Capítulo 29 - Almuerzo dominguero

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[Últimamente publico más a menudo porque estoy de vacaciones, espero poder llegar al nacimiento de Garnet antes de volver al trabajo. Espero que les guste!]

Si había algo que Ruby y Sapphire adoraban de los fines de semana que tenían libres, eran las mañanas de domingo. Dormir sin despertador, la mágica sensación de abrazarse cuando sus cuerpos aún conservaban el calor de las sábanas, besarse dulcemente y no salir de la cama hasta sentir la necesidad de empezar el día… Todo apuntaba a que hoy iba a ser así, con Ruby sujetando a Sapphire entre sus brazos mientras la peli azul besaba su cuello y mandíbula.

Hasta que dejó de ser así. Cuando los suaves besos se convirtieron en pícaras mordidas y la temperatura comenzó a ascender, el teléfono de Sapphire empezó a sonar. "Sapph, deberías cogerlo. Creo que es tu madre" dijo Ruby entre besos. La peli azul ignoró el teléfono y la petición de su prometida en favor de seguir besándola, totalmente dispuesta a terminar con lo que había comenzado. Sin embargo, su madre tenía otros planes. "Sapphi, sabes que no va a parar de llamar. Al menos ponlo en silencio". Separándose del cálido cuerpo de la morena, Sapphire contestó el teléfono.

"¡Buenos días, cariño!, ¿Te pillo ocupada?" La peli azul trató de evitar ser irónica con su madre y no comentar lo que acababa de interrumpir. "Buenos días, mamá. Para nada, sólo tenía el móvil en silencio. ¿Necesitabas algo?" Ágata no tardó en dar su respuesta. "Sólo me preguntaba si tendrías tiempo para un almuerzo madre e hija hoy. Invito yo, por supuesto. Quiero contarte algo importante ¿A las doce en La Paz?" Sapphire sintió la ansiedad apoderarse de su cuerpo, pero recuperó el control justo a tiempo. "Sí, allí estaré. Nos vemos, mamá".

Ruby observó cómo Sapphire había pasado de querer comérsela a besos a querer que la tierra se la tragara. Intuyendo la conversación, abrazó a su prometida y besó su mejilla. "Déjame adivinar, llamó para decirte que tienes que hacer algo que no quieres o que tienen que hablar". La peli azul se acurrucó entre los brazos de la morena y acarició las marcas que había dejado antes en su cuello. "Tengo un almuerzo madre e hija a las doce. En el que me tiene que comentar algo importante". Ruby asintió, demasiado relajada por las caricias como para emitir palabras. "¿Ruby?" La morena abrió los ojos para mirar a su prometida y encontrarla haciendo pucheritos. "¿Qué pasa, cielo?" Sapphire suspiró y volvió a esconder la cara en el cuello de su prometida, esperando que así sus palabras se sintieran menos estúpidas. "No quiero ir sola. ¿Podrías acompañarme hasta el restaurante? No tienes que quedarte". Ruby sonrió y la apartó de su cuerpo para poder besarla. "Sólo tenías que haber preguntado, Sapph. Te dejo allí y me llamas cuando acaben, ¿Vale?". La peli azul asintió y la besó en agradecimiento, sonriendo de oreja a oreja. "Seguro que todo va bien, cielo. ¿qué tal si nos damos una ducha?”.

 A las doce menos diez, Sapphire ya estaba esperando en el punto de encuentro. Si era sincera consigo misma, estaba nerviosa. Su madre nunca fue previsible. Con sólo tres minutos de antelación a la hora acordada, la peli azul vio a la oficial aproximarse a ella sospechosamente feliz. Tras intercambiar un saludo, las dos mujeres entraron al restaurante. Al ser habituales, en menos de quince minutos habían sorteado qué sitio escoger y qué menú comer. Cuando los entremeses fueron servidos, Ágata dejó la charla para ir al grano.

"Bueno, Sapphi. Hacía ya siglos que no salíamos las dos a solas y quería ponernos al día y de paso contarte una cosa. Pero primero tú. ¿Cómo estás?, ¿Muchas molestias?" La peli azul miró a su madre ligeramente sorprendida, lo último que se esperaba de este almuerzo era una preocupación genuina. "La verdad es que genial, mamá. No he tenido complicación ninguna fuera del primer trimestre aparte del cansancio. ¿Cómo va todo en casa?" Ágata ignoró la pregunta en favor de seguir la conversación centrada en su hija. "Pues qué suerte estás teniendo, hija. Porque con tu embarazo yo lo pasé horrible. Me salieron varices en las piernas, el pecho me mataba del dolor y no volví a tocar un pene hasta que me quedé embarazada de tu hermana". Sapphire no sabía dónde meterse. Estaba segura de que, a pesar del maquillaje, se le podía ver sonrojada de pies a cabeza. "Mamá. Mi relación con Ruby no es así, lo sabes. Y mi cuerpo también ha reaccionado distinto a esos… Asuntos". Ágata rio escandalosamente, llevándose una mano delante de la boca. "No me digas que te da vergüenza hablar de estos temas cuando evidentemente sabes alguna cosita o dos sobre ellos". Exasperada, la peli azul suspiró y susurró "Quizá podemos hablar de eso en otro momento, cuando no haya gente escuchando". Su madre no discutió su razonamiento, ofreciéndole una sonrisa y continuando con la comida.

Con la llegada del segundo plato, los ánimos de Ágata para volver a hacer preguntas se habían recargado y Sapphire volvía a estar más abierta. "Bueno, cariño. Lo que quería comentarte es que me tomé la libertad de planearles un Babyshower. Aún quedan tres semanas, así que da tiempo para que por fin informes a la abuela cuál es el sexo y… Bueno, ¿Debería invitar a Ruby y su familia? Normalmente sólo va la madre, la embarazada, pero como en este caso hay otra madre pues… Necesitaría una lista de invitadas de su parte". La peli azul quería buscar la cámara oculta, que saliera un actor y le dijera que todo era una broma. Un Babyshower era lo último que tanto Ruby como ella querían celebrar. Tanto como para evitar comentarios fuera de lugar sobre Ruby como de su relación. Armándose de valor y con su mejor sonrisa, Sapphire trató de ser agradecida. "Muchas gracias, mamá. No tenías que haberte molestado en absoluto, pero estoy segura de que Ruby también te está agradecida. Sus invitadas… Supongo que su madre, sus hermanas y su abuela. Pero te lo confirmaré más tarde. En cuanto al sexo… No lo sabemos. No se pudo ver en ninguna ecografía y decidimos que fuera sorpresa". Sapphire vio como su madre frunció el ceño ante las noticias, probablemente pensando en hacer la fiesta en torno al sexo del bebé. “Bueno, algo podré hacer. Supongo que tampoco querrán cosas en rosa o azul entonces. Esta gente moderna” dijo con una risa fingida. El ambiente había ido creciendo tenso con las últimas cuestiones y Sapphire temía preguntar por la lista de invitadas. Decidiendo dejar el tema pasar, la peli azul se centró en su comida.

Tras los postres, la sobremesa se había alargado hablando sobre anécdotas del pasado. Pero Sapphire no podía dejar de pensar en cómo de grande había planeado su madre la fiesta prenatal. Tragándose su orgullo, decidió preguntar. “Mamá, me gustaría saber más sobre el Babyshower. Quiénes están invitadas, dónde se va a celebrar y si realmente yo tengo opinión en algo”. Ágata, aparentemente ignorante de los sentimientos de su hija ante el evento, respondió con una sonrisa. “Sé que no te gustan las fiestas grandes, así que sólo invité a la familia, unas cuantas amigas y conocidas con las que sabes que tenemos que quedar bien. Contando con la familia de Ruby, no llegaremos a las sesenta personas. Alquilé un local cercano y una amiga me ayudará a decorarlo. Déjenlo en mis manos, todo va a salir bien. En tres semanas ese bebé va a tener de todo por partida doble. Tengo que irme, Sapphire. ¿Tienes cómo llegar a casa?”. Sapphire asintió y, tras despedirse de su madre, llamó a Ruby para que la recogiese.

Les esperaban tres largas semanas de preparación psicológica para la fiesta prenatal más insufrible de todos los tiempos. Y lo peor de todo es que no podían rechazar la invitación porque ellas eran las protagonistas. 

El amor a primera vista no existe [Rupphyre - Human Au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora