El marido de mi hermana.
Capítulo 32...
Le dije que me llevara a casa de Lara. Antes de bajarme del auto lo miré a los ojos y sin ningún tipo de vergüenza comenté.
—Gracias por regalarme la mejor noche de mi vida.
—Fue totalmente mutuo.
Dejé un pequeño beso en la comisura de sus labios y me bajé del auto antes de que mi corazón me dominara. Caminé sin mirar atrás, aún me estaban temblando las manos. Que sensación tan espectacular. Apenas crucé el umbral de la puerta me recargué en ella, sujeté mi pecho con ambas manos porque parecía que el corazón se me iba a salir. Lara me miró desconcertada.
—¿Estás bien? —inquirió preocupada.
Esbocé una gran sonrisa.
—Necesito que me pellizques…
Ni siquiera me dejó terminar.
—¡Auch! —acaricié mi brazo.
Se encogió de hombros.
—Tú lo pediste. Espera…
Me miró de pies a cabezas, luego me dio un pequeño empujón para que avanzara, chillé. Se cubrió la boca con su mano derecha ahogando el grito. Empezó con su drama.
»¿Es lo qué creo que imagino? Te ves diferente. ¡Oh, por Dios! Te acostaste con Josh.
La tomé del brazo llevándola a su habitación.
—Cállate —cerré la puerta recargándome en ella.
Se sentó en el borde de la cama, yo la imité, ella seguía a la expectativa.
—Cuéntamelo todo.
Suspiré y sonreí.
—No fue con Josh, me acosté con el marido de mi hermana.
Soltó un grito, se cubrió el rostro con ambas manos, luego abrió la boca en una mueca exagerada, empecé a reírme, fue inevitable. Le conté cómo empezó todo, por supuesto habían detalles que no se podían contar. No lo podía creer, platicamos unos minutos, me preguntó qué seguía después y pues yo tampoco tenía esa respuesta.
…
Me estaba quedando dormida cuando mi celular se iluminó con una notificación;
Quiero olvidarte pero sin el “olvi” dulces sueños hermosa llamita.
Me cubrí el rostro con la almohada para ahogar el grito; felicidad, eso era lo que yo sentía en ese momento. Es verdad eso que dicen que los amores prohibidos se sienten mucho más intensos. Sonreí como una tonta mirando la pantalla. Esa noche soñé bonito, tenía marcas en mi piel, mi alma y mi corazón; de sus besos y caricias.
Estaba en mi trabajo cuando una de mis compañeras me dijo que un mensajero había llevado algo para mí, el gesto de confusión era evidente. Ella me entregó una caja con un lazo azul. De inmediato el corazón se me aceleró, abrí la caja; dentro había un frasco de cristal con un collar de plata que tenía un delicado colgante en forma de ojo azul, pulido y brillante. También había una nota escrita a mano.
Se cree que es un amuleto que protege a su portador. Pero yo te lo regalo para que siempre recuerdes que tus ojos iluminan incluso los días más grises. Además, se convirtieron en mi color favorito. Alan.
¿Cómo se supone que se respira después de eso? Quería volverme más loca de lo que ya estaba, quería ilusionarme más; yo ya andaba volando muy alto, la verdad me daba miedo la caída. Esos detalles solo hacían que me enamorara más de él. ¿Podría enamorarme más? Si ya lo amaba con cada partícula de mí. Esa misma semana pasé por el club, necesitaba despejar mi cabeza, no habíamos hablado, eso me hacía pensar infinidad de cosas…
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©EL MARIDO DE MI HERMANA. l
RomanceEL MARIDO DE MI HERMANA. Sinopsis. Dicen que hay amores que están predestinados a estar juntos sin importar el tiempo o las circunstancias. Yo siempre soñé con tener un amor bonito, de esos que llenan todas tus expectativas, de esos que salen en las...