Capítulo 1 - Encerradas

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Ruby y Sapphire no siempre han sido la pareja inseparable que son ahora. De hecho, en sus comienzos todo fue extremadamente difícil. Se conocieron en la aburridísima clase de historia que compartían, pero todo cambió cuando ambas fueron invitadas a la fiesta de aniversario del equipo de béisbol. Ruby estaba teniendo un duro año, salir del armario como trans le había costado su puesto en el anterior equipo. Para su sorpresa, el equipo femenino la acogió con las puertas abiertas y mucha comprensión.

Cansada de bailar con sus compañeras, la morena se sentó en las gradas a tomar un poco de aire. Cuando apenas había conseguido recuperar el aliento, una acalorada discusión llegó a su campo de visión. Una chica alta y rubia con el traje de animadora parecía estar a punto de pegar a la que reconoció como su compañera de clase, también vestida con el uniforme de animadora. En el instante en el que la rubia alzó el brazo con el puño cerrado, Ruby siguió su instinto y corrió a separarlas. El impacto del puñetazo sobre su hombro la hizo resbalar y caer sobre la chica peli azul.

Se levantó avergonzada cuando se dio cuenta de la comprometida postura en la que estaban y ayudó a la otra chica a ponerse en pie. "Gracias... ¿Ruby? Creo que no hemos sido debidamente presentadas. Soy Sapphire. Gracias por salvarme de las garras de Celeste, es toda una... descerebrada". Ruby sonrió y le extendió la mano a la otra chica, que sin dudarlo, la empujó hacia ella y le robó el más dulce de los besos. Sorprendida, Ruby no supo cómo reaccionar. Colocó sus manos en la cadera de Sapphire y se dejó llevar. Cuando se separaron, ambas estaban completamente sonrojadas y con la respiración agitada. "Lo siento, me dejé llevar..." susurró la peli azul, que cabizbaja se giró y despareció de la vista de Ruby.

La noche se estaba acercando cuando sus miradas se volvieron a cruzar, haciendo a ambas tener un escalofrío. Todas habían empezado a marcharse del campo de béisbol, pero en un giro de los acontecimientos, Ruby corrió a por Sapphire y la llevó bajo las gradas para volver a besarla. Se fundieron en un beso que parecía no tener fin, hasta que el ruido de las cadenas al otro lado del campo las hizo separarse. Ruby corrió hacia la puerta y gritó por sus compañeras, pero nadie parecía escucharla. "Joder, nos quedamos encerradas y no hay nadie que nos pueda sacar", dijo Ruby tratando de forzar el candado que cerraba las puertas. "Y aquí no hay cobertura. Genial, esto es perfecto y todo por mi culpa, porque soy una estúpida que quería volver a besarte. Y ahora estamos aquí hasta que vuelvan mañana a entrenar. Lo siento, lo siento de verdad... Seguro que tienes mejores cosas que hacer que estar conmigo." su voz ahora comenzó a quebrarse, sintiendo cómo las lágrimas quemaban sus ojos y se dejó caer en el terreno arenoso junto a Sapphire.

Una gentil mano acarició su antebrazo y sintió como su piel se erizaba. Los dedos de Sapphire eran fríos como una mañana de invierno. "No pasa nada, Ruby. Al menos no estoy sola, estamos juntas aquí y es lo que importa. Esto es cosa de las dos. Perdona por robarte un beso, yo... nunca había besado a alguien y no sé qué me pasó, pero hacerlo contigo me parecía lo correcto." Ahora las mejillas de Ruby estaban tan rojas como la cinta que sujetaba su pelo. "¿Jamás lo habías hecho con nadie? Yo sí, pero si te soy sincera... Contigo siento algo especial, ¿sabes?" incrédula, trató de pellizcarse el brazo para ver si estaba soñando. No. No hay señales de estar soñando. Todo aquello estaba pasando delante de sus ojos. "Me alegra que mi primer beso haya sido así entonces. ¿Crees que los vestuarios están abiertos? Deberíamos refugiarnos si no queremos morir de frío.". Ruby se acercó a la puerta y la encontró cerrada. Probó con el masculino y pasó lo mismo. "¿Y si miramos en el almacén? Quizá haya mantas o algo por el estilo" Dijo Sapphire con voz serena. Ruby asintió y, para su sorpresa, el almacén sí que estaba abierto.

Iluminándose con la linterna del móvil entró al oscuro lugar, lleno de equipamiento deportivo y viejos carteles de la liga. Rebuscó por los estantes hasta que encontró una caja que parecía bastante abandonada. "¡Ajá! Aquí está. La vieja Barb siempre tiene provisiones por si le pilla aquí una tormenta. Así que creo que por lo menos tendremos una manta". Y así fue. Todo lo que contenía la caja era una manta, una linterna a pilas, un montón de periódicos viejos y un pequeño radiador. "Bueno... Podríamos poner el radiador aquí y compartir manta. Si no te importa". Ruby ya no sabía dónde esconder su cara, sus mejillas ardían cada vez que la suave voz de Sapphire se dirigía a ella. Cogió las cosas y montó un pequeño campamento para pasar la noche. Sapphire se sentó junto a ella guardando una pequeña distancia de seguridad y su corazón latía cada vez más rápido cada vez que esos ojos azules se clavaban en los suyos.

El amor a primera vista no existe [Rupphyre - Human Au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora