❥ Treinta y dos

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CAPITULO TREINTA Y DOS.

Me separo de Nashley tras un par de minutos y procedo a besar su frente y la de mí mamá dispuesto a pronunciar mis firmes palabras.

— Pase lo que pase, venga lo que venga, nadie nunca va a romper nuestro hilo rojo, ¿vale? — digo viendolas a ambas, y teniendo claros motivos para haber dicho aquello.

Veo una sonrisa asomarse en el rostro de Nashley, lo cual provoca lo mismo en mí, mí mamá se pone de pie, pero interrumpo su acción.

— ¿Recuerdan que adelantamos el estreno de Purpose? — pregunté estando seguro de sus respuestas. — es un par de horas.

Y de tal palo a tal astilla, ambas ruedan sus ojos con ironía causando que me riese.

— Hoy tengo una reunión con Scoot, en menos de veinte minutos, las quiero a ambas en la Disquera a las 12:30, almorzaremos todos juntos y luego, a las 1:00 lanzaremos Purpose, ¿sí o sí?

-— Estoy muy emocionada por ti — contesta Nashley y la abrazo con fuerza nuevamente.

Mi mamá me ofrece una cálida sonrisa y me acerco a ella para sentir sus brazos abrazarme, su calor calma mi tristeza un par de segundos antes de que pueda separarme de ella.

Aviso que subiré a mi habitación para alistarme. Lavo mi rostro con abundante cuando llego a mí cuarto de baño.

Niego un par de veces mientras que la noticia de mi madre da mil vueltas en mi cabeza.

Nunca esperé que Nashley fuese ligeramente adoptada, aunque tampoco me provoca ningún sentimiento de pena hacia ella, pues desde pequeño ha sido mi única compañía.

Terminé por cambiarme correctamente y colocar colonia en ciertas partes de mi cuerpo, seguido, tomo mi teléfono y llaves de Bunchy, me precioso Bugatti.

Bajé las escaleras trotando y me di cuenta de que Nash estaba en el sofá durmiendo, o me había tardado mucho, o se había dormido demasiado rápido.

Me despedí de mi mamá y salí de casa, avisé a los de seguridad a dónde me dirigía y que no era necesario que me acompañasen, sino que estuviesen pendientes a las enfermeras que estarían en casa en menos de una hora para cuidar de mi hermana.

Conduje con tranquilidad hasta el edificio, el tráfico era suave y no había muchas personas en la calle, pero cierto exceso en las playas que rodeaban las famosas calles de Los Ángeles.

Al llegar a la disquera, bajé del auto y me adentré en el gran edificio saludando a las secretarias y personal de limpieza, subí directamente al piso 8 donde quedaba mi equipo de trabajo. Caminé por el largo pasillo y toque dos veces antes de entrar a la oficina de Scooter, me adentré y lo primero que vi fueron dos conocidas figuras, más bien tres.

No se trataba de nadie más ni nadie menos que Scoot, Carlos y Selena sentados frente a frente.

Aclaré mi garganta haciendo que todos me mirasen, Selena con su típica sonrisa de coqueteo, lo cual hizo que le diera vuelta a los ojos sin importarme quien lo hubiese visto

— Querido Justin — saludó Carlos y me extiende la mano, por desencia le doy un apretón, lo mismo con Scooter, y con Selena no me limito más que a decir un cortante "Buenos días"

— Puedes tomar asiento — dice Scoot y es lo que hago a su lado, omitiendo el espacio al lado de Selena, no quería ni siquiera verla, a decir verdad, no me esperaba su presencia, ni la de su manager.

— Hemos estado conversando un poco sobre el contrato, ¿ya has pensado tu respuesta y condiciones? — cuestiona Scooter y asiento dando a entender que sí, cuando en realidad, no.

SORRY, I HATE YOU. ➸ BIEBER +16 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora