Capítulo 25 - Perdones y anuncios

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[Si paso más de una semana sin actualizar suelo dejarles un mensaje en la pestaña de conversaciones de mi perfil. ¡Espero que les guste!]

Tener que lidiar con náuseas no es fácil, especialmente si son las tres de la mañana y tu pareja está en su casa porque es un día entre semana. Nadie que te sujete el pelo, nadie que te susurre que todo va a ir bien. Sapphire se apartó del váter y se sentó con la espalda pegada a la fría pared del baño, esperando que la horrible sensación en su estómago desapareciera. En el lavabo estaba su móvil y pensó en llamar a Ruby. Pero no. Ya se lo diría mañana, ahora debía dejarla descansar y tratar de volver a la cama. Mañana tenían una cita muy importante.

Cuando Ruby llegó al piso aquel mediodía, el silencio le recibió. Sabía que Lapis y Peridot aún no habían llegado de clase, Pero ¿y su novia? Sapphire siempre ponía música cuando se preparaba para salir. Entrando a tientas en la habitación, Ruby se percató de que su novia se había quedado dormida mientras leía. Con todo el cuidado del mundo, se sentó junto a ella y le acarició la mejilla, intentando despertarla de una forma suave.

La peliazul abrió los ojos despacio y observó con sorpresa que Ruby estaba junto a ella. Habían quedado, sí. Pero no a las 14. ¿Cuánto tiempo había estado dormida? La pregunta pronto se borró de su mente, porque su novia la estaba mirando con tal preocupación que era casi insoportable. "No dormiste anoche, ¿verdad? Podías haberme llamado, Sapphi. Sabes que habría venido sin pensármelo". Los pulgares de Ruby acariciaron suavemente sus ojeras y Sapphire sintió todo el malestar abandonar su cuerpo. "No, tenías que dormir y puedo lidiar con esto sola. No tienes porqué preocuparte tanto, Ruby". La morena intentó no enfadarse, pero las siguientes palabras que salieron de su boca tenían un tono tan serio que la peli azul no abrió la boca para seguir la discusión. "Eres mi prometida y es mi bebé también, tengo que cuidar de ustedes todo lo posible. No estás sola, Sapphire. Yo tengo que ayudarte a pasar las fatigas hasta que el bebé llegue". Sapphire sólo pudo asentir y abrazarse a su novia, sin fuerzas para siquiera agradecer sus palabras.

Tras un intento fallido de almuerzo, las chicas se vistieron para poner rumbo a casa de Ágata. Ruby estaba visiblemente nerviosa, jugando con todo lo que cayera en sus manos y alisando su no-arrugada camiseta. Sapphire parecía estar tranquila, pero la palidez de su rostro y el nudo en el estómago eran claras evidencias de lo mucho que temía la reacción de su familia. Al abrir la puerta, Aquamarine las invitó a entrar con cara de pocos amigos. Las cosas tras la muerte de su abuela no habían sido fáciles entre las hermanas.

Ágata estaba en el salón, sentada en su butaca con un libro sobre política entre las manos. Tras los tensos saludos, las cuatro mujeres se sentaron frente a frente. Aqua, siguiendo la silenciosa instrucción de su madre, procedió a preparar café, dejándoles a solas.

"Sapphire, hija, ¿Lograste arreglar las cosas con tu hermana?" Dijo Ágata, dejando el libro sobre la mesa de café y mirando a su hija con falsa pena en su rostro. "No del todo, mamá. Ya hablaré con ella cuando pueda. Sabes lo cabezota que puede llegar a ser Aqua". Ágata asintió y cambió el tema de conversación, tratando de no levantar más disputas en la familia.

Quince minutos más tarde y con el café servido, Sapphire decidió romper el hielo e ir al grano. No sin antes entrelazar su mano con la de Ruby, por supuesto.

Un gran suspiro y un repaso del discurso. Ágata y Aquamarine hablaban sobre lo caro que se había convertido el spa al que normalmente iban los domingos. Era el momento de interrumpir. "Mamá, Aqua, quiero contarles algo pero necesito su atención total". Confundidas, su madre y su hermana intercambiaron una mirada antes de dirigir su atención completamente a ella. Sapphire sintió una nueva ola de ansiedad inundarla, pero la cálida mano junto a la suya le trajo de vuelta a la realidad. "No me voy a andar con rodeos porque no hay gran cosa que explicar, la verdad... Estoy embarazada. De doce semanas, en realidad. Ya casi supero el primer trimestre y por eso no tomo café ni té y-" el sonido de una cucharilla cayendo al suelo cortó su discurso. Todos los ojos cayeron en Aquamarine, que tenía la boca abierta de par en par y expresión de shock. "Lo siento por no haberlo dicho antes. Quería estar segura de que todo iba a salir bien". De pronto, su hermana estaba junto a ella, abrazándola fuerte y bombardeándola a preguntas. "¿Fue buscado?, ¿Saben ya qué es?, ¿Cómo se va a llamar?" Sapphire la abrazó de vuelta y se permitió reírse por primera vez en días, dejando un poco de tensión atrás. "Ahora te doy todos los detalles, tú y yo tenemos una conversación pendiente". Girándose hacia su madre, Sapphire estaba sorprendida de encontrar lágrimas en sus ojos. "Mamá, ¿Estás bien?".

Un par de minutos de incómodo silencio después, Ágata salió de su estupor y se secó bruscamente los ojos. "Sapphire, ¿estás segura de lo que estás diciendo?". Su hija asintió y le entregó la ecografía de la última visita al médico. "Está todo bien, nacerá en verano y después de navidad podremos saber su sexo. Espero que no sean malas noticias". Aquamarine miraba intensamente entre su madre y su hermana, esperando a que la guerra se desatara. Pero nunca llegó.

"Sapphire, hija, yo... Me alegro por ustedes, de verdad. Tienen 23 años, a esa edad yo ya te tenía a ti. Es sólo que... Tengo miedo de que te pase algo. Sabes como yo sufrí durante ambos partos y es algo que ha pasado generación tras generación. Prométeme que te vas a cuidar. Ruby, prométeme que la vas a cuidar". Ambas chicas asintieron solemnemente, seriedad y compromiso evidente en sus facciones. Sapphire se levantó y abrazó a su madre. Era el primera abrazo que se habían dado en años y eso, junto con el cocktail de hormonas del embarazo, hizo a la peli azul emocionarse.

El resto de la tarde fue sorprendente bien y cuando se despidieron en la puerta, Aquamarine se ofreció a acompañarlas hasta el coche para tener una oportunidad de hablar a solas con su hermana. Ruby, para darles privacidad, se metió en el coche y esperó todo lo pacientemente posible. "Sapphire, quiero pedirte perdón por portarme así contigo cuando pasó lo de abuela. Siempre supe que eras su favorita, pero verlo así... Me dolió. Lo siento por ser tan egoísta". Sapphire no podía negar que oír una disculpa tan sincera de su hermana era sorprendente, pero tenía que admitir que le daba pena. "No seas boba, claro que te perdono". Aquamarine volvió a abrazar a su hermana y esta vez, Sapphire cedió completamente al gesto. "Vas a ser una madre maravillosa, Sapphi. Justo como Ruby". La peli azul no pudo evitar abrazarla más fuerte, definitivamente conmovida por sus palabras.
Su bebé iba a ser bienvenido al mundo rodeado de amor.

El amor a primera vista no existe [Rupphyre - Human Au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora