capítulo 19.

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EL MARIDO DE MI HERMANA. 

Capítulo  19...

Al día siguiente Josh me envió un mensaje con la ubicación del lugar donde nos veríamos. El lugar tenía una vista increíble, pero definitivamente Josh sin su uniforme de bartender se veía mucho más espectacular. 

—Que puntual —saludó con una sonrisa.

Me encogí de hombros y sonreí.

—Eso es porque me gusta el chisme y tengo mucha curiosidad.

Sonrió al tiempo que se humedeció el labio inferior con la lengua. Josh pidió dos cócteles sin licor, no pude evitar reírme. Empezamos a platicar partiendo desde el punto; cómo me sentía yo. La verdad era que aún no sabía cómo mirar a Luca a los ojos, me sentía culpable porque siempre fui yo la que más candela le metió al fuego que terminó incendiándolo. 

—Para qué retrasar lo inevitable si de igual manera en algún momento tendrán que hablarlo, entre más lo aplaces más difícil será porque tendrás más tiempo de atormentar tu cabeza con pensamientos innecesarios. 

Me froté el cabello.

—Luca, no me ha llamado, ni un solo mensaje. 

Josh cruzó los brazos sobre su pecho y elevó una ceja.

—¿Por qué tiene que ser él, el que dé ese paso? ¿No crees que él está esperando que lo hagas tú? ¿Crees que se ilusionó contigo por todo lo que pasó entre ustedes y de verdad cree que tiene posibilidades contigo?

Me quedé pensando.

»Puedes estar segura de que eso no es lo que él piensa. Él tiene demasiado claro su lugar, de no ser así no se hubiera contenido y hace tiempo te hubiera dicho sus sentimientos. 

En algo Josh tenía razón, de haberse creado falsas ilusiones hubiera aceptado todas esas veces que quise llegar a un nivel más avanzado y si no lo hizo era porque tenía muy claras las cosas. 

:—La única manera de saber qué siente y quiere es que hables con él —agregó. 

Empezó a platicarme;

Yo conocí a Adalet desde el colegio, la vi y quedé hechizado, aunque en ese entonces no era tan fría, tenía un lado dulce, no al punto de empalagoso, pero era lindo. Aunque siempre predominó su demonio interior, ella es de las que te llevan  hacia lo incorrecto, la rebeldía era parte de su naturaleza. Ella siempre estaba con él, crecieron muy cerca por sus familias, él era su lado opuesto; luz y ella oscuridad. Desde ese momento supe que no tendría una oportunidad en su vida aunque lo intentara. Ella disfrutaba de mi compañía y de las locuras que yo le seguía, pero jamás me miró de la manera que lo miraba a él. Aunque cabe aclarar que en ese momento ellos no eran nada, solo amigos y conocidos. Solo que yo por alguna razón sabía que ella no era para mí, en cualquier momento iba a crecer algo entre ellos. ¿Por qué no conmigo, si también éramos amigos? La respuesta era sencilla; porque nosotros no elegimos, el corazón siempre suele elegir lo más difícil, lo inalcanzable, lo  incorrecto. 

El corazón muy pocas veces elige al que nos conviene, sino todo lo contrario. Hubo una temporada muy difícil en su vida, yo era su mejor amigo, pero ella buscó refugio en él, ahí me quedó mucho más claro mi lugar. Me alejé, pero siempre quedó abierta la posibilidad de que podría contar conmigo, sin dudarlo siempre estaría ahí. No anhelé ser algo más, no alimenté falsas ilusiones porque la conocía tan bien que incluso antes de que ella reconociera sus sentimientos por él, yo ya lo sabía. Él siempre fue el protagonista y yo el espectador. 

©EL MARIDO DE MI HERMANA. lDonde viven las historias. Descúbrelo ahora