capítulo 10.

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EL MARIDO DE MI HERMANA.

Capítulo 10.

¿Por qué nadie me dijo que después de beber lo que llegaba era tan horrible? Sentía que la cabeza se me iba a abrir en muchas partes. Vanessa se burlaba de mí por mi primera resaca y mi madre me decía las típicas palabras de toda mamá; sigue tomando de esa manera, eso no decías anoche. Los sonidos por alguna razón se hacían más intensos. Traté de recordar lo que había pasado la noche anterior, pero algunas cosas eran borrosas. Así que le pregunté a Luca si había hecho alguna locura.

—¿En serio no te acuerdas?

Me imaginé las peores cosas.

—Empezaste a bailar después de quitarte la ropa.

Casi se me cae la boca, empecé a sentir el calor en mis mejillas, Luca se me acercó y susurró en mi oído.

»Además eres una acosadora, abusaste de mí.

Lo miré, mi cara era un perfecto poema de horror. Sus labios se curvaron en una pequeña sonrisa malvada. Soltó una risita, le di un pequeño golpe en el brazo.

—No te parece suficiente con este dolor de cabeza, quieres que me infarte.

Dejó un pequeño apretón en mi nariz.

—No tienes porqué preocuparte, eres un ángel que no rompe un plato.

Pellizqué el puente de mi nariz y solté una carcajada.  

—Precisamente por eso me preocupo.

Soltamos una risita. Me fui al jardín trasero y me acomodé en uno de los muebles, cerré los ojos y poco a poco empezaron a llegar imágenes a mi cabeza. Me cubrí el rostro con las manos, recordé que vomité mientras él agarró mi cabello, ¡Oh por Dios, que vergüenza! Y también me puse a llorar. Entonces dije la mentira de todo borracho «No vuelvo a tomar »

Pasé toda la tarde con Luca, me moría de vergüenza, él me decía unas por otras, me debes un favor y cuando yo quiera voy a cobrarlo. Su compañía siempre era agradable, le dije que quería repetir salidas con él, soltó una carcajada y me dijo que para la próxima llevaría ligas para sujetar mi cabello más fácil, nos pusimos a molestar con el tema, y así entre risas se nos pasó la tarde.

Empecé a pensar qué carrera debería elegir, también empecé a buscar universidades. Lara quería estudiar diseño de modas, eso siempre fue lo que más llamó su atención. De vez en cuando miraba las páginas de mi diario, me quedaba mirando su retrato y pensé; te volveré a ver en algún momento de mi vida o solo fue un sueño que no se cumplió.

Empecé a salir más seguido con Lara y hablaba mucho con Luca, siempre que podía viajaba y salíamos a divertirnos, nuestras salidas terminaban en besos un poco subidos de tono, pero nada más, Luca nunca me faltó al respeto mucho menos se aprovechó de mis noches de copas, porque de verdad que el alcohol y yo no nos llevábamos bien, con tres tragos el piso subía a mi encuentro. Él siempre se burlaba de mí y siempre que salíamos cargaba  ligas para el cabello en sus bolsillos, decía que un hombre precavido valía por dos.  Tengo que admitir que su compañía y cercanía eran muy agradables para mí.

Nos convertimos en amigos con derecho a todo menos a hacer reclamos; eso me lo dijo él. Aunque en cada una de mis borracheras yo le pedía lo mismo, él siempre se negaba diciendo; cuando me lo pidas con tus cinco sentidos puestos hablamos. Entre nosotros había una gran atracción sexual, él me parecía demasiado guapo y su forma de tratarme me encantaba, pero siempre había un maldito, pero. A pesar de ser el tipo ideal para cualquier mujer, no era mi humilde estándar, al menos no con el que yo soñaba. Lo de nosotros era un juego, pero tenía que admitirlo, me daba miedo, ya que en ese tipo de juegos siempre una persona sale perdiendo.

©EL MARIDO DE MI HERMANA. lDonde viven las historias. Descúbrelo ahora