todo un hombre.

Una débil risita se escapó de sus labios carnosos. Aunque él disimulaba muy bien me di cuenta la manera en la que me detalló de pies a cabezas. Involuntariamente mordí mi labio inferior, se suponía que yo quería ponerlo nervioso, pero tal vez no iba a ser tan fácil. Valdría la pena intentarlo.  Nos sentamos en la sala.


—¿Prima ya terminaste el colegio? —inquirió Luca.

—Aún no, pero ya casi salgo, me faltan 5 meses para graduarme.

—Que bien, ¿ya pensaste qué vas a estudiar en la universidad?

Me acerqué un poco sin dejar de mirarlo, quería saber que tan nervioso se podía poner con mi cercanía, o tal vez en eso también había cambiado. Crucé la pierna, él siguió el movimiento con la mirada y luego volvió su mirada a mí.

—No tengo muy claro que  estudiar,  pensé en economía, pero no,  para eso está mi hermana, los números no son lo mío. Tal vez diseño, o algo que tenga que ver con eso, el dibujo se me da muy bien.

Como algo involuntario pasé la lengua por mi labio inferior, él alejó la mirada, sonreí porque se puso un poco nervioso. Pensé; mi fin de semana no será tan aburrido como creía. 

»¿Tú que estás estudiando? —pregunté.

Mi primo Luca era cuatro años mayor que yo, él tenía 21 años.

—Estoy terminando mi carrera de licenciado  en matemáticas.

—Súper —lo miré a los ojos con una sonrisa—, necesito un experto en matemáticas, tengo unos trabajos por hacer, ¿me ayudarías?

Aleteé mis largas pestañas lanzándole una mirada mitad ángel, mitad demonio.

—Por supuesto hermosa, cuando quieras  te ayudo.

Sus ojos me miraron intensamente, no sabía cómo interpretarlo, sus ojos recorrieron mi cuerpo y el calor se extendió por mis mejillas. Me hizo sonrojar, tal vez el juego que yo quería hacer con él no iba a funcionar. No solo había cambiado físicamente, en la personalidad también lo había hecho, ya no era aquel niño que se sonrojaba  si le guiñabas un ojo.

Desvié la mirada.

—¿Así que te gusta el dibujo? —me preguntó.

Por lo visto él también quería jugar el mismo juego, obviamente yo no me iba a dejar. Giré la cabeza y lo miré.

©EL MARIDO DE MI HERMANA. lDonde viven las historias. Descúbrelo ahora