El amor a primera vista no existe [Rupphyre - Human Au]

Capítulo 42 - Sororidad

[Lo conseguí! Un mes después, pero lo conseguí. Espero no tardar un mes para el capítulo final. Todo depende de cómo me siga recuperando. Espero que lo disfruten. Como siempre, encantada de leerles en los comentarios. Espero que estén bien allá donde estén!

P.D: Recuerden que sigo cogiendo sugerencias para los epílogos en el "capítulo" anterior titulado 'anuncio importante']

Sapphire observó a su hermana con pena. Aquamarine parecía un pobre animal salvaje arrinconado en contra de su voluntad, buscando cobijo de un depredador. Y la peli azul temía que el depredador en este caso fuese ella. Intentar no armar mucho escándalo en el rellano era primordial, así que con cautela se arrodilló junto a la otra chica e intentó mirar a sus ojos. "Aqua, necesito saber qué haces aquí antes de saber si te puedo dejar entrar a mi casa. Quiero saber si puedo confiar en ti antes de exponer a personas ajenas a lo que sea que quiera que sea tu propósito aquí". Su tono de voz era apenas audible, pero la penetrante mirada azul fijada en la suya le indicaba muy bien que había sido oída a la perfección. "Sólo quiero hablar. Necesito aclarar algunas cosas de las que hablamos el otro día. Quiero... Pedirte perdón, Sapphire. Pero si puede ser, ¿podemos hablar en privado?". La peli azul asintió, su corazón encogido de pena. La voz de su hermana pequeña sonaba ronca tras una noche de llanto y había algo en su rostro que gritaba silenciosamente dolor. Tras ponerse ella en pie, extendió su mano a Aquamarine para ayudarla a levantar del frío suelo donde había pasado la noche.

Cuando entraron al apartamento Ruby las miró con preocupación y curiosidad a partes iguales. Sapphire había esperado frustración porque ninguna había esperado que su pequeña luna de miel acabara de una forma tan abrupta. Pero Ruby entendía. Por supuesto que Ruby entendía la situación. Y ella no podía estar más agradecida. La peli azul prácticamente arrastró a su hermana al baño y le ordenó usarlo y refrescarse un poco, asegurándole que en cuanto estuviera lista, ella estaría esperándola en la cocina. Aquamarine siguió sus instrucciones sin mediar palabra, silenciosamente agradecida que su hermana le diera la oportunidad de eliminar de su rostro los residuos del llanto.

Sapphire entró a la cocina y suspiró, sintiéndose totalmente perdida con cómo proceder ante la situación. Si era demasiado dura, Aquamarine iba a desaparecer de su vida, si no lo era lo suficiente, se iba a aprovechar de ella. Tras recibir un beso en la mejilla en señal de apoyo de su esposa, la peli azul se quedó sola con sus pensamientos musitando sobre una taza de té recién hecha si debería preparar algo de comer para su hermana o no. Llamándose a razones, Sapphire reunió sus pocas dotes culinarias para hacer el desayuno favorito de su hermana como ofrenda de paz, ya que probablemente la muchacha no habría probado bocado en toda la noche. Cuando por fin la sólo ligeramente quemada tortilla estuvo hecha, las dos chicas se sentaron en la mesa con una pequeña sonrisa melancólica en sus labios. "Come. Seguro que no has comido nada desde hace horas y lo necesitas". Aquamarine suspiró y su sonrisa creció aún más, un poco amarga a la vez que pilla. "Realmente eres madre, eh. Aunque sigues siendo una horrible cocinera. Gracias, Sapph". Sapphire asintió con una pequeña sonrisa de satisfacción, dejando a su hermana comer antes de comenzar la conversación.

"Entonces... ¿Qué ocurrió anoche para que llegaras a la puerta de mi apartamento a sabiendas de que no iba a estar?" la más joven miró a la chica frente a ella fijamente, no habiendo esperado una pregunta así en el instante en el que el último pedazo de comida desapareciera del plato. Pero obviamente era Sapphire, tan directa como siempre. Por supuesto que iba a hacerlo de ese modo. "Pues... ¿Recuerdas la calmada charla de hermanas que tuvimos hace unos días en la cafetería?" no hizo falta respuesta verbal, la forma en la que la nariz de la peli azul se había arrugado en señal de desaprobación de su ironía fue suficiente para saber que no le estaba gustando la dirección que estaba tomando su discurso. "Bien. Pues pasé unos días meditando sobre si hablar con mamá o no, porque si a ti te había ido tan bien, ¿por qué a mí no me iba a funcionar? Así que ayer por la mañana decidí que como era su día libre tenía que hablar con ella. Desde que no estás en casa y no hacemos planes juntas se pasa sus días libres encerrada en su estudio escuchando jazz de la vieja escuela y probablemente bebiendo whisky del caro, pero ese es otro tema. La cosa es que toqué la puerta y me senté con ella. El tema de salir del armario y de darme libertades fue como la seda, pero en cuanto te nombré a ti y el tema de que realmente ella y papá son los culpables de nuestra relación y nuestros traumas... Se puso hecha una fiera y..." Sapphire abrió la boca en shock, no sólo porque su hermana estaba llorando de forma abierta frente a ella, sino por todo lo que había salido de su boca sin atacarla ni una sola vez. Cambiando de sitio, se sentó junto a ella y le tomó la mano para darle apoyo sin tener que mediar palabras.