El marido de mi hermana
Capítulo 7.
Nos quedamos al otro lado de la calle del salón. Tenía la esperanza de poder verlo aunque fuera de lejos. Cada día crecía más la curiosidad de saber quién era él, bueno en realidad yo sabía que él iba a ser mi esposo, el amor de mi vida, pero él no estaba enterado y para eso tenía que acercarme. Escuché un susurró en mi oreja que me sacó de mis pensamientos.
—Y yo que pensaba que el Mr Sexy podría ser un loco psicópata y la que parece una psicópata acosadora eres tú.
Soltó una risita. Rodé los ojos.
»Míranos, parecemos dos acosadoras, nos vemos sospechosas aquí paradas espiando. Bueno, más tú, pareces un depredador acechando a su presa, ¿por qué no simplemente te acercas y le pides el número? Todo sería más fácil.
Aspiré aire frenéticamente.
—No puedo, no me atrevo, con él todos mis sentidos se vuelven estúpidos.
Me miró entrecerrando los ojos.
—Eso sí es sorprendente. Ale, tú nunca te has acobardado por el hecho de sentir curiosidad por algo, siempre llegas hasta el final.
Me pellizqué el puente de la nariz.
—Ni yo entiendo qué me pasa con ese hombre. Siento que el corazón se me acelera, la mente se me nubla y la lengua se me pega dejándome incapaz de hablar.
Se llevó los dedos al mentón como si estuviera pensando.
—O sea que es grave. ¿Te habrás enamorado de él o te obsesionaste? Y ahora tienes patrones de una acosadora.
Bufé, ella sonrió encogiéndose de hombros.
—Iré a pedir su número por ti.
Estaba a punto de cruzar la calle cuando la tomé del brazo y la halé con fuerza.
—¿Te volviste loca? —exclamé.
Se encogió de hombros.
—Haré lo que tú no puedes, le digo, oye mi amiga te quiere conocer.
La miré estupefacta.
—¡No, ni se te ocurra!
Retrocedí hasta que mi espalda golpeó la pared. El solo pensarlo me ponía la piel de gallina y me llegaba la estupidez.
—¿Y si se acuerda de la última vez que nos vimos? No, eso fue vergonzoso. Estoy segura que no recordará lo del tatuaje, termina recordando lo más bochornoso.
Empecé a moverme de un lado a otro, Lara seguía mis movimientos con su cabeza, me tomó de las manos.
—Para, me vas a emborrachar.
La miré.
—¿Ves como me pongo? De solo pensarlo se me acelera el corazón, me tiemblan las manos, me llega la estupidez, me siento emborachada.
Lara soltó una carcajada.
—¿Emborrachada, de dónde sacaste esa palabra tan extraña?
—Así me siento, algunos se emborrachan con alcohol y a mí me emborracha el amor. Me llega la estupidez y no pienso con la cabeza. Es que jamás me había pasado, sólo me pasa con Mr sexy.
Soltó una carcajada, fruncí el ceño.
—Definitivamente te perdimos —se quedó pensando—, habrá que buscar una manera.
Mientras ella comentaba sus ideas levanté la mirada y lo vi salir. El corazón se me subió hasta la garganta. La halé con fuerza arrastrándola para escondernos. Me miró desconcertada hasta que siguió mi mirada y vio lo que yo estaba viendo.
ESTÁS LEYENDO
©EL MARIDO DE MI HERMANA. l
RomanceEL MARIDO DE MI HERMANA. Sinopsis. Dicen que hay amores que están predestinados a estar juntos sin importar el tiempo o las circunstancias. Yo siempre soñé con tener un amor bonito, de esos que llenan todas tus expectativas, de esos que salen en las...