Capítulo 8 - Puntos débiles

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Varias horas pasaron hasta que Ruby encontró la energía para arrastrase hasta la sala y hablar con su madre. Tras haber sido echada de casa de Sapphire no quería otra cosa que estar a solas en su habitación llorando. Ágata había sacado a flote todos sus puntos débiles y su coraza no había sido lo suficientemente fuerte. Quitándose los rastros de lágrimas de las mejillas, la morena emprendió camino hacia la parte baja de la casa.

Sentada en un sofá leyendo alguna revista de psicología estaba Nadia. Ruby se acercó lentamente y se sentó junto a su madre, dejando la cabeza apoyada en su hombro. Nada se sentía mejor que el confort que le brindaba su mayor confidente, pero tenía que volver a pensar en lo ocurrido hacía apenas unas horas y podía sentir sus ojos arder con nuevas lágrimas. Una gentil mano se posó sobre la suya y un suave beso encontró su frente. "Dime, cariño, ¿qué pasó en casa de Sapphire para que volvieras tan enfadada?" Ruby no pudo evitarlo, lágrimas de frustración comenzaron a caer sin su permiso, su madre la abrazó a su pecho y le llenó de besos la cara. "Cuando estés lista, mi niña. Cuando estés lista para soltarlo te voy a escuchar. Toma tu tiempo, cariño". Algo más recompuesta, suspiró profundamente y le relató los hechos a su madre, que escuchaba atentamente y ofrecía palabras de consuelo. "Cielo, esa señora no tiene ningún derecho a tratarte como lo hizo, no quiero prohibirte nada, pero deberías considerar seriamente el no volver a tratar con ella a menos que sea estrictamente necesario. Ahora, ¿has hablado con Sapphire? Me pregunto si su madre fue dura con ella tras haberte echado" apretando la mano de su madre como si la vida le fuera en ello, Ruby cayó en cuenta de que no había tenido noticias de la peli azul en varias horas. Besó a su madre en la mejilla, cogió su móvil y corrió escaleras arriba para poder hacer una llamada en la intimidad de su habitación.

Tres llamadas perdidas de Ruby se reflejaban en la pantalla de su móvil, pero Sapphire no podía moverse desde el punto en el que había permanecido congelada por varias horas. Todo dolía tanto que no dolía nada, el dolor la había hecho una especie de muerta viviente sin sentimientos. La vibración del móvil la sacó de sus pensamientos y el frío en su pecho volvió a tensar el nudo que se había instalado en su garganta. Ruby no merecía en absoluto las palabras de su madre. Una y otra vez podía oírlas cuando cerraba los ojos y le hacían querer echarse a correr y no volver la vista atrás jamás. Cinco llamadas perdidas. Ruby debe estar realmente preocupada por ella. Con manos temblorosas, Sapphire cogió el móvil y devolvió la llamada, la respuesta fue casi inmediata. "¡Sapphire! ¿Estás bien? ¿Te hizo daño? Como te haya tocado juro que se va a arrepentir" una sonrisa aguada se formó en su cara, Ruby era la persona más adorable sobre la faz de la tierra. "Estoy bien, cariño, ¿cómo estás tú?" su voz era un suspiro casi inaudible y se maldijo a ella misma por mostrarse tan débil con Ruby, se supone que era ella quien había sido dañada. "¿Qué más da cómo estoy yo? ¿A quién le importa? Sólo quiero saber cómo estás, Sapphi" las palabras de su novia le hicieron encoger el corazón, ¿cómo no le iba a importar cómo estaba? "A mí me importa, cielo. A mí me importas tú y mucho. Estoy... No sé cómo estoy, prácticamente me siento mal pero mi cuerpo está como... ¿muerto?, ¿congelado? No sé si siento algo más allá de shock. Ruby, sé sincera, ¿cómo estás?" un suspiro se oyó desde el otro lado de la línea y tras un momento de silencio, la morena volvió a hablar "Mal, Sapphi. Tu madre me hizo mucho daño jugando con mis puntos débiles. Pero si hay que pelear para que apruebe lo nuestro, pelearé. No hay duda. ¿Qué te dijo después de que... me fuera?" un nuevo río de lágrimas se formó en los ojos de Sapphire, no quería por nada del mundo tener que contarle a Ruby las horribles palabras de su madre. "Me dijo que... Que necesitaba pensar dos veces antes de meterme en una relación con una persona como tú... No me prohibió verte, gracias a todos los Dioses, pero sí me dijo que si me haces daño una sola vez, va a ir a por ti. Lo siento tantísimo, Ruby" su voz se quebraba cada vez que intentaba formar una oración, pero nada la animó más que la débil risa que sonó desde su móvil. "Es otra prueba, amor. Es otra prueba que tenemos que superar juntas. Vamos a luchar contra viento y marea por lo nuestro, ninguna madre llena de transfobia se va a poner en nuestro camino. Te quiero, Sapphire. Y espero con muchas ganas que el viernes conozcas a mi familia y que te caigan tan bien como tú ya les caes a ellos" una carcajada escapó de sus labios, sólo Ruby podía sacar buenas conclusiones de todo lo malo ocurrido hoy. "Yo también espero eso, corazón. Te quiero, Ruby. Nos vemos el viernes, ¿vale? Voy a intentar descansar algo y tú deberías hacer lo mismo" ninguna palabra más fue necesaria cuando el silencio y una suave respiración fueron su única respuesta. Sapphire sonrió para sí misma "Buenas noches, mi llama eterna", dijo antes de finalizar la llamada y ajustar su posición en la cama. Jamás se había sentido tan afortunada de tener a Ruby a su lado. 

El amor a primera vista no existe [Rupphyre - Human Au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora