Capítulo 33 - Madres

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La primera noche con Garnet había sido… Interesante. Si la niña no se despertaba porque tenía hambre, a Sapphire le daban entuertos, un cambio de pañal era necesario o simplemente aquella habitación era demasiado incómoda para poder conciliar el sueño. El amanecer las había pillado intentando pegar ojo y cuando se quisieron dar cuenta, se había hecho la hora del desayuno y la enfermera ya había entrado a dejar la bandeja para la peli azul. Entre ambas sumaban un total de aproximadamente cuatro horas dormidas en toda la noche. Ya habían subido significativamente la media de los días anteriores.

Tras unas exhaustivas revisiones y papeleos, Sapphire y Garnet recibieron el alta hospitalaria, así que ahora Ruby y Sapphire debían descifrar cómo se abrochaban los confusos botones del body, esperar a que Lapis fuera a recogerlas en coche y pelear con las trescientas correas del asiento de seguridad de Garnet. Cuando la pequeña familia llegó a su hogar, Peridot las recibió en el salón con una gran sonrisa, Pumpkin sentada junto a ella obedientemente "Hola, chicas. Laz y yo limpiamos anoche a fondo y queremos que sepan que les vamos a dar todo el espacio del mundo, pero si necesitan que cuidemos de ella por un momento o que les hagamos la comida, no duden en decirlo. Estamos en nuestra habitación. ¡Bienvenida a casa, sobri!". Después de dar su discurso a una velocidad vertiginosa, se dio media vuelta y se volvió a su habitación. Lapis se encogió de hombros, sonrió a las otras dos chicas y se metió en su habitación. La pareja no pudo evitar reírse, confusión y cansancio mezclándose con la felicidad de por fin estar en casa.

Después de trasladar el moisés de Garnet de su habitación a la de sus madres, las chicas se tumbaron en su cama, completamente agotadas. “¿Sabes, Sapphi? Probablemente debería ir a ducharme porque aún tengo el bañador puesto y arena en vete tú a saber dónde, pero dormir suena tan bien”. Sapphire sonrió y le lamió la mejilla, provocando a la morena reír histéricamente. “Sí, definitivamente deberías ducharte, todavía sabes a playa. Y deberías comer algo, Ruby. Llevas sin hacer una comida decente desde la cena de antier. No, los sándwiches de máquina no cuentan”. Ruby suspiró y abrazó a la peli azul. Sus vidas habían cambiado en tan pocas horas que se había olvidado por completo de sí misma. “Hagamos una cosa. Tú te duchas, comes algo con fundamento y preguntas a tus padres si pueden venir de visita esta tarde para conocer a la peque, aunque lo más probable es que tu padre trabaje. Mientras tanto… Yo llamo a mi madre y le digo que venga ahora, si a ti no te importa, para poder hablar con ella sobre lo que pasó ayer” la morena, sabiendo lo que aquello iba a implicar, no podía objetar. “De acuerdo. Pero desde que se vaya, tú también cuidas de ti misma. ¿Trato?”. Garnet protestó desde la cuna y ambas se miraron, sonriendo. “Si ella nos deja, trato”.

Aquel mediodía, el timbre del apartamento pareció resonar en todo el edificio. Cuando Sapphire abrió la puerta, su madre la sorprendió con una gran sonrisa dibujada en la cara y un abrazo como bienvenida. La peli azul la invitó a pasar y a tomar asiento en uno de los sofás, intentando ordenar sus pensamientos para acabar la conversación lo antes posible. Su madre, por supuesto, tomó su silencio como una oportunidad para comentar todo lo que le pareciera oportuno. En el instante en el que trató de interrumpirla, el llanto de Garnet alcanzó sus oídos, y segundos más tarde Ruby había entrado la estancia con ella en brazos. “Sapphi, creo que lo que tiene es hambre, siento molestar” tras darle a la bebé y un beso a su prometida, la morena regresó a su habitación. La peli azul se disponía a amamantar a la pequeña bajo la atenta mirada de su madre hasta que su exclamación de sorpresa le rompió la concentración, provocando a la niña llorar con más fuerza al haberla alejado del pecho. “¡Pero Sapphire! Que indecencia, sacándote los pechos en público y sin cubrirte. ¡Esa no es la educación que te di!”. Sapphire no respondió, su prioridad siendo calmar a Garnet y tener claros sus pensamientos. En cuanto los tuvo, no dudó en soltarlos.

"Mamá. Ya basta". Su voz no se había elevado, pero era lo suficientemente firme para mantener callada a su madre. Garnet, milagrosamente, se había calmado. "Estoy harta. Viniste pidiendo una segunda oportunidad y te la di con la condición de que me respetaras, lo que incluye a mi pareja y mis decisiones. Y no sólo lo incumples a mis espaldas, siendo una tránsfoba con Ruby mientras te saltabas MI deseo de no recibir visitas, sino que además insinuaste que le fui infiel y que la niña no es suya. Y ahora, que te invito a mi casa para hablar las cosas, sigues siendo irrespetuosa en mi cara. Pues perfecto. Se acabó, mamá. No te quiero más en mi vida y tampoco quiero que estés en la de Garnet. Tranquila, sé que en la de Ruby no quieres estar y voy a quitarle un peso de encima liberándola de ti. Por favor, si eres tan amable, márchate de mi casa".

El amor a primera vista no existe [Rupphyre - Human Au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora